Marta N. Henderson (†)
Si contigo hablar pudiera,
sería otra vez de lo mismo
de Cuba y del hondo abismo
donde inocente cayera.
Los muchachos y la escuela,
nuestro tema preferido;
y aquellos tiempos vívidos
sin temores, sin espuelas.
Una excursión al pasado
de dulces recuerdos llena;
nuestra ciudad tan serena
con su malecón mojado.
Nuestra mente vagaría,
trazándonos un esquema
de esa Matanzas rellena
de paisaje y de poesía;
yo soy de ella y ella mía.
Era para ti una gema
de mágicas luces llena;
y me decías al hablar;
no la podemos olvidar,
recordar es nuestra pena.
Hablaríamos por horas
con risas y discusiones.
Cuando en el cielo te asomes,
mírame madre, estoy sola.
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