René León
Según el Diccionario de la Real Academia, el significado en lengua española de la palabra “tesoro” es: “gran cantidad de oro, plata y otras cosas preciosas conservadas en un sitio oculto”.
Hay tesoros en monedas y piedras preciosas que se han podido rescatar debido a la casualidad, un sueño, un pronóstico o por aparecer entre las páginas de un libro antiguo, un pequeño pergamino o un pedazo de cuero ya maltratado por el tiempo, con las indicaciones donde buscarlo.
Para encontrarlo, por lo general, se tienen bastantes tropiezos, sustos y tembladeras de piernas. Muchas veces la resistencia del “muerto” de entregar lo que era de él, y después de la celebración de misas para darle gracias al “alma del penado”, por guardar tanta riqueza. La cantidad de un tesoro depende del envase escogido por el difunto: una botija, cofre, baúl o arca o arcón. Sus lugares para ocultarlo son variados. Un fogón, pared o piso de una casa, una playa tropical, una cueva, retrete, debajo de una Ceiba, etc.
Para muchos un “tesoro” sólo se compone de” oro, plata y piedras preciosas. Pero también hay tesoros como un libro antiguo, objetos de artes, campanarios, iglesias, armas, calzoncillos de piernas largas de tiempos de nuestros tatarabuelos y otras cosas más.
Para mí el “tesoro” encontrado fue algo muy íntimo. Buscando entre mis cajas de libros y papeles que tenía guardados, cayeron de una carpeta vieja y olvidada que ya hacía muchos años no veía. Eran simplemente fotos…Si, simplemente fotos, que datan de más de cincuenta años. De la bella y renombrada ciudad de Trinidad, de mi familia toda ya desaparecida, de mi niñez, retratado con mis hermanos Emilio (†) y Julio (†) de cacería, las otras más recientes de mis dos hijas, y mi esposa Fina (†) ya desaparecida.
Nunca pensé que al registrar aquella caja encontraría este dormido tesoro del ayer feliz. Allí, delante de mí, se encontraba toda mi vida, un pedazo de una Cuba que se va perdiendo en el tiempo, y mis seres queridos. Una felicidad interna batió todos mis poros, mis ojos permanecieron abiertos, de la sorpresa de aquel nuevo regalo para mí. Al ser humano le encanta lo fantástico, los sueños, las historias. Las imágenes vuelven a tener vida y te remontas al ayer, y todo adquiere vida por aquellas fotos olvidadas.
En este mundo de hoy, de estrés, triglicéridos y colesterol, “que es una nueva manera de dejar los bolsillos de uno vacíos”, estos pequeños regalos que nos hacemos dan a la vida un nuevo ánimo de seguir adelante, que todo no se ha perdido, que si hoy no somos felices, ayer si lo fuimos y tenemos que pensar en un futuro de tranquilidad y de amor al prójimo. Por eso bendigo hoy este día por este Dormido Tesoro.
Escribi un comentario y se ha perdido en la internet. Que daba gracias al senor Leon por su Tesoro encontrado de fotos. Yo las perdi todas cuando mi casa fue destruida por un fuego. Pero deben haberle traido al autor un buen recuerdo del ayer. Gracias por su Tesoro encontrado que me trajo muchos recuerdos del ayer.
ResponderEliminarConcord, NC
estimado amigo rene, que alegria me dio leer su articulo donde "encontro un tesoro que creia perdido" - felicidades, comparto su felicidad -
ResponderEliminarileana (SC)