El parque Antonio Maceo y Grajales, enclavado frente al litoral habanero. Dedicado al Lugarteniente General Antonio Maceo, prócer de nuestras guerras de Independencia (1868 - 1878 y 1895 - 1898), cuyo monumento fue inaugurado el 20 de mayo de 1916 por el presidente José Miguel Gómez. El conjunto escultórico lleva la autoría del artista italiano Domenico Boni.
Uno de los espacios públicos más atractivos de nuestra ciudad es, por su belleza arquitectónica, artística e histórica, el Parque Antonio Maceo, ubicado entre las calzadas de San Lázaro, Belascoaín, Malecón y la calle Marina. Si bien en la actualidad se trata de un emplazamiento de alto valor urbano, tiene en sus cercanías el Hospital Hermanos Amejeiras, el litoral habanero (malecón) y la Universidad de La Habana, entre otros, fue históricamente un área muy poco poblada en cuanto a edificaciones. El viejo Torreón de San Lázaro, construido en el año 1665, puesto de vigilancia de la caleta de Guillén, -hoy Monumento Nacional-, fue por mucho tiempo la única obra de relieve digna de aparecer en los mapas de la época.
Un tranvía del año 1910 circulando por la calzada de San Lázaro, frente a la antigua Casa de Beneficencia, donde en la actualidad se ubica el Hospital Hermanos Amejeiras. Esta línea tranviaria se comunicaba a través de la calzada de Línea con el paradero del Vedado, ubicado entre las entrecalles 18 y 22.
Para finales del siglo XVII, en estos terrenos se emplazó un precario hospital para enfermos de lepra. Las malas condiciones de las casas, su cercanía al mar y las quejas de enfermos y vecinos, provocaron que fuera mejorado desde el punto de vista arquitectónico, terminándose los trabajos a finales del siglo XVIII. Poco despúes se trasladaría a otras zonas de los alrededores, quedándose desocupada esta amplia franja de tierra.
Una interesante estampa de principios del siglo XX del famoso café Vista Alegre, situado en la intersección de las calzadas de San Lázaro y Belascoaín. Dos tranvías eléctricos se cruzan en la concurrida esquina, mientras un tercero se acerca. También puede verse un antiguo coche de caballos, aún utilizado en la época para completar itinerarios que no eran servidos por el sistema tranviario, principal protagonista del transporte público habanero.
Entre los años 1856 y 1861 se construyó en el lugar la llamada Batería de la Reina, una fortificación militar compuesta por una guarnición de 250 hombres y unas cuarenta piezas de artillería. La Batería, ya obsoleta, fue demolida a principios del siglo XX. Los terrenos fueron escogidos para eregir en ellos un monumento en honor a Antonio Maceo, el inolvidable caudillo militar oriental de tantas batallas y leyendas en nuestra historia nacional.
El parque ha sido restaurado por la Oficina del Historiador de La Habana, que ha mejorado su imagen visual y funcionalidad con la restauración del conjunto escultórico, las obras adyacentes y la construcción de un muro perimetral.
En la actualidad ya no circulan los tranvías.
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