René León
La interpretación de la historia y mitos de los tiempos de la colonia en nuestros países es muy importante para poder comprender nuestros valores históricos, indígenas y español. La imagen que muchas veces se nos ha presentado de la historia del México indio, es muy diferente de como fue en realidad. Pero con la independencia, la visión histórica se va revelando con más claridad.
Para obtener datos sobre los primeros años de la colonización en México, tenemos que ir a las informaciones dadas por los evangelizadores, y todos aquellos envueltos en la diseminación de la religión católica. La pugna entre los españoles-criollos y los famosos “bachilleres” enviados por España, para administrar el gran país. La inquisición se encargaba de mantener el orden, entre todos aquellos que se salían de su camino, cometiendo injusticias por doquier.
En los primeros años de la conquista, los indios hacían sus sacrificios a “Tháloc”, para atraer la lluvia, y la ayuda en los sembrados. Cuando eran descubiertos, pagaban dicho atrevimiento y falta con el arresto y castigo ejemplar. Pasados a lomo de mula en una armazón de hierro, azotados en público, rapados, y luego llevados al lugar donde serían muchos de ellos ajusticiados por violar las leyes de la religión católica, que les prohibía venerar a los ídolos. En el caso de Martín Océlolt, fue enviado a Sevilla a los inquisidores, para ser eliminado como herético.
Los indios del valle de México nunca fueron cristianizados en su gran mayoría. Pero la fe se extendía entre toda la población por la labor de los padres jesuitas, y predicadores.
Según cuenta la leyenda de la Virgen de Guadalupe, Juan Diego, un indio muy pobre, salió de su casa un día temprano en la mañana, el nueve de diciembre de 1531 para oír misa en un pueblo cercano a la capital. Al coger un camino más corto, el de Tepeyac, que era un sitio árido, oyó música que parecía venía del cielo, delante de él se formó una luz brillante en forma de arco iris. De pronto una señora muy hermosa, de facciones muy delicadas, se acercó a él y le saludó con voz melodiosa. Le dijo que “ella era la Virgen María, que fuera a ver al Obispo de México, de su parte, para que se construyera una iglesia en aquel lugar.”
Juan Diego fue a hablar con el Obispo, pero éste no creyó la historia y le pidió una prueba de lo que decía.. Vuelve Juan Diego a Tepeyac para tratar de hablar con la Virgen. Ella le dijo,” que volviera al día siguiente.” Pero el tío de Juan Diego se encontraba enfermo, y se puso peor. Siendo imposible que cumpliera su promesa de regresar a ver a la Virgen, al día siguiente fue en busca de un sacerdote por un camino diferente, tratando de evitar pasar por Tepeyac. Pero la Virgen apareció en su camino. El le dijo de la enfermedad y que iba en busca de un sacerdote. Ella le dijo: “Tu tío ya esta bien, y ve a ver al Obispo otra vez”. Juan Diego le pidió una prueba del milagro. Ella le mandó a subir a la colina y recoger allí unas flores, lo que sorprendió a Juan Diego, porque sabía que nada crecía en aquella tierra árida. Sin embargo, encontró las flores. Recogió algunas y las llevó en su “Tilma” (manta) al obispo. Cuando las dejó caer en el suelo a los pies del Obispo, no había flores, y todos vieron la imagen de la Virgen que se encontraba estampada en la “Tilma”. El Obispo se puso de rodillas pidiendo perdón por no creer. Empezaron las visitas de los vecinos. La historia de la aparición se esparció por todo México. Al pasar el tiempo se construyó una iglesia en el sitio del milagro y le dieron el nombre de Guadalupe al pueblo que se formó al pie de la colina. En 1532, en una procesión solemne, llevaron el “Tilma” de Juan Diego, con la imagen de la Virgen hasta el altar de la iglesia. Siendo 12 de diciembre la fiesta de la Virgen de Guadalupe y de toda la República de México.
Por todos es conocido el lugar como el santuario de Tepeyac. En 1555 el Arzobispo Montufar fundó la primera basílica de Guadalupe, en un edificio modesto. En 1609 se construyó el primer templo de “albañilería abovedado”. Fue construido por una suscripción pública. El templo sería terminado trece años después. Siendo instalada la Virgen por el Arzobispo Pérez de la Serna, en 1622. En España se decidió aumentar la construcción en 1694. Teniendo 77 metros de largo, 33 metros de ancho y 30 metros de alto.
Al momento de conquistarse la Independencia de México, bajo el pendón de la Guadalupe, fue consagrada una vez más la protectora del Pueblo de México.
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