Antonio
Xavier Pérez y López escribió en 1794 -en su obra “Teatro de la legislación
Universal de España e Indias”, Imprenta de Antonio Espinoza, tomo I, págs. 338
y 339- que “el correo en lo antiguo estaba a cargo de algunos
particulares, llamándose Correo Mayor
aquel que siendo dueño de las Postas corría a su cuidado la prevención de todo
lo necesario, y el exacto cumplimiento de la conducción y entrega de las cartas
y pliegos. Posteriormente, los Reyes daban los títulos de Correos mayores,
providenciaban sobre el gobierno de las Postas y exigían algunos derechos de
ellas. Últimamente en el año 1706 se incorporó a la Corona todo lo
perteneciente a Correos y Postas de España: y en el Reynado del Señor Don
Carlos Tercero los de América, a cuyo tiempo se formaron los reglamentos que
hoy rigen”.
En
cédula de 26 de agosto de 1764 se decía que la ausencia de correspondencia regular
entre España e Indias “ha ocasionado en todos tiempos retardación en el
cumplimiento de mis Reales Órdenes…trascendiendo este mismo perjuicio a mis
Vasallos ultra-marinos…de que resulta que el Comercio de unos y otros Dominios
no puede tener curso constante, ni que los propietarios de España saber el
estado de sus mercaderías, confiadas a sus Comisionistas, y Factores; viéndose
en la precisión de pasar por la ley que estos les imponen, y que el giro de
Letras se hace del todo impracticable en el sistema presente entre estos, y
aquellos naturales; viéndose muchas veces obligados a valerse de las Colonias
Extranjeras, para suplir la falta de estas noticias, y auxilios”.
Por
Real Decreto de 6 de agosto de 1764, se dispuso que cada mes saliera del puerto de Coruña un paquebote hacia el puerto
de San Cristóbal de La Habana
con toda la correspondencia de Indias, y que asimismo regresara de ahí con la
americana. Este servicio quedaba incluido dentro de las competencias del
marqués de Grimaldi, primer secretario de Estado y del Despacho y
superintendente general de correos y postas de dentro y fuera del Reyno.
Los
paquebotes dejaban la correspondencia destinada a Puerto Rico, Santo Domingo y
Cuba, en ese orden, antes de rendir travesía en el puerto de Veracruz, en la Nueva España. En La Habana también descargaban
el correo dirigido a Tierra Firme y a Perú, para que el Administrador de
Correos la remitiera a un puerto de la costa sur de la Isla –singularmente,
Trinidad, “por considerarse en él embarcaciones y marinería que tienen tráfico
continuo con Cartagena”- desde donde se reexpedía a sus respectivos lugares de destino,
en barcos que operaban desde el puerto del Yayabo-.
La
primera emisión de sellos de Correos de la Isla de Cuba se realizó en cumplimiento de Real
Decreto de 18 de diciembre de 1854 por el cual se disponía que toda la
correspondencia pública se pagara mediante la fijación de sellos mandados
imprimir al efecto, con antelación. Otro Real Decreto, de 15 de febrero de 1855,
hacía obligatorio el previo franqueo de la correspondencia. Y el 20 de abril de
1855 se publicó en la Gaceta Oficial
de la Colonia
un Decreto del Gobernador General José Gutiérrez de la Concha (durante cuyo primer
mando en la Isla
se produjo el fusilamiento de Narciso López, y en cuya segunda tenencia de la Capitanía General
de Cuba fueron ejecutados Francisco D’Estrampes Gómez y Ramón Pintó) por el que
se ordenaba la primera emisión de sellos postales, que empezó a circular el 24
del mismo mes. De ahí que el 24 de abril se conmemore en Cuba como Día del
Sello –desde que así lo ordenó el Decreto Presidencial de 16 de abril de 1957-,
ya que fue la fecha del primer día de circulación del primer sello emitido.
Consistió
la emisión en sellos de medio real (de color azul verde), de 1 real (de color
verde), y de 2 reales (uno, de color carmín oscuro; el otro, de color rojo
naranja).
El
Capitán General de la Concha ,
atendiendo a que el 19 de noviembre de 1855 se celebraba el onomástico de la Reina Isabel II, hizo publicar
en la Gaceta Oficial
del día 15 del mismo mes la disposición por la cual se instauraba el Servicio
de Correos Local o Interior, facultando al Administrador General de Correos
para la prestación del servicio. Entretanto llegaban de España los sellos
definitivos, los sellos existentes de dos reales se sobrecargaron con tipos de
imprenta a tinta negra con la leyenda “Y ¼” –que significaba “Ynterior un
cuarto de real fuerte”-.
Tras
el inicio de la Guerra de los Diez Años, el gobierno de la República en Armas
emitió un sello de 10 centavos, impreso por la American Bank Note Company, de
los EE.UU., con autorización de la Junta
Central Revolucionaria Cubana. Fue utilizado para franquear
la correspondencia enviada desde la manigua, hasta que concluyó aquella Guerra,
en 1878.
Muy inteesante este articulo sobre los sellos en Cuba. La verdad de que en esta pagina digital, se escribe cosas muy interesantes que uno desconoce.
ResponderEliminarHerminia Quintero
miami, Fla