| Tomado de: Grecia Antigua: la cuna de la civilización |
por Zilia L. Laje
La tradición judeo-cristiana nos enseña que la civilización surgió en la Mesopotamia, el valle entre los ríos Tigris y Eufrates, en lo que es actualmente Irak, la provincia de Qadisiya. El arca de Noé después del Diluvio, fue a detenerse sobre el monte Ararat, de 5,211 metros de altura, en Asia Menor, la actual Turquía, la provincia de Ari. A través del Antiguo Testamento, conocemos que los descendientes de su hijo menor Jafet, Yepeth en hebreo, fueron Gomer, Magog, Madai, Javan, Thubal, Mosoch y Thiras, quienes ocuparon el área fundando Armenia y poblaron las "islas de los Gentiles" y el actual Irán, de donde derivó la raza aria. Esta es la raza blanca, caucásica, originaria de los montes Cáucasos, o indo-europea, del río Danubio y el sur de Rusia.
El libro de Génesis, del capítulo 6, verso 8, hasta el capítulo 11, verso 26, nos dice que el hijo mayor de Noé, Sem, Shem en hebreo, tuvo un hijo, Arfachsad y sus descendientes procedieron a establecer la raza semítica, incluyendo los judíos, hebreos o israelitas, los árabes y otros pueblos mediterráneos. Los descendientes de su segundo hijo, Cam, Ham en hebreo, eran Chus, Mesraim, Fut y Chanaan, se asentaron en otro lugar y formaron la raza negra, los canaaneos, incluyendo los habitantes de Palestina, Africa del norte y del noreste, y los antiguos egipcios.
La Biblia no menciona la raza amarilla o mongólica.
Se puede decir que la historia comenzó con la escritura, hace unos sesenta siglos, los sumerios usaban tablas de arcilla con pictografías. Seis mil años después que empezaran los sumerios a llevar cuentas, estamos todavía en guerra sobre religión y quién es el mesía.
Guardada entre las páginas de mi edición católica de San José de la Biblia, adquirida en marzo de 1964 en Miami, encuentro una hoja de papel de carpeta rayado de 5½ x 8½" doblada con una lista larga de nombres escrita en mi letra, que parece ser las generaciones entre Adán y Jesús. Evidentemente me intrigó hace cuatro décadas, pero no lo recuerdo.
Estudios modernos de ADN nos ilustran recientemente que la raza humana originó en el Africa oriental, lo que es actualmente Kenya. Los primeros seres que caminaron erectos surgieron allí a poblar el mundo y fue mediante mutaciones quizás provocadas por el clima que se desarrollaron las diferentes características de las razas, piel negra, amarilla, cobriza o blanca, pelo rizado o lacio, negro, castaño, rubio o rojo, ojos redondos o rasgados, negros, pardos, verdes, azules o grises.
Supongo que esa lista encontrada dentro de la edición católica de la autora de este artículo fue producto de una extensa investigación y sería interesante conocer esas generaciones entre Adán y Jesús.
ResponderEliminarGracias por el artículo.