Foto tomado de: Tampa Bay History Center
René
León
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Para muchos que han leído la historia de la llegada de los
españoles al área de Tampa, piensan que fue la expedición de
Pánfilo de Narvaéz la primera en desembarcar en esta costa. Pero
gracias al libro de Álvar Núñez Cabeza de Vaca Naufragios, donde
nos cuenta las vicisitudes de los expedicionarios y el trágico final
de muchos de ellos, sabemos que no fue así.
Álvar Núñez Cabeza de Vaca, nació en Jerez de la Frontera a
fines del siglo XV. No se tiene mucha información sobre su vida
antes de venir al Nuevo Mundo. Era nieto del Adelantado Pedro de
Vera. Sale de Sanlúcar de Barrameda el 17 de junio de 1527, como
tesorero y alguacil mayor de la expedición de Pánfilo de Narváez,
que había sido autorizado por la Corona Española para conquistar y
colonizar la Florida, lo que nunca lograría. Sólo se salvarían
cuatro expedicionarios, Cabeza de Vaca, Alonso del Castillo
Maldonado, Andrés Dorantes y un negro esclavo llamado Estebanico de
Azarnar. Al regresar Cabeza de Vaca a España después de varios años
vagando por tierras desconocidas para él, daría a conocer todo lo
pasado en su libro Naufragios.
Al salir la expedición de España y llegar a La Española
desertan ciento cincuenta hombres. Salen para Cuba y llegan a la
villa de Santiago de Cuba. La suerte siempre sería adversa para
Narváez. Envía dos navíos a la villa de Trinidad para recoger
suministros prometidos por Vasco Porcallo de Figueroa, y los
sorprende un huracán en el puerto de Casilda a dos leguas de
distancia, donde quedan destruidas las naves, los caballos
muertos y parte de la tripulación desaparecida. Se reponen al llegar
Narváez con el resto de los hombres y barcos. Compran otro navío, a
los pocos días salen para la villa de San Cristóbal de la Habana a
recoger más suministros y hombres, ahora son cinco navíos.
La meta era llegar al área ya conocida de la Florida desde la
expedición de Ponce de León. Pero los fuertes vientos del más
tarde conocido como golfo de México y el estrecho de la Florida, los
lleva a la costa del Oeste, y llegan a tierra el 12 de abril de 1528,
y van costeando hasta llegar según Cabeza de Vaca "y jueves
santo surgimos en la misma costa en la boca de una baía al cabo de
la ciudad vimos ciertas casas y habitaciones de indios". Según
algunos historiadores es la bahía de Sarasota, que se encuentra al
sur de la bahía de Tampa. Cómo se vera más adelante, la siguiente
bahía por su tamaño sería la de Tampa. El autor sigue contando:
"...llevamos la vía del norte, hasta que a hora de vísperas
llegamos a una baía muy grande, que nos pareció que entrava mucho
por la tierra". Más adelante el autor nos va a describir cómo
encontraron los restos de otros españoles. Después de contar los
pormenores de la expedición se interna tierra adentro pero
costeando: " Partido el vergantín, tornamos a entrar en la
tierra los mismos que primero, con alguna gente más y costeamos la
baía que avíamos hallado, y andadas cuatro leguas tomamos cuatro
indios y mostrámos le maíz para ver si lo conocían, porque hasta
entonces no avíamos visto señal del." Luego nos dice cómo
los indios le dijeron dónde podían encontrar maíz: "...y assí
nos llevaron a su pueblo, que es al cabo de la baía cerca de allí.
Allí muchas caxas de mercaderes de Castilla, y en cada una de ellas
estaba un cuerpo de hombre muerto y los cuerpos cubiertos con unos
cueros de venados." Ellos habían encontrado pedazos
de lienzo y paños de tela y penachos de la Nueva España. Según
Fernández de Oviedo en su Historia General sobre las Indias, dice:
“...e preguntado a los indios dijeron por señas que lo
habían hallado de un navío que se había perdido en aquela cosa e
baía." (p.288) El autor F.W. Hodge en su libro Spanish
Explorers in the Southern United States (1528-1543) , Nueva York,
1959, opina que puede tratarse de uno de los naufragios de Lucas
Vázquez de Ayllón. En la primera expedición de Ayllón en 1520
salió con dos navíos del Puerto de Plata, a la costa de la Florida.
Al regresar uno de los navíos se perdería. Volvería a preparar
otra expedición en 1525, que también resultaría en un fracaso, uno
de los navíos naufragaría.
El Bergantín foto tomado de: Piratas en la Niebla |
El problema más grande que confrontaban los pilotos eran los
fuertes vientos del estrecho de la Florida. Antiguamente los
capitanes por desconocer las rutas, siempre cogían por la costa sur
de Cuba. Es muy posible que uno de estos dos navíos perdidos, sean
de Ayllón. Porque de los dos navíos que salieron del Darién
y se perdería uno de ellos, fue a parar a la costa de México.
Antes de la expedición de Pánfilo de Narváez, ya habían
llegado al área de Tampa otros españoles, siendo estos los
náufragos. Gracias al libro de Cabeza de Vaca se pudieron tener
estas informaciones, sin este pasaje la historia de los náufragos
hubiera quedado olvidada.
Cuando la expedición de Hernando de Soto llega a la Florida, (que
fue la
que más hombres trajo, más de mil hombres, y trescientos
caballos, llega al área de Tampa, el 25 de mayo de 1537), lo primero
que hizo fue ordenar a sus hombres ver si había oro. Llega a
sus oídos de que en una tribu cercana había un cautivo español,
logra que se lo entreguen, su nombre era Juan Ortiz, y había venido
en la expedición de Narváez. Ortiz le cuenta a Elvas o Delvas que
era cronista de Soto, como se había salvado, gracias a la
intervención de la hija del cacique de Ucita, impidiendo que fuera
quemado. El relato de Ortiz tiene mucha semejanza a la historia
del capitán inglés John Smith de su estancia con los indios en
Virginia, donde un europeo o hombre blanco fue salvado por la
princesa Pocahontas, y pasado el tiempo se casaron. Si se analiza la
historia se vera cierta similitud a la de Ortiz. La crónica de Elvas
fue publicada primero y muchos historiadores estiman que la historia
del capitán Smith, fue tomada del libro de Elvas. Los estudios de
cine de Walt Disney hicieron una película sobre Pocahontas, y esa
historia es muy popular en Estados Unidos.
Foto tomado de: Robinson Library |
Otra cosa muy importante que muchas personas ignoran, y es que los
cronistas españoles publicaron los viajes al Nuevo Mundo; los
ingleses, franceses y portugueses, se leían esos libros, para
aprender la ruta a América.
Juan Ortiz sería el último expedicionario del grupo de Narváez
que se salvó.
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