Comentario
El teatro Campoamor
seguía indisputablemente abierto en 1958 y 1959 (cuando el cataclismo
comunista no había echado a andar la "aplanadora" contra la riqueza
urbana de La Habana ). El
edificio fue finalmente clausurado en 1965. Luego se convirtió en
almacén de escenografía, taller de iluminación y parqueo de bici-taxis.
Este comentarista no
logró salir del país hasta fines de 1979 (tras haber sido durante diez años
traductor e intérprete de la Embajada de la República Árabe de
Egipto en La Habana -cuando el régimen de La Habana ya
se había desengañado de que ni el Presidente Nasser ni su sucesor el Presidente
Sadat iban a instalar una república soviética en esas tierras donde floreció
otrora la civilización faraónica-). Residente en las inmediaciones del
Capitolio (en un edificio de apartamentos frente a la fuente de la India , con vista al Parque de la Fraternidad ), a este
glosador le consta que desde el cierre del "Campoamor" en
1965 se produjo, por desidia, un ininterrumpido deterioro del edificio,
que terminó por ser afectado por dos derrumbamientos, uno en 2007 y otro
en 2012 -este último, completo y definitivo, con una víctima mortal- sin que
las autoridades comunistas hicieran nada para evitar el desastre
arquitectónico y cultural, en todas esas décadas. Lo puede asegurar,
porque estuvo transitando día a día durante muchos años, hasta fines
de 1979, por el emplazamiento de esa joya arquitectónica
que dejaron morir.
Dulce et decorum
est pro patria mori, citando el verso de Horacio -que pudo decir
el alma del edificio dedicado a cine y teatro, ante su abandono-.
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