Las Universidades en Cuba
por Gloria Besada
"Uno de los grandes males de que adolecía la enseñanza superior en Cuba era que existía solamente una Universidad, la ya desde entonces bicentenaria Universidad de La Habana.... En los primeros años de Cuba republicana, la pertenencia al Ejército Libertador era un factor de gran influencia en la vida política. Para tener cierto peso en la vida pública era prácticamente indispensable haber sido General del Ejército Libertador. Más tarde, cuando pasaron algunos años y esos generales, así como también los coroneles, envejecieron y fueron desapareciendo de la vida política, las oportunidades de los doctores se acrecentaron, y le cargo de profesor titular de la única universidad de Cuba, la Universidad de La Habana, cobró una importancia extraordinaria."
Esto dio lugar a que, en muchos casos, una cantidad considerable de profesores de la Universidad de La Habana (sobre todo de profesores titulares), después de haber obtenido tales cargos, se valieran de los mismos para mejorar sus posiciones profesionales y económicas particulares y, algunos de ellos, para dedicarse ventajosamente a la política. Estos profesores no sólo no daban clases (o acaso muy pocas), sino que dejaban que la enseñanza que ellos estaban obligados a impartir fuera prodigada por profesores auxiliares o ayudantes. Esto fue una verdadera lacra para la enseñanza universitaria en Cuba, aunque no impidió que hubiera distinguidísimas excepciones.
(La semilla, vol. 1)
Foto: Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas.
Los orientales fueron los primeros en movilizarse para promover la creación de una segunda universidad nacional. En octubre de 1947 se fundó la Universidad de Oriente y poco después abrió sus puertas, aunque no fue reconocida oficialmente hasta 1949.
Fue aproximadamente en esa época cuando regresé a Santa Clara para ejercer la carrera de abogado, así como la plaza de Abogado de Oficio de la Audiencia de Las Villas (...) Pronto me enteré de que en Santa Clara se hablaba de pedir la creación de una universidad y de que en Santiago de Cuba ya se estaban dando los pasos para la creación de la Universidad de Oriente."
La semilla, vol. 1
Foto: Universidad de Oriente, Stgo. de Cuba.
LAS UNIVERSIDADES EN CUBA (3ª parte)
El Dr. Pedro Pérez Ruiz, prestigioso Notario Público de Santa Clara y Decano del Colegio Notarial de Las Villas, quien había sido un gran amigo y compañero de mi padre, desde hacía años era un entusiasta promotor de una futura universidad en Santa Clara. Su entusiasmo lo demostraba, entre otras cosas, insertando en el papel timbrado de su bufete, como lema, la frase "Universidad Central para Santa Clara" en forma bien visible. Me enteré también de queModesto de J. Pineda y Cabrera, un abogado, graduado unos años antes que yo, había iniciado una activa campaña a favor de la creación de una universidad en Santa Clara.
Pineda era un hombre de gran empuje, extraordinariamente activo y emprendedor. Desde que hablamos por primera vez sobre el asunto de promover de una manera enérgica y efectiva la creación de una universidad en Santa Clara, quedé entusiasmado con su plan y le ofrecí mi cooperación. Me explicó que la Universidad de Oriente ya había empezado a dar clases, que todavía no estaba reconocida, pero que contaban con el apoyo del conocido político oriental Lincoln Rodón, quien gozaba de una gran influencia ya que, a la sazón, era el Presidente de la Cámara de Representantes. El plan de Pineda consistía en reunir un grupo de personalidades distinguidas de Santa Clara, constituir una asociación privada no lucrativa que se llamaría Consejo Directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, la cual, como toda otra asociación privada no lucrativa, se inscribiría en el Registro de Asociaciones no Lucrativas que se llevaba en el Gobierno Provincial. Yo dudaba de que nos permitieran inscribir esa asociación privada con el nombre de Consejo Directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Cuando discutí con él las dificultades que podrían presentarse para que aceptaran la inscripción de esta asociación privada con ese nombre, Pineda me dijo: "Jorge, precisamente la fuerza que vamos a tener es que, cuando se haya inscrito esta asociación privada, tendremos un título para actuar como Consejo Directivo de la Universidad. Las observaciones que me haces probablemente sean ciertas teóricamente, pero, en la práctica, no creo que tengamos problemas para la inscripción. Hay que tener en cuenta que todos en la provincia de Las Villas queremos tener una universidad. Por tanto, es improbable que en el Gobierno Provincial le pongan obstáculos a un primer paso tan efectivo como éste". Y así fue. El Consejo Directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas quedó inscrito como asociación privada. Además, el Gobernador nos facilitó un cómodo y amplio local en el edificio del gobierno provincial donde podíamos reunirnos por la noche una vez por semana.
LAS UNIVERSIDADES EN CUBA (4ª parte)
Esto había sido acompañado de una serie de reuniones que habíamos celebrado con distintas personalidades en la provincia de Las Villas. Llegó entonces el importante momento de determinar quién ocuparía el cargo de Rector. Había en Santa Clara dos personas que se habían preocupado de señalar la necesidad de que la provincia de Las Villas tuviera una universidad: el Dr. Pedro Pérez Ruiz, antes mencionado, y el Dr. Pedro Camps y Camps, hombre de letras, quien había realizado labores similares a las del Dr. Pedro Pérez Ruiz, aunque en menor escala. Pineda y yo visitamos al Dr. Pedro Pérez Ruiz y lo invitamos a que se incorporara al Consejo Directivo ocupando el cargo de Rector que le ofrecíamos. Por razones de tipo personal, quizás por ser un hombre de cierta edad, pero quizás también resentido por haber sido superado en esta actividad por gente más joven, el Dr. Pérez Ruiz declinó nuestro ofrecimiento. Entonces visitamos al Dr. Pedro Camps y le hicimos el mismo ofrecimiento, que fue aceptado. El Consejo Directivo quedó integrado de la siguiente forma: Rector: Pedro Camps y Camps; Secretario General: Modesto de J. Pineda Cabrera; Tesorero: Armando Triana; Vocales: José Lorenzo, Agustín Anido, José Antonio Pascual, Antolín González del Valle, Víctor Bonachea, Jesús Rodríguez de la Cruz, Alberto Rodríguez Marín, Antonio Azel, José Navarrete, Tomás Río León, Serafín Fernández, Jorge Besada Ramos, y quizás otro u otros que no me vienen a la memoria en el momento en que se escriben estas líneas.
LAS UNIVERSIDADES EN CUBA (5ª parte)
El trabajo de publicidad y relaciones públicas que debíamos realizar era enorme. Era esencial despertar el interés por la Universidad Central en toda la provincia de Las Villas y que ésta no pareciera como algo que sólo ofrecía interés para la ciudad de Santa Clara, que era la capital. Además, sabíamos que la Universidad de Oriente gozaba del apoyo unánime de todos los partidos políticos en la provincia de Oriente, y que ya estaba abierta y funcionaba desde 1947. Aunque habíamos logrado despertar un gran interés en la "Universidad Central", para muchos, en Santa Clara, los Miembros del Consejo Directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas no éramos más que un grupo de tontos que perdían su tiempo en reunirse todas las semanas a título de miembros de un consejo directivo que no existía, de una universidad que tampoco existía, y que tomaban unos acuerdos que, por tal razón, eran asimismo inexistentes. También sabíamos que el Proyecto de Ley para la creación de la Universidad de Oriente ya existía y que en la próxima legislatura sería presentado a la Cámara de Representantes, cuyo Presidente era Lincoln Rodón, conocido legislador oriental, que había sido fundador del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), pero pertenecía entonces al Partido Demócrata. Era necesario actuar rápida y eficazmente.
LAS UNIVERSIDADES EN CUBA (6ª parte)
El consejo directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas quedó integrado de la siguiente forma: Rector: Pedro Camps y Camps; Secretario Gral.: Modesto de J. Pineda Cabrera; Tesorero: Armando Triana; Vocales: José Lorenzo, agustín Anido, José Rodríguez de la Cruz, Alberto Rodríguez Marín, Antonio Azel, José Navarrete, Tomás Río León, Serafín Fernández,Jorge Besada Ramos y quizás otro u otros que no me vienen a la memoria en el momento de escribir estas líneas.
Por suerte, el Consejo Directivo de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas que habíamos así creado y logrado inscribir como una asociación privada con fines no lucrativos encontró un aliado formidable en la persona del Dr. Miguel Suárez Fernández, Presidente del Senado y político de extraordinaria fuerza, pues controlaba el Partido Auténtico en la provincia de Las Villas y había llegado hasta a disputarle el control de dicho partido y la candidatura a la Presidencia de la República a Carlos Prío Socarrás. Cuando le pedimos que nos ayudara en el empeño de lograr la anhelada Universidad Central (sobre todo si se tiene en cuenta la ventaja que sobre nosotros habían logrado tomar los orientales), el Dr. Miguel Suárez Fernández, con la mejor disposición, nos respondió: "Soy villareño y sé lo que tengo que hacer. No se preocupen en lo más mínimo. Si no hay universidad para Las Villas, tampoco la habrá para Oriente. Voy a hablar con Lincoln [Rodón] para que sepa que si el Proyecto de Ley llega al Senado sin que se le haya incluido la Universidad de Las Villas, le vamos a poner tantas enmiendas que no habrá tiempo para aprobarlo en la próxima legislatura, y quizás en ninguna otra". El Proyecto de Ley, enmendado con la inclusión de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, fue aprobado por ambos cuerpos colegisladores, sancionado y promulgado por el Presidente de la República, y publicado en la Gaceta Oficial como Ley Nº 16 de 22 de noviembre de 1949.
Dicha ley consta esencialmente de dos partes: el cuerpo o parte principal de la Ley y una disposición final. En la parte principal se expresa, en resumen, que se crea la Universidad de Oriente y que la provisión de fondos se dividirá en dos capítulos de igual montante: un primer capítulo destinado a la construcción de la Universidad de Oriente y un segundo capítulo destinado a su funcionamiento. En la disposición final se expresa que donde se lee "Universidad de Oriente" deberá leerse "Universidad de Oriente y Universidad Central Marta Abreu de Las Villas" y que las disposiciones relativas a la provisión de fondos se modifican de manera que ésta se divida en cuatro capítulos de igual montante: un primer capítulo destinado a la construcción de la Universidad de Oriente, un segundo capítulo destinado al funcionamiento de esta Universidad, un tercer capítulo destinado a la construcción de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y un cuarto capítulo destinado al funcionamiento de esta Universidad. Los fondos correspondientes a los capítulos primero y segundo se pondrán inmediatamente a disposición de la Universidad de Oriente. Los fondos correspondientes al capítulo tercero se pondrán inmediatamente a disposición de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Los fondos correspondientes al capítulo cuarto quedarán retenidos y se pondrán a disposición de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas inmediatamente después de que ésta haya comenzado a funcionar.
La semilla, vol. 1
Foto: El Capitolio, La Habana, sede del Congreso de la República.
Fue entonces cuando comenzó la construcción de los tres primeros edificios de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas: los edificios del Rectorado, la Facultad de Humanidades y la Facultad de Ciencias. La razón por la cual los edificios de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas fueron mucho más grandes, espaciosos y bellos que los de Universidad de Oriente fue, precisamente, que la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas pudo emplear para la construcción de edificios una cantidad de dinero relativamente grande, correspondiente al funcionamiento de la universidad, pues no comenzó a funcionar sino después de construidos sus primeros edificios.
En 1946 se había creado la Universidad Católica de Santo Tomás de Villanueva, como universidad privada. En su fundación desempeñó un papel preponderante el señor Robert Butler, Embajador de Estados Unidos en La Habana. Esta universidad estuvo regida por los Padres Dominicos norteamericanos y en ella se impartía una enseñanza de alta calidad. Estaba destinada primordialmente a los hijos de familias de buena posición económica. Los Rectores de esta Universidad fueron siempre extranjeros. A fines de 1960 fue nombrado Rector de esta universidad Monseñor Eduardo Boza Masvidal, procedente de una distinguida familia camagüeyana, quien en mayo de ese mismo año había sido consagrado Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de La Habana. Monseñor Eduardo Boza Masvidal fue el primer y único Rector cubano que tuvo esa universidad católica, la cual, pocos meses después del nombramiento de su primer Rector cubano, fue cerrada definitivamente el 2 de mayo de 1961, en la época de la dictadura castrista.
(La semilla, vol 1 y La semilla, vol.2 Jorge Beseda Ramos)
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