“Quiero fer una prosa en román paladino
en el qual suele el pueblo fablar a su vecino..."
(S. Dom. 1)
Cuando en el siglo
XIII, surge el mester de clerecía, erudito y cultivado por los clérigos
así como por todo hombre culto y letrado, poseedor de una educación
latino-eclesiástica, éstos van paulatinamente dejando el latín, e
incorporan la lengua popular para acercar la cultura de sus bibliotecas al
pueblo llano.
El clérigo Gonzalo de
Berceo, el más importante representante del mester de clerecía, civilizó el naciente
idioma castellano creando la lengua literaria, para lo cual trasvasó numeroso
vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura
oral tradicional.
R.
Menéndez Pidal, en su “Poesía juglaresca y orígenes de las literaturas
románicas”, Madrid, 1957, escribe: "Berceo, aunque clérigo, confiesa que
no es bastante letrado para escribir la lengua de los doctos; sólo sabe algo de
latín para entenderlo, y quiere entonces servir de intermediario entre la
ciencia de los clérigos y la ignorancia del vulgo...
El público para quien Berceo escribe
es, en esencia, el mismo para quien cantan los juglares..El clérigo piensa
siempre en el público iletrado para quien escribe...' 'Berceo no se aparta
desdeñoso de la juglaría; colabora para enriquecer el repertorio de los
juglares, que son los habituales propagadores de toda la literatura”.
Más
abajo, R.M.P. afirma que los clérigos
pretenden reemplazar la temática de los juglares por otra que estiman de mayor
dignidad y elevación, aunque siempre destinada a la recitación pública.
Sentadas,
pues, las premisas anteriores, cabe asegurar que, en literatura, no es en
absoluto necesario recurrir a culteranismos ni eufemismos para crear belleza
porque la verdadera belleza de la palabra radica en la sinceridad y se
perfecciona en la habilidad del autor para engarzarla ricamente lo mismo que el
orfebre realza la luz de la gema con una talla apropiada.
Esto
hemos querido aportar los autores que aquí participamos. Si lo hemos logrado
has de determinarlo tú, lector. Tú eres el Jurado.
Eliana Onetti
Presidenta
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