LA
CIUDAD DEL AMOR Y EMMANUEL MACRON
Lola
Benítez Molina
Málaga
(España)
La sinceridad, la fidelidad, el respeto…son valores
esenciales que admiro en aquellas personas que los poseen, quizá porque en la
actual sociedad parece que son términos y comportamientos en apabullante
desuso.
Emmanuel Macron pasará a la
historia por ser el presidente más joven de Francia y por su bella e
incondicional historia de amor. Por los logros que consiga para su país, lo
veremos en los próximos años, pero no deja de ser un hombre inteligente y
tenaz, tal y como demuestra su andadura.
Despertó mi curiosidad cuando en
las recientes elecciones francesas vi que el candidato centrista era un hombre
que, a pesar de su juventud, se le apreciaba un carisma y una personalidad arrolladora,
y la debe tener, pues ha conseguido convertirse en el presidente de la
República más joven hasta el momento. Pero no fue eso lo que más me atrajo,
sino que junto a él aparecía siempre su incondicional Briggitte Trogneux y, sin
yo pretenderlo, conocí su sorprendente historia de amor, inaudita y hermosa,
por lo que tiene de poco común, lo que hace despertar la curiosidad por saber
cómo un muchacho de tan solo dieciséis años, brillante, que comienza sus
estudios en el Liceo jesuita de “La Providencia” en Amiens, se enamora
perdidamente de su profesora de francés y de teatro, veinticuatro años mayor
que él, casada con un banquero y con tres hijos. Emmanuel Macron, amante de la
literatura, convirtió a Briggitte en su musa pero, sus padres, ambos médicos,
se opusieron a dicho idilio y lo enviaron a proseguir sus estudios a otro
lugar. Sin embargo, no cejó en su empeño y le dijo a Briggitte que volvería y
se casarían.
Emmanuel Macron conseguirá lo que
se proponga, igual que consiguió al amor de su vida, con inteligencia y
sabiendo esperar. Además, tiene la hombría de reconocer que sin ella no hubiese
llegado a donde está. Ella forma parte de su gabinete de colaboradores, pues
sabe que se trabaja mucho mejor teniendo a su amor a su lado.
Briggitte, con un discreto saber
estar, se ha ganado el cariño no sólo de Macron, sino el de todos sus
compatriotas, y forman una perfecta familia, desde 2007, digna de admirar.
Lo que sí es cierto es que la
eterna ciudad del amor ha sucumbido ante esta verdadera historia de entrega y
sensibilidad, de auténticas almas gemelas, definición tan excelentemente
descrita por Benedetti. Y así diría Macron: “Ella renunció a todo por mí. Lo
hizo preocupándose constantemente por sus hijos. Nunca impuso nada, pero hizo
entender, con dulzura, que lo impensable podía imponerse”.
Hay una frase de Cervantes que me
gusta recordar con frecuencia: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces
salidas a muchas amargas dificultades”, o esta otra de Antoine de
Saint-Exupéry: “Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario