Por: René León
El General Concha, sin previo
juicio, basado en su
resolución de 20 de abril de 1851, ordena el fusilamiento de los
expedicionarios que fueron apresados cuando intentaban salir de Cuba para
Estados Unidos, el 16 de agosto de 1851. Los cadáveres de los expedicionarios
fueron profanados por las turbas siendo exhibidos en lugares públicos, sus
miembros fueron disputados como si fueran trofeos de guerra y llevados a
diferentes lugares de la ciudad.
El Castillo de Atarés fue edificado por el ingeniero belga brigadier don Agustín Crámer, de 1763 a 67, sobre una loma que
pertenecía y cedió gratuitamente don Agustín de Sotolongo, y 138 cordeles
cuadrados más, pertenecientes al presbítero don Nicolás Fernánbez Trebejo. El
nombre de Atarés lo debe al conde de Ricla, bajo cuyo nombre y disposición se
comenzó. La loma se conoce por “de González”, del terreno comprendido hasta la
esquina de Tejas, y por “de Soto” por el indicado don Agustín de Sotolongo. “José
María de la Torre, Lo que fuimos y lo que somos. Imprenta de Spencer y Compañía.-
O’Reilly, 110, La Habana, 1867, p.104.
La indiferencia de lo que pasaba por parte del Cónsul de los Estados Unidos en La Habana. Mr. Allen F. Owen, fue notable, quien no hizo nada por sus compatriotas. Fue un cobarde. Otra cosa importante en el puerto de La Habana, se encontraba la corbeta “Albany” y el cañonero ”Vixen”. Desde su llegada al puerto fueron recibidos con muestras de hostilidad por el populacho. El Cónsul y los oficiales de las unidades navales, expresaron su conformidad con las autoridades españolas. Ahí se ve la “COBARDÍA” de la marina y del Cónsul americano. Siempre han sido así. Mientras que en Nueva Orleáns, los vecinos de la ciudad salieron a la calle, y atacaron el consulado español, pidiendo castigo contra España. Se formaron listas de hombres que deseaban ir a pelear a Cuba y vengar la muerte de los expedicionarios y sus jefes.
En el libro Procéres
de la Independencia de Cuba, La Habana, 1916, su autor
el Dr. Francisco R. Argilagos, dice sobre el coronel Crittenden:
Acción de El Morrillo: “Casi al mismo tiempo, se batían el coronel
Crittenden y sus 160 expedicionarios, a pocas millas de distancia, con el
teniente coronel Villaoz, que trató de
desalojar a aquél de la tienda Tabla del Agua, conocida por El Morrillo, cerca de la playa, siendo
rechazados los españoles después de varias infructuosas cargas a la bayoneta y
retirándose precipitadamente.”
Como es natural las autoridades
españolas denigraban a los expedicionarios queriendo demostrar que eran unos
cobardes. Dando las victorias a las fuerzas realistas. Ellos desfiguraban la
verdad, por la mentira. Las fuerzas que participaron en combate contra los
expedicionarios fueron tres compañías y una sección de caballería.
Emilio Roig de Leuchsenring,
en su ensayo Narciso López y sus compañeros de Playitas, que aparece en Homenaje
a los Martires de 1851, Cuadernos de Historia Habanera, 51. Municipio de la
Habana, 1951. Dice en una de sus partes:
“Hubo de sufrir por último, Narciso López, las consecuencias fatales
de que por la heterogeneidad de sus fuerzas –cubanos, norteamericanos,
húngaros, alemanes, españoles, venezolanos, ingleses, polacos, franceses,
dinamarqueses, canadienses, pertenecientes a muy variadas clases sociales y
profesionales, lanzados a la que consideraban una aventura que en definido
empeño político- , fue imposible mantener la necesaria disciplina para hacer
efectiva su actuación como combatientes. De ahí que se produjeran, desde el
arribo a Cuba, distintos actos de insubordinación y deserciones, de los cuales
uno de los primeros y más graves fue el del valiente norteamericano coronel
William L. Crittenden y cuarenta y nueve
de sus compatriotas, quienes después de la acción victoriosa de Las Pozas, del día 13, traicionaron la causa que hasta entonces habían defendido
y –según refiere Argilagos:
…se embargaron, prófugos, durante la noche, para ser apresados en Cayo Levisa y otros cayos vecinos que le
servían de escondite, por el general de Marina señor Bustillos, y gente de los
vapores Cárdenas y Habanero, y cuya
desgraciada suerte fue ser conducidos a La Habana y allí fusilados en un solo
día, en la falda sur del Castillo de Atarés.
Según un parte del gobierno,
las fuerzas españolas sufrieron aparte de la muerte del General Enna, 29
oficiales muertos y 386 soldados, heridos 622, mientras que los expedicionarios
sufrieron 131 muertos en combate, 158 prisioneros fusilados y 270 prisioneros
que salvaron su vida. Narciso López por una traición de su compadre José
Antonio Castañeda, cae prisionero. Siendo trasladado inmediatamente a La Habana
en el barco “Pizarro”, llegando a La Habana a las ocho de la noche y llevado a
capilla el 31 de agosto, de 1851, al siguiente día a las ocho de la mañana
muere en el garrote vil, como si fuera un criminal común.
El Capitán General de la Isla
ordenó el 28 de abril de 1851 el bloqueo de las costas por unidades navales
españolas para impedir otra expedición que llegara de los Estados Unidos.
Fueron situadas a lo largo de las costas de Cuba:
Bergantín “Pelayo” y el
pailebot “Cometa” y el vapor “Don Juan de Austria”; desde los arrecifes de Los
Colorados hasta Batabanó y Cabo de San Antonio.
Fragata “Cortés”, desde
Batabanó hasta Cienfuegos.
Goleta “Habanera”, pailebot
“Teresita”, de Trinidad a Santa Cruz, punto de reunión Trinidad.
Goletas “Juanita” y la “Cristina”, desde Santa
Cruz, al Cabo de Cruz, punto de reunión, Santa Cruz.
Bergantín “Seipón”, pailebot
“Churruca” y el vapor “Colón”, desde Santiago de Cuba a Puerto Escondido. Punto
de reunión Santiago de Cuba.
Bergantín “Habanero”, goleta
“Isabel II” y el vapor “Congreso”, de Nuevitas al Canal Viejo de Bahamas. Punto
de reunión, Nuevitas.
Fragata “Perlas”, bergantín
“Nervión” y vapores “Pizarro” y el “Bazán”, destinados a la Habana para atender
la vigilancia desde Cárdenas, las Coloradas, y los puertos de Mariel, Cabañas y
Bahía Honda. Punto de reunión la Habana.
El embajador de España en
Estados Unidos había solicitado más cooperación en la vigilancia de sus puertos
de futuras expediciones armadas a las autoridades.
Lo que hace que Narciso López
adelante su salida de Nueva Orleans es los levantamientos armados en Puerto
Príncipe, Camagüey, de Joaquín Agüero con sólo 44 hombres, siendo descubiertos
por las autoridades. Agüero es fusilado el 12 de agosto de 1851, junto con José
Tomás Betancourt y Zayas, Fernando de Zayas y Cisneros y Miguel Benavides
Pardo. En Trinidad el 24 de julio de 1851 se le levantan en armas un grupo
pequeño de hombre al mando de Isidoro Armenteros, que es fusilado en unión de
Fernando Hernández Echerri y de Rafael Arcis, en el lugar conocido por “Mano
del Negro”, el 18 de agosto de 1851.
El hombre que entregaría a
Narciso López a las autoridades lo fue su compadre y amigo José Antonio
Castañeda. Que se vanagloriaba de la traición. Pues bien la vida le tiene a los
traidores su castigo. El 12 de octubre de 1854 se encontraba Castañeda sentado
en una de las mesas del café “Marte y Belona”, de la Habana, le fue disparado
un tiro desde la calle que le ocasionó la muerte; El vengador de Narciso López
lo fue Nicolás Vignau Asanza, natural de Santiago de Cuba; como de cuarenta
años. Iba acompañado de cuatro de sus amigos que simpatizaban con los anhelos
de libertad de Cuba; ellos eran Agustín Montero, Pintado y Machado. Todos
lograron escapar junto Vignau a Nueva Orleans.
En la Gaceta Oficial de la
Habana es publicado el nombre de los dieciséis que capturaron a Narciso López,
todos ellos paisanos. El Capitán General les impuso personalmente la Cruz de
María Isabel Luisa el 2 de septiembre de 1851:
José Antonio Castañeda, Francisco Cia, Nicolás Amorena, Clemente
Rodríguez, Luis Rodríguez, Valentín Tosca, Telesforo Amores, Ceferino Amores,
Antonio Sánchez, Miguel Oyoa, Vicente Valdés, Joaquín Morales, Juan Asusmendi,
Domingo Cordero, Juan Cuba, y Rafael García.
En la Gaceta Oficial de La
Habana del día 16 de agosto de 1851, bajo el número 201 salen los nombres de
los cincuenta prisioneros fusilados en Atarés en la mañana del 16 de agosto,
identificados, que serían llamados en la Historia de Cuba, mártires por la
libertad de Cuba:
Bibliográfia:
Carbonel, Nestor. Breve Biografía de Narciso López, La Habana, 1919.
Couceiro Rodríguez, Avelino Victor, Aquella Bandera Cubana…la Original.The Washington Flag Congress, 2011.
García Castañeda, José A. Narciso López. Su vida y su Época. Edit. Neptuno, La Habana, 1950.
Granville, Robert. The Lopez Expedition to Cuba, 1848-1851, USA, 1915.
Guerra, Ramiro. Manual de Historia de Cuba (Desde el descubrimiento hasta 1868) Ediciones R, Madrid, 1975.
Marín Villafuerte, Francisco. Historia de Trinidad, Editorial Montero, La Habana, 1945.
Márquez Sterling, Carlos. Historia de la isla de Cuba, La Habana, 1975.
Morales y Morales, Vidal. Contribución a la Historia de la Independencia de Cuba: Iniciadores y Primeros Mártires, La Habana, 1901.
Narciso López. Wikipedia, 2017.
Narciso López, EcuRed.
Portell Vila, Herminio. Narciso López y su época, Vol. 1, Edit.
Cultural, La Habana, 1930. Vol. 3, Edit. Cultural, La Habana 1958.
Roig de Leuchsenring, Emilio. Los Primeros Movimientos Revolucionarios del General Narciso López. Municipio de la Habana, 1950.
Santovenia S. Emeterio. La Bandera de Narciso López. Discurso en el Senado de Cuba. Edición Especial del Senado, 1945.
S.Foner, Philip. Una Historia
de Cuba en sus relaciones con los Estados Unidos, 2 vol. 1962-63.
La maldad que ejercio el venezolano y NO cubano Narciso Lopez pirata filibustero, pagado por los yankee para el incordio a la provincia española de ultramar de Cuba haciendo desembarcos piratas con el barco Creole con piratas yankee a su mando.
ResponderEliminarEl que la maldad ejerce una atraccion irresistible en el subconsciente de algunas gentes, que les llevan a elevar a los altares a vulgares asesinos que se pasaron su vida matando, robando, violando, provocando guerras y conflictos por donde pasan. Los deseos de Narciso Lopez sus deseos era convertirse en Rey en Cuba, siguiendo los mismos pasos que el filibustero yankee William Walker en Nicaragua en 1885 y los nicaraguenses lo fusilaron y no consta en Nicaragua como un heroe sino como un asesino yankee. Narciso Lopez pago igual su pirateo a garrote vil, por querer hacer lo mismo que Walker en Nicaragua en constituirse en Rey junto a todos los mercenarios yankee viles y piratas. y los españoles no lo consentimos que en un territorio y provincia de ultramar española se posesionara un nido de piratas como en Jamaica, ahunque los cubanos lo eleven a los altares a los piratas yankee y al venezolano, el que se hizo una bandera propia y un himno propio que es la bandera cubana, una vulgar copia de la tejana yankee con el proposito del reino de Cuba y su rey Narciso Lopez en la Habana, esa historia los cubanos no les interesa contar en cobardia de reconocer los hechos historicos si transgiversarlos y mentirlos.