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Edad Media (ss. V al XIII)[editar]
Los ostrogodos eran un grupo de godos que habían sido sojuzgados por los hunos, pero tras su liberación de estos, Teodorico el Grande, con la bendición del emperador romano de Oriente, condujo a su pueblo a Roma en 488.16 En la península gobernaba el héruloOdoacro tras deponer al último emperador romano de Occidente en 476, pero tras una campaña en el norte de la península, Teodorico tomó la capital, Rávena, matando a Odoacro en 493. En 526 la muerte de Teodorico acabó con la paz, heredando Italia su nieto, Atalarico, que murió sin hijos lo que produjo una crisis que llevó al reino a la desaparición.16
Bajo Justiniano I, el Imperio romano de Oriente inició una serie de campañas con el objetivo de reconstruir la unidad mediterránea. La debilidad del reino ostrogodo, y los deseos del Imperio de recobrar la ciudad de Roma convirtieron a Italia en un objetivo. En 535 el general Belisario invadió Sicilia y marchó a través de la península, tomando Nápoles y llegando a Roma en 536. Prosiguió hacia el norte y tomó Mediolanum (Milán) y Rávena en 540, y para el 561 había pacificado la zona.17
Entre los diferentes pueblos germánicos que habían abandonado su antigua morada para vivir en mejores tierras, se contaban los lombardos, a los que Justiniano I había dejado asentarse en Panonia, a condición de que defendieran la frontera.18 La presión de los lombardos sobre el papa hizo que el rey de los francos, Pipino el Breve, realizara entre 756 y 758 repetidas campañas en el norte de Italia. La situación se recrudeció a la muerte de Pipino, pero la reunificación de los francos bajo Carlomagno llevó a una nueva intervención en Italia en 774. Tras una breve batalla, Carlomagno se hizo con el reino de Lombardía, que, manteniendo su autonomía, se integró en el Imperio carolingio.19 Entre los siglos X y XIII, ciertas repúblicas marítimas gozaron de una prosperidad económica, gracias a su actividad comercial, en un marco de amplia autonomía política. Generalmente, la definición se refiere en especial a cuatro ciudades: Amalfi, Pisa, Génova y Venecia. También otras ciudades del área gozaban de independencia (gobierno autónomo con forma de república oligárquica, moneda, ejército, etc.), habían participado en las Cruzadas, contaban con una flota naval, tenían fundagos, "cónsules de las nationes", que vigilaban los intereses comerciales de sus respectivas ciudades en los puertos mediterráneos, y pueden ser incluidas de pleno derecho entre las repúblicas marítimas. Entre estas, cabría destacar Gaeta, Ancona, y Noli.
Edad Moderna[editar]
Durante los siglos XIV y XV, la Italia norte-septentrional estaba compuesto por distintas ciudades estados, siendo el resto de la península ocupado en su mayoría por los Estados Papales y el Reino de Sicilia. La mayoría de las ciudades estados estaban subordinadas a soberanías extranjeras, como el Ducado de Milán, estado constituyente del Sacro Imperio Romano Germánico, mas la mayoría mantenían la independencia de facto de estas soberanías extranjeras, que habían ocupado la mayoría de la península desde la Caída del Imperio romano de Occidente. Las más fuertes entre estas ciudades-estados gradualmente absorbieron los territorios que los rodeaban, dando a lugar a las Signoria, estados regionales dirigidos por familias mercantes que fundaban dinastías locales. La guerra entre estas ciudades-estado era habitual y principalmente llevada a cabo por bandas de mercenarios conocidos como condotieros dirigidos por capitanes italianos. Décadas de enfrentamientos dejaron como potencias regionales a Florencia, Milán y Venecia, quienes firmaron el Tratado de Lodi en 1454, que llevó a la paz en la región por primera vez en siglos. La paz duraría por los siguientes cuarenta años.
El Renacimiento europeo, un periodo de reavivamiento de las artes y ciencias, originado en Italia gracias a varios factores, como la gran riqueza acumulada por las ciudades, el mecenazgo de las familias dominantes como los Medici en Florencia, la migración de los estudiosos griegos debido a la conquista de Constantinopla por parte del Imperio otomano. El renacimiento terminó a mediados del siglo XVI debido a las desastrosas guerras italianas. Las ideas e ideales del renacimiento se esparcieron por la Europa Nórdica, Francia, Inglaterra y el resto de Europa.20
Durante Guerras Italianas (1494-1559) provocadas por la rivalidad entre Francia y España, las ciudades-estado gradualmente perdieron su independencia y estuvieron bajo la dominación extranjera, primero bajo España (1559-1713) y después Austria (1713-1796). Entre 1629-1631 una nueva plaga aniquilo el 14 % de la población. La decadencia del Imperio Español en el siglo XVII se llevó consigo a Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Milán. En particular, el sur de Italia se vio excluido del escenario europeo.21En el siglo XVIII, debido a la Guerra de Sucesión Española, Austria reemplazo a España como la principal potencia extranjera. Durante las Guerras Napoleónicas, el norte de Italia fue invadido y reorganizado como el Reino de Italia, un estado títere del Imperio Francés, mientras que el sur fue gobernado por Joaquín Murat, cuñado de Napoleón, coronado como rey de Nápoles. En 1814 el Congreso de Viena restauró la situación del siglo XVIII, mas los ideales de la Revolución Francesa no podrían ser erradicados. 22
Unificación y Reino[editar]
El nacimiento del Reino de Italia fue gracias a los esfuerzos unidos de los nacionalistas y monárquicos leales a la casa de Saboya, para establecer un estado unificado en la península itálica. En el contexto de las revoluciones liberales de 1848 a través de Europa, se produjo una infructuosa guerra contra Austria. El Reino de Cerdeña atacó nuevamente a Austria en la Segunda Guerra Italiana de Independencia en 1859, con la ayuda de Francia, resultando en la liberación de Lombardía.
En 1860-61, el general Giuseppe Garibaldi llevó a cabo la unificación en Nápoles y Sicilia, haciendo que el Conde de Cavour declarara un reino unificado el 17 de marzo de 1861. En 1866, Víctor Manuel II se alió con Prusia durante la Guerra Austro-Prusiana, en la Tercera Guerra Italiana de Independencia que permitió la anexión de Venecia. Finalmente, después de la Guerra Franco-Prusiana de 1870, Francia abandono sus intereses en Roma, lo cual permitió la captura de Roma y el fin de los Estados Pontificios.23
El Estatuto Albertino de 1848 se extendió a todo el Reino de Italia en 1871, proveyéndole de libertades básicas, aunque las leyes electorales excluían a las personas sin propiedades y los no educados. El nuevo gobierno del reino era una monarquía parlamentaria constitucional, dominada por las fuerzas liberales. El sufragio universal masculino fue adoptado en 1913. Mientras el norte se industrializaba rápidamente, el sur y las zonas rurales del norte permanecieron subdesarrolladas y sobrepobladas, forzando a millones de personas a migrar. El Partido Socialista Italiano se fortalecía y desafiaba a los tradicionales partidos liberales y conservadores. Desde finales del siglo XIX, Italia se convirtió en una fuerza colonial, con colonias en Somalia, Eritrea, Libia y el Dodecaneso.
Italia, aliada de los imperios alemán y austrohúngaro en la Triple Alianza, en 1915 se unió a las fuerzas aliadas en la Primera Guerra Mundial, con la promesa de extender su territorio, con los terrenos de Carniola Interior, el litoral austriaco y Dalmacia. El ejército italiano quedó inicialmente estancado en una guerra de trincheras en los Alpes. En octubre de 1918, los italianos lanzaron una feroz ofensiva que culminó en victoria en la batalla de Vittorio Veneto. La victoria aseguró el final de la guerra en el frente italiano. Dos semanas después acababa el conflicto.24
Durante la guerra, murieron 650 000 soldados y muchos civiles,25 llevando a la quiebra al reino. Los tratados de Saint Germain, Rapallo y Roma, concedieron la mayoría de los territorios reclamados, más no la costa dálmata, lo que hizo que varios grupos nacionalistas definieran la victoria como ''mutilada''. Más adelante, tras la creación del Estado Libre de Fiume por el poeta Gabriele D'Annunzio, también Fiume fue anexionada.
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