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sábado, 15 de marzo de 2014

El Descubrimiento del Brasil. Los Primeros años de la colonización

File:Cantino planisphere (1502).jpg
Planisferio de Cantino (1502) Tomado de Wikipedia

René  León

  A partir del año de 1432, los portugueses siguieron el impulso del Infante Enrique el Navegante, como era conocido en Portugal, y las empresas marítimas de descubrimiento y colonización crecieron. Los mares ecuatoriales  eran surcados por sus capitanes (1471-1476), siguiendo de cerca la costa en busca del estrecho de que se hablaba tanto, que los conduciría a las Indias.
  En 1484 descubre Diogo Cão, el Congo. Las noticias del comercio con la India, llegaban al rey. La figura legendaria del Preste Juan, crecía día a día. Se prensaba que a través de él se podían conseguir los tratados comerciales con este país. Llega Cristóbal Colón  a Lisboa, y le ofrece al rey navegante el descubrimiento de las Indias, tomando el rumbo de Oriente. Sus ideas son estudiadas por dos juntas de hombres prácticos y conocedores de las ciencias náuticas. Serían rechazadas por no poder encontrar dichos hombres la manera de probar que existía una ruta. Sin embargo, el rey ordenó el envío de una pequeña expedición en busca del camino de la India, que regresó con noticias de que era imposible encontrar más allá de los mares ya conocidos la ruta a la India. Colón descubría un Nuevo Mundo, pero no la India.
El Mapa de Juan de la Cosa, que data de 1500,
 menciona el viaje a la costa noreste de Brasil hecha por 
Vicente Yáñez Pinzón.
  Sale en 1499 del puerto de Palos de la Frontera, cuatro carabelas, con Vicente Yánez Pinzðn como jefe de la expedición. Entre las personas que lo ayudaron a organizarla estaban: Arias Pérez, Juan Quintero, Juan de Umbría y Juan de Jerez, que eran excelentes pilotos y habían acompañado a Colón en sus viajes. Llegan a las Canarias, cruzan el Atlántico, y encuentran la costa en 8 grados de lat.Sur, llamando a la tierra descubierta Santa María de la Consolación, que más tarde sería conocida por cabo de San Agustín, un poco al sur de Pernambuco. En nombre de Castilla, tomaba Pinzón  posesión de ella. Al continuar el viaje con rumbo al Ecuador, llegan a la desembocadura  de un río donde tienen escaramuzas con los naturales y mueren diez españoles. Siguen la navegación, y llegan a un paraje donde el agua se tornaba dulce, cosa que no podían creer. Había sido descubierto el Amazonas. Regresa a Palos de la Frontera la expedición. Al mismo tiempo, parte otra expedición como dos carabelas, Diego de Lepe como jefe y piloto, que  sigue la misma ruta llegando a San Agustín, que bautiza con el nombre de Rostro Hermoso. Sigue al Sur, viendo que la costa continuaba, vira al Norte, hasta Pariá. Lleva a su regreso un mapa al obispo Fonseca.

Pedro Alvares Cabral.jpg
En la imagen se aprecia a Pedro Álvares Cabral a la edad de 32 ó 33 años en una pintura que data del siglo XX. No hay registro de retratos de Cabral contemporáneos a su época.
 El portugués Pedro Alvarez Cabral sale de Lisboa con una flota de 13 buques el 8 de marzo de 1500. En su viaje se le presentan fuertes vientos, perdiendo la nao de Pedro de Figueiró, tratando de huir de los mares del cabo de Las Tormentas. Toman rumbo a Occidente, viendo al cabo de los días la costa a barlovento.


Desembarque de Cabral em Porto Seguroóleo sobre tela de Oscar Pereira da Silva, 1904.
Contenido en el 
Museu Histórico Nacional (Río de Janeiro).
Un domingo al amanecer, disparan una falconeta, para avisar a la flota que habían visto tierra. Descubre que no era una isla, sino tierra firme. Toma posesión de ella en nombre de su rey, Manuel el Afortunado. Era el 22 de abril de 1500. En su exploración descubren ríos, y  montes donde la vegetación era de extraordinaria belleza. Ven una gran bahía, donde entran. Es enviado a tierra en un esquife el oficial Nicolás Coelho, con un piloto moro, para ver si habían habitantes. Baja a tierra con diez hombres armados con lanzas y ballestas. Hallan un poblado donde los hombres y las mujeres de color “blanca bestial, desnudos, sin ningún cubrimiento de sus vergüenzas”. Algunos se cubrían con redes de un hilo que se creía de algodón, y plumas de aves de muchos colores. Allí descubren que los naturales tenían un palo, que al ser tirado al agua, soltaba una tinta roja. No fueron atacados por los naturales, al contrario los ayudaron. Se celebró una misa para dar gracias a Dios. Se construyó una cruz grande entre los portugueses y los naturales.  El 2 de mayo, regresan a Portugal. Pinzón y Diego Lepe, habían descubierto una tierra nueva, pero no habían tratado de hacer contacto con los naturales, por los combates que habían tenido anteriormente.
  Brasil es olvidado por varios años. Van pasando los años, los portugueses se van cansando de las conquistas de Asia y África  porque les van costando muchas vidas. El Rey Juan III veía las batallas contra los moros como algo imposible. Ya no se presentan voluntarios. Los portugueses vuelven los ojos al Nuevo Mundo.
  Decide Juan III enviar en 1522 al capitán Cristóbal Jaques, como jefe de una pequeña armada al Brasil. Arriba a la bahía de Todos los Santos, que ya había sido descubierta el 1 de noviembre de 1501. Encuentran fondeados unos buques franceses que negociaban con los naturales, y los pocos portugueses que vivían allí. Son echados a pique los barcos y muertos todos los tripulantes, Las costas nunca estuvieron exentas de corsarios y comerciantes que venían en busca de comercio con los naturales y portugueses que vivían alejados.
  Se le asignó una capitanía a Joao de Barros, era la primera sección de la de  Maranháo, con encargo de subir el Amazonas en busca del Perú. También recibió la del Río Grande. Se asignan otras ocho capitanías: La segunda sección del Maranháo, a Fernando Álvarez de Andrade. Ceará, a Antonio Cardoso de Barros. Itamaracá, a Pero Lopes de Sousa. Pernambuco, a Coelho d’Alburquerque. Ilhéos, a Jorge de Figuereido Correa. Porto Seguro, a Pedro Campos Tourinho. Espíritu Santo, a Vasco Fernández Coutinho. Santo Tomé, a Pedro de Góis da Silveira. Las de Río de Janeiro y San Vicente,  a Martín Alfonso de Sousa. Las de Santo Amaro  y Santana, a Pero Lopez de Souza. El rey se reservaba el dominio absoluto de San Salvador de Bahía, que al pasar el tiempo lo cedería a Francisco Pereira Coutinho. Sus capitanes tenían poderes especiales. La décima parte del valor de los tributos, pasaba al rey. Cada capitán tomaba entre 70 a 100 leguas de costa y tierra adentro.
  Cuando Cabral escribe al rey, al principio de la colonización, le habla de las riquezas y en especial del “palo de brasil”, dando luego su nombre a las nuevas tierras. Los portugueses fueron los primeros en establecerse, y los primeros mercaderes. Entre los primeros colonos se encontraban algunos judíos expulsados de Portugal a instancias de la consorte del rey Manuel I de Portugal, Infanta de Castilla y Aragón –hija de los Reyes Católicos, hermana de Doña Juana “la Loca”, e inesperadamente muerta en el parto de su hijo Miguel de la Paz, por breve tiempo príncipe heredero de Portugal, ya que falleció antes de cumplir los dos años de edad, en 1500-.
  Para el año de 1549 las capitanías no habían dado el resultado esperado, a causa de la resistencia de los naturales, -que serían llamados “indios”-; los ataques de los corsarios y piratas, y la inmensidad del territorio. El rey nombra un gobernador General y pasa todo el territorio al poder de la corona. Es nombrado Thomé de Souza, y se instala en Bahía. No permite la entrada de expediciones sin su conocimiento y limita el intercambio con los extranjeros. Regula la explotación del azúcar, de la que se dice que fue un colono de Madeira el que plantó la caña de azúcar.
  Hace su entrada en la colonia la religión, siendo la orden de los jesuitas la que más poder y control alcanzó. Se hacen cargo de la educación de los indios. El Brasil que ellos encontraron no era como otras colonias, donde existía tanto atraso. Se comerciaba con la Metrópoli. Se cultivaba la caña de azúcar en las áreas cercanas a la costa, pero surgía el problema grave de la falta de brazos para el trabajo. Los jesuitas se oponían a la explotación de los indios. Los colonos cuando le hacían falta trabajadores, se internaban en la jungla y atacaban las tribus pacifícas, y se llevaban prisioneros para sus colonias. Las mujeres, muchas de ellas, más si eran bellas, eran escogidas como mujeres de ellos. A las mujeres lusitanas no les interesaba venir a la nueva colonia. Los indios en venganza, cuando eran atacados, al poco tiempo destruían las siembras y atacaban a los colonos en represalia. El indio era cazado para trabajar, y los naturales cazaban a los portugueses, para martirizarlos, en venganza.
   Los jesuitas, con vista a poner coto a  la persecución de los indios, proponen la entrada de esclavos negros en la colonia. Los padres Nobrega y Azpilcueta organizan a los indios en poblaciones, donde le daban atención y educación, para evitar que fueran maltratados. En Bahía se fundan dos seminarios religiosos. Otros padres son enviados al interior del Brasil. Muchos fueron muertos en venganza por los abusos de los colonos. Los padres sufrieron tratando de evitar el atropello de los indios por parte de los colonos. Aprendieron los dialectos para mantener una mejor  comunicación con ellos.
  Al fin consiguen la entrada de buques de esclavos de África, cada año. Trataron  de salvar a los indios, sin embargo, como en el caso del Padre de las Casas, sacrificaron a los negros traídos de esclavos. El mal estaba ya sembrado. Los portugueses y los mestizos, cuyo número había aumentado considerablemente, les hicieron la guerra a los indios y a los jesuitas. Los Padres los armaban en los poblados para su defensa. Al pasar los años la labor realizada por los jesuitas fue destruída completamente, y sumidos los indios en la esclavitud. Otros se refugiarían en la jungla alejados de los blancos.
  En el año de 1620 se empieza a combatir abiertamente a los jesuitas. Al principio fueron defendidos por el rey Juan IV, pero el Brasil estaba muy distante. Para el año de 1680 sólo quedaban bajo el control de ellos 12,000 indios, de los 100,000 que habían tenido. En el año de 1689 habían sido obligados a embarcar para Europa. En 1757, Bombal (primer ministro de Portugal  entre 1755 y 1779, coincidiendo con la duración del reinado de José I) mandó a expulsar completamente a todos los jesuitas que quedaron en la colonia.

NOTA: Las imagines fueron tomadas de Wikipedia.

2 comentarios:

  1. Muy interesante y bien escrito el articulo sobre el Descubrimiento del Brasil. No se lee nada interesante en otro espacios digitales. Esta pagina tiene buenos escritores.

    Jacinto Hasty
    Greensboro, N.C

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  2. Da gusto leer la Pagina de Pensamiento, tiene buenos escritores y los articulos son muy interesantes. Ojala que mantengan la misma calidad. Un amigo me la recomendo hace tres meses y no falta nunca a leerla. Gracias por este regala de calidad.
    Mary Longgreen
    Atanta, GA

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