Rowland J. Bosch
España ha llevado el estigma de su retraso
industrial y económico dentro del grupo de las naciones europeas, por razones
que no son del caso analizar aquí y que tienen mucho que ver con su evolución
histórica. Por ello no participó plenamente en el desarrollo del siglo de las
luces, ni se adentró como otras naciones en el completo disfrute de los
adelantos científicos del pasado siglo.
Ahora, ya estabilizada como nación y como
parte integrante del Mercado Común Europeo, marcha por nuevos senderos de
prosperidad.
Pero España sí puede vanagloriarse de su
contribución al campo de las artes y de las letras, y ha regalado al mundo las
voces clásicas más bellas y prodigiosas de los tiempos que corren. A través de
los años, la Madre Patria
ha dado muchos cantantes ilustres y muy en especial ha sido prolífica en
tenores operísticos.
El primer tenor español de que se tiene
memoria es Manuel García (1775-1832), después ocupó el trono Julián Gayarre
(1844-1890), posteriormente descolló el malogrado Miguel Fleta (1897-1938) y el
longevo Hipólito Lázaro, barcelonés nacido en 1889 y muerto recientemente,
quien tenía una voz de alcance extraordinario, y fue un maestro del bel canto,
pero España ha seguido brillando hasta el presente, recordemos en el terreno de
la zarzuela las voces de los barítonos Marcos Redondo, Emilio Sagi Barba y su
hijo Luis Sagi Vela y el tenor lírico ligero Emilio Vendrell.
Al presente, y con la excepción de Luciano
Pavarotti, Italia parece haberse detenido en su producción de grandes tenores
internacionales y España se ha apoderado del cetro operístico.
Hay hoy en día, por lo menos seis grandes
voces en el rango de los "Si" naturales: citemos a los catalanes José
Carreras, Jaime
Aragall y
Bernabé Martí, al madrileño Plácido Domingo, al cordobés Pedro Lavirgen, y al
recientemente fallecido (1999) canario Alfredo Kraus. Todos, con la excepción
de Bernabé Martí, han cantado en el Met de Nueva York. De José Carreras,
bendecido con una voz bellísima de estilo altamente depurado, gran
musicalidad y una personalidad muy atractiva, podemos decir que su debut en
Estados Unidos se remonta a 1972, en el New York City Opera, y en 1975, en el
Met. Desafortunadamente, una enfermedad ha destruido gran parte de su arte,
dedicándose hoy por hoy a un repertorio menos comprometedor.
Otro gran cantante, que ha sido el pionero de
este grupo contemporáneo, es Alfredo Kraus, cantante dotado de una incomparable
voz de tenor lírico. Era un artista inteligentísimo, que supo
mantener su voz intacta, y a los 70 años de edad, aún cantaba
esporádicamente en los principales centros de ópera del mundo, aunque limitando
su repertorio al género puramente lírico, óperas como "La Traviata",
"Werther", "La
Favorita", y "Don Pascual". En la temporada del
Met (1992-1993), cantó "Lucía de Lammemoor". El cordobés Pedro
Lavirgen, de voz rica en sugestiones tímbricas de cálidos tonos centrales
y agudos de brillante sonoridad, ha sido uno de los más versátiles cantantes
operísticos españoles, pero ha escogido, aparte de la zarzuela, de la que todos
ellos hacen alarde, un repertorio preferentemente dramático, "Aida",
"Andrea Chenier", "La Gioconda", "La Fuerza del
Destino", "El Trovador", "Carmen", las óperas de
Puccini y el resto del repertorio verista, han sido sus preferencias. Hoy
semi-retirado de la zarzuela. Bernabé Martí, de voz esencialmente lírica que
encaja perfectamente en los papeles de zarzuelas, abandonó su prometedora
carrera, para seguir la de su esposa, la gran soprano Monserrat Caballé. Otro catalán
de renombre es Jaime Aragall (en los 50), quien tiene una voz lírica, aunque de
timbre oscuro, capaz de llegar al Do Natural con fácil flexibilidad, es un buen
actor y tiene una atractiva personalidad que encaja perfectamente en los
personajes que encarna.
Y terminemos con el inmenso Plácido Domingo,
madrileño de nacimiento, hijo de grandes artistas de zarzuelas. Quizás algunos
recuerden a Pepita Embil, su progenitora y eminente soprano. Domingo, además de
poseer una voz extraordinaria de tenor lírico espinto, ha resultado ser un
brillante director de orquesta. En la pasada temporada del Met, Domingo cantó
en "Los Cuentos de Hoffman", "Payasos" y "La Traviata", y el gran
barítono catalán, Juan Pons, cantó también en "Payasos".
Mucho más podríamos decir de estos grandes
cantantes que han llevado el nombre de España a todos los rincones del mundo.
Unidos estos nombres a los del glorioso pasado, formaríamos un firmamento
operístico del que cualquier nación se sentiría orgullosa. Aparte de los
artistas mencionados al comienzo, recordamos como parte de este firmamento los
nombre de otros cantantes nacidos en España.: Miguel Villabella, a quien muchos
consideran francés, pero nació en Bilbao. Conchita Supervía, Victoria de los
Angeles, Adelina Patti, María Barrientos, Regina Pacini, Mercedes Capsir, Pilar
Lorengar, Luisa Vela, Conchita Badía, Monserrat Caballé, Francisco de Andrade,
Lucrecia Bori y Teresa Berganza. Todos juntos constituyen un inmenso legado del
que España, nuestra Madre Patria, se llena de orgullo y que generosamente,
regala, al mundo del canto clásico.
Tomado de: Musica de ayer, de hoy y de Siempre, Autor Rowland J. Bosch 2013
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