"No sé cuál será el alcance de mi obra
en este espacio
de tiempo en el que me ha tocado vivir"
Publicado en: OtroLunes conversa
Primera Parte
La página web de la escritora y pintora cubana Mireya Robles (Guantánamo, 1934) es muy completa, ofrece una panorámica de la obra de esta artista cubana, destacando la esencia de cada una de sus novelas, su poesía, pintura y hasta sus textos inéditos.
A la literatura de Robles hay que volver una y otra vez. Sus dos grandes novelas, Hagiografía de Narcisa la Bella y La muerte definitiva de Pedro el Largo, destacan por un elaborado proceso narrativo, donde el tiempo, la muerte y las relaciones humanas son la esencia de esas obras. A partir de un profundo sentido de la prosa, que es en todo momento minuciosa, dominante y vital, Robles indaga en sus personajes, ejerciendo desde el yo narrativo un dominio sobre el lector.
Usted ha dicho: “Yo les doy a mis personajes todas las libertades y todas las posibilidades que yo no puedo tener en la vida real”. ¿En la libertad de los personajes no va implícita la propia?
En Hagiografía de Narcisa la bella, rompo esa distancia y entro yo tres veces en la obra, no como narradora, sino como autora, para hablarle a Narcisa, aunque estoy consciente de que no me oye. Eso se lo comenté a una profesora de la Universidad de Bergen, en Noruega, que escribió su tesis doctoral sobre esta novela, y me dijo que eso no era posible, pero sí lo es. Lo hice yo, ya lo había hecho Ernesto Sabato en Abaddón, el exterminador, donde la presencia del autor, con su mismo nombre, es evidente aunque se encuentre entre los personajes de la novela. Esta posibilidad claramente la planteó Luigi Pirandello en su obra titulada Seis personajes en busca de autor.
En Hagiografía de Narcisa la bella se profundiza en las relaciones de familia. ¿Cuán dañina puede ser la familia como autoridad castradora? En Una mujer y otras cuatro se incursiona también, como en Hagiografía, en las relaciones homosexuales, tema recurrente en parte de su obra. ¿Cree que sus libros podrían contribuir a un mejor entendimiento de las relaciones de pareja del mismo sexo?
No sé qué efecto tendrá lo que he escrito, en los jueces falsos que pululan por el universo, porque si no valen nada, les viene muy bien establecer un parámetro, un punto de comparación para sentirse todo lo superiores que no son: “Tú eres homosexual y eso es malo. Yo no soy homosexual y por lo tanto, soy superior a ti”.
Parece ser que las sociedades son hoy en día más abiertas y tolerantes con las minorías. A qué le atribuye esa tendencia contemporánea y cómo avizora el futuro con respecto a la libertad individual.
No se les puede llamar “abiertas” ni “tolerantes” si han sido un obstáculo a la libertad individual. Su apertura no es un regalo, es una obligación. Se trata de que reconozcan que están violando el destino de otras personas sin tener ningún derecho a hacerlo. Si se diera, su cambio de actitud puede deberse –así quisiera creerlo–, a que se han superado espiritualmente y se han dado cuenta de que se han estado metiendo en un terreno que no les pertenece. O puede deberse a que se sientan disminuidos en su poder porque la voz de los oprimidos se ha alzado y entonces crean que es más conveniente “ceder” que perder la partida al quedar desarmados, porque el arma de los intolerantes es el miedo que infunden a los que marginan.
En esto de sociedades que en este siglo se ven como abiertas y tolerantes, quiero referirme al caso de Cuba. Sabido es que allí la limitación al acceso de conocimiento de lo que se publica en el exterior es extrema. Por supuesto, aquí excluyo a los elegidos a los que se les brinda toda clase de posibilidades de aprendizaje en la Isla o en países de Europa del Este. Tal vez, como tanto se ha comentado, sea cierto que ese mal llamado gobierno haya publicado obras de autores cubanos del exilio para aparentar una apertura que no existe. Pero cualquiera que sea su intención, lo importante es el resultado. Yo, aunque salí de Cuba en 1957, soy parte inequívoca de ese exilio y creo que no se debe de considerar que el mal llamado gobierno y ese pueblo que aún está en la Isla, son una misma cosa. En Cuba me publicaron una edición de Hagiografía de Narcisa la bella. Aquí hay quienes consideran autores malditos a los que hemos publicado en la Isla. Creo firmemente que ya las limitaciones que sufre el lector cubano son extremas y no seré yo quien contribuya a aumentarlas. Me parece excelente que puedan leer obras de escritores cubanos que están en el exilio o de cualquier otro autor extranjero, ya sea que sus obras salgan de imprentas que están dentro o fuera de la Isla.
Usted trabajó con los cubanos que llegaron a Estados Unidos durante el éxodo de Mariel. De esa labor surge su novela Combinado del Este. ¿Qué nos podría decir de esta novela?
Hace años busco un poema de esta señora, Margarita Robles, que le oí a la excelente cantante cubana Martha Strada y siempre que lo oigo me hace llorar pues recuerdo mi hermosa Patria cubana. No se como se llama el poema pero sé que ella sabe cuál es, quisiera tener la letra de ese maravilloso poema pero por mucho que lo he buscado no logro encontrarlo.
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