José Antonio Saco, abogado y filósofo, se oponía al anexionismo de Cuba con Estados Unidos de Norteamérica . (Cubadebate) Por: Sartunino Polón Primera Parte |
NOTA ACLARATORIA:
El ensayo a continuación, “Anexionismo y Nacionalidad”, era un trabajo
inédito al escogerlo para este libro. Inicialmente fue escrito para participar
en un concurso de trabajos de historia. No fue seleccionado entre los ganadores
y por tanto, hasta ahora, no había sido divulgado. No nos extraña que no
resultara ganador. En adición a la calidad de los trabajos que resultaron
ganadores, reconocemos que el nuestro esta algo en bruto.
Debemos hacer una aclaración. En los demás trabajos recogidos en este libro
solo hemos realizado una revisión cosmética: ortografía, sintaxis y algo del
estilo. Pero poniendo un énfasis muy especial de no alterar en nada el significado
de los artículos. De no desdecirnos de nada. De no contradecirnos ni tampoco
incluir ningún contenido nuevo. Esto fue así, porque eran artículos publicados
anteriormente. En este, siendo inédito, no teníamos esa obligación y lo hemos
extendido notablemente. Pero podemos asegurar sin temor a error que no hemos
cambiado en nada la sustancia. Hicimos esto debido a que en la versión inicial
teníamos que ceñirnos a una extensión máxima por ser requisito del concurso.
Ahora sin embargo, sin tener que limitarnos a eso, creímos prudente ilustrar y
hacer más comprensible la tesis central,
El tema tratado, la importancia que la corriente anexionista del siglo XIX
tuvo en la formación de nuestra nacionalidad, es un tema complejo y espinoso
por ser naturalmente “políticamente incorrecto”. Resulta obvio que este trabajo
es muy breve y esquemático como para que la tesis central quede adecuadamente
expuesta. ¿Por qué incluirlo? Porque el asunto es bien interesante y está
completamente abandonado por la historiografía cubana.
Los autores que nos han precedido (salvo escasas excepciones que no ocultan
su especial motivación política) por lo general tienden a minimizar el fenómeno
anexionista. Alteran su sentido, su importancia y su valor al no mencionar las
circunstancias concurrentes y al hacer constantemente juicios críticos
negativos sobre la corriente y sus protagonistas. Para este autor, sin embargo,
esa corriente tuvo importancia grande, si bien indirecta, en la formación de
nuestra nacionalidad y la forma especifica como los cubanos ven a los EUA, la
cuál contrasta agudamente a como los ven (o veían a principios del siglo XX)
los demás países latinoamericanos. Esperemos que la historiografía cubana
futura corrija este prejuicio. Y confesamos que a este autor le gustaría volver
a trabajar estos temas de un modo más extenso.
Julio del 2015
Apuntes para un estudio del anexionismo como elemento formativo de la
nación cubana.
Por: Saturnino Polón.
La nación cubana se encuentra en un grave estado de crisis. Fue la última
colonia latinoamericana de España en alcanzar su independencia como estado
independiente. (Puerto Rico aun no ha logrado ser un Estado plenamente
independiente) Comenzó tardíamente su lucha por la independencia (circa 1850),
la logró en 1902, solo tras medio siglo de lucha formativa.
Pero solo duró apenas otro medio siglo como república nacional
independiente. Duró 56 años y medio. En el fatídico año de 1959, con el triunfo
contra evolucionario del castro comunismo, la República cayó en un caos
disolvente y quedó totalmente destruida ya en año 1965. Fue violentamente
substituida por una tiranía totalitaria que perdura hasta el día de hoy, hace
ya unos 50 años.
Dado que en este siglo XXI un estado totalitario, o incluso tan solo
autoritario, es algo anacrónico e incongruente, la lógica indica que el sistema
totalitario cubano en algún momento futuro quedará superado. Hoy es
perfectamente visible para cualquiera que la destrucción material, sociológica
y espiritual del pueblo cubano, causada por más de medio siglo de
totalitarismo, es de una magnitud catastrófica. Súmesele a esto una gigantesca
diáspora de millones de cubanos y sus descendientes huyendo de la tiranía hacia
países extranjeros. De los cuales, centenares de miles de ellos hoy gozan de
alguna otra ciudadanía por lo que es una masa humana que ya está, o bien
asimilada o asimilándose, en el seno de otras naciones y es poco probable que
retorne toda. No es necesario ser un
experto, simplemente es fácil ver cuán difícil será superar esta etapa. La
tarea es tal que equivale a refundar la Nación Cubana.
Elemento parcial pero esencial de esa regeneración de la nación es el
reencontrar y reintegrar las raíces originarias de nuestra nacionalidad. Esta
es la razón de ser de la Historiografía. Ayudarnos a interpretar, evaluar y
concientizar los datos históricos, que no son otra cosa que el relato cronológico
de nuestra vida colectiva (o individual según sea el caso). ¿Cuáles son esas
raíces originarias? La futura tarea socio política de Regenerar la Nación Cubana,
asunto esencialmente práctico que se ejecutará necesariamente bajo presión de
la urgencia, la emergencia y la improvisación, requerirá como fundamento, tanto
previo como complementario, la respuesta a esa pregunta. De aquí la importancia
de la revisión y reinterpretación de nuestra historia, desde la perspectiva de
nuestra presente situación y actual dilema existencial como nación.
Tarea enciclopédica que solo puede acometerse colectivamente. No puede, por
definición, ser el objeto de este breve ensayo. Aquí nos referiremos a cierta
corriente de pensamiento y acción, presente en el origen mismo de nuestra
formación nacional. Hablamos del fenómeno usualmente conocido por corriente o
movimiento anexionista, específicamente durante el segundo tercio del siglo XIX
y su importante papel en la formación de la nacionalidad cubana.
Desde luego, no se trata de un fenómeno desconocido. Todo lo contrario. Los
datos históricos son perfectamente conocidos, aunque siempre es posible que, en
el futuro, aparezca alguna que otra documentación no considerada hasta hoy. De
hecho esta corriente es cita de rigor en toda historia sobre Cuba. Nuestro
punto es que, por razones obvias, está total y erróneamente mal interpretada,
subvalorada, menospreciada y básicamente señalada para su olvido. Pensamos
también que la futura historiografía cubana debe rectificar este enfoque.
Tras la derrota en la Guerra de los Diez Años, la mayoría de los mambíes
quedaron marcados por el compromiso vital de lograr el triunfo de su Ideal. Una
década de entrega total a la causa, donde muchos compañeros perdieron vida y
hacienda, donde la vida estuvo en juego permanentemente, donde esfuerzo, sacrifico
y riesgo fueron tales que el heroísmo extremo se volvió pan nuestro de cada día,
deja necesariamente una huella. Para hombres que se graduaron en esa escuela de
lucha, su autorrealización vital honorable solo se lograría si la lucha se
reiniciaba y lograban liberar a Cuba del colonialismo español. Los veteranos
supervivientes de la Guerra de los Diez Años se convirtieron en
independentistas irreductibles. Y su heroísmo engendró un gran número de
simpatizantes de esta causa entre la población no combatiente, tanto dentro de
Cuba como en el exilio, especialmente el radicado en los EUA. (Recordando que
toda regla tiene su excepción, por brevedad no consideramos aquí que no faltó
algún que otro mambí asumiendo posiciones contrarias).
Durante los 17 años que duró el proceso de reorganización para reiniciar la
lucha por la independencia, la corriente independentista, surgida de la
experiencia de La Guerra Grande, por obvia necesidad de auto justificarse, tuvo
que enfrentarse en el terreno ideológico al residuo de la corriente anexionista
procurando ilegitimizarla y anularla. Por supuesto, también había un
enfrentamiento con la fuerte corriente autonomista que operaba dentro de Cuba,
pero no son ellos objeto de este ensayo.
Segunda Parte el 15 de septiembre
En el Primer Encuentro del Libro Cubano Exiliado |
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