Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)
No es novedoso escribir que un número significativo
de medios de comunicación está manipulado al máximo, ni que los actos
culturales, que se llevan a cabo en cualquier localidad de nuestro país, a veces
no son aireados y difundidos, como se merecen, por dichos medios. Determinadas
vías mediáticas, aunque se hallen impregnadas de una ideología cualquiera,
nunca deben ningunear aquellos acontecimientos que están dentro del círculo de
la Cultura (con mayúscula).
El ciudadano sabe que la Cultura
no es patrimonio de ningún partido político, ya se encuentre en el poder o en
la oposición. Nadie debe olvidar que las distintas empresas periodísticas
tienen el deber de informar, no siempre lo hacen, como ya he referido, sobre
los actos organizados por instituciones y organismos, tanto públicos como
privados, precisamente, para acrecentar el caudal cultural del pueblo. “La libertad, refiere Miguel de
Unamuno, no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No
proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad
pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”.
Las empresas mediáticas que obvien,
a nivel local o nacional, sobresalientes acontecimientos culturales están
cometiendo una de las más graves injusticias contra la comunidad a la que
sirve. La indiferencia y el silencio que mantienen estos medios de
comunicación, ante eventos culturales de gran trascendencia para la población,
se los impone el partido al que pertenecen, aunque voceen a los cuatro vientos
que son, políticamente, libres e independientes. “La culpa del asno, manifiesta
Miguel de Cervantes, no se le ha de echar a la albarda”. A buen entendedor con
pocas palabras le basta. Por desgracia, determinadas voces mediáticas se han
habituado, el orbe idiotizado lo exige, a imputar “a la albarda” los yerros u
omisiones del asno.
El gran Menéndez Pidal dijo, en
una reunión de amigos políticos y literatos, que el lema de la República (hoy
de la Monarquía) debe ser: “Cultura”. Sí, Cultura, porque sólo los hombres que
se cultivan pueden dar soluciones satisfactorias a los muchos y variados
problemas que pesan, como una losa de dimensiones cósmicas, sobre la sociedad
actual. La Cultura debe hallarse muy por encima de las ideologías políticas, de
los poderes económicos, de las sociedades de consumo, de los seres mecanizados,
de las estructuras ya conocidas, de los credos sin vida…, pero,
desgraciadamente, la realidad es bien distinta.
Tengamos, pues, siempre presente
que el hombre es un ser cultural, es decir, la Cultura mana del ser humano, ya
que es él quien hace posible, desde el lugar que ocupa en la sociedad, su
propio desarrollo en la vida y la transformación constructiva de la humanidad.
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