Sección Constante: 21 de Diciembre de 1881.
-El 1ro de noviembre, día de todos los Santos, 300 mil personas entraron en París al cementerio del Pére Lachaise. Entre las tumbas más visitadas en esta gran necrópolis, la de Beranger la cuentan los cronistas en primer término: la multitud no cesó en toda la tarde de arrojar sobre ella flores y coronas: la de Alfredo de Musset y Ernesto Baroche, el comandante de la guardia nacional muerto en el Bourget, atrajeron también gran muchedumbre. Los curiosos contemplaban el alto cono de piedra que cubre las cenizas del conde de Beaujour, y los enamorados inconsolables lloraban en torno de Abelardo y Eloisa. Una sorpresa aguardaba este año al público, y es el monumento sencillo y elocuente dedicado a los desconocidos de la fosa común; esos que ni siguiera un nombre dejan sobre su sepulcro. Este monumento consiste en una columna rota. El cementerio de Montmartre acudieron como cuarenta mil personas, y en este cementerio las tumbas más visitadas fueron: la de Teófilo Gautier, y la de Mürguer, Girardin y Offenbach han sido casi olvidadas por la multitud. Dícese que la muerte es el principio de la gloria, y, sin embargo, ¡cuántas reputaciones se extinguen a las puertas del cementerio!”
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