Por: René León
Según los historiadores, la ciudad de México fue fundada entre los años de 1131 a 1357. Pero según el Barón de Humboldt, la fundación fue en el año de 1325. Tenemos que ir a la tradición para poder saber cuándo es que se funda Tenochtitlán, como era conocida. La tradición nos da detalles de la formación de México. El dios Huitzilopochtli le dijo a los sacerdotes que tenían que abandonar sus tierras de Aztlán, o “ciudad de las garzas”, que se decía estaba situada en lo que es los desiertos de la Alta California, para buscar unas mejores tierras, el dios decía que él podía enseñarles el lugar, que les llevó 165 años. Allá por el año de 1063 emprendieron la marcha para el lugar que se escogería. Cuando llegaron a Chapultepec, llamado “cerro del chapulín” ya habían pasado muchos años. Durante su camino, venían allanando el paso de las tribus que se oponían a ellos, al mismo tiempo que construían poblados para vivir mientras llegaban al lugar donde se levantaría la nueva ciudad o imperio. El mismo dios Huitzilopochtli, los iba acompañando con los sacerdotes, para que no perdieran la fe.
Cuando llegaron a Chapultepec, descansaron por poco tiempo y el dios les dijo que faltaba poco para llegar al lugar designado. Continuaron su camino, hasta que llegaron a la orilla de un lago, donde descansaron y empezaron a levantar sus viviendas, sin haber fijado el lugar exacto. Se situaron en medio de las aguas, Huitzilopochtli mandó a buscar a dos de sus sacerdotes para que reconocieran el lago y sus aguas. Uno de ellos se sumergió y no volvió a salir, pensando todos que se había ahogado, pero al día siguiente el sacerdote Axalao, que así se llamaba, se presentó con Tlaloc, señor de la tierra, quien le mandaba a decir que se poblara aquel lugar y se levantara una gran ciudad y fuera centro de todo el imperio.
En el centro del lago había una franja de tierra y un día allí encontró Huitzilopochtli, sobre un nopal, un águila devorando una serpiente, decidiendo que aquel sería el centro del imperio azteca. El nombre de Tenuchtitlán o Tenochtitlán, viene de la planta del nopal, que era Tenuch o Nochtli, y el de México por llamarse Metzitín uno de sus caudillos. El escudo de las armas de los aztecas tenía un águila en el tunal, con la serpiente en la boca, conservándose hasta el día de hoy.
Empezaron a cultivar las tierras alrededor del lago y a levantar sus viviendas y palacios para los dioses, pero el hambre vino a separar a los residentes, que eran dos grupos. Los Tlaltelolcas ocuparon la parte norte de la ciudad, y los mejicanos Chapultepec, llegando al pasar el tiempo haber alrededor de 90,000 casas. Habían plazas grandes y bien cuidadas y los diferentes templos, entre ellos el de Huitzilopochtli, dios de la guerra. Su construcción era la que más sobresalía entre las otras. Los españoles cuando la vieron se quedaron sorprendidos.
En su religión según cuenta la leyenda y los historiadores, ellos reconocían que había habido un diluvio universal. Reconocían el castigo para el que faltara a los dioses, y el premio para aquellos que reconocían su gran poder. Había la costumbre de, para dar adoración a sus dioses, sacrificar vivos a niños, jóvenes robustos y a los prisioneros de guerra.
Sus armas principales eran las rodelas de varios tamaños y figuras, arcos y flechas, ondas y piedras de diferentes tamaño. Lanzas que se hacían especiales, donde le eran incrustadas objetos cortantes para causar la muerte del enemigo o animal.
Tenían mucho cuidado con sus jardines, los cuales eran adornados con flores, al igual que adornaban sus trajes con flores también. Había un mes en el año que aparecía en su calendario dedicado a las flores. Las ofrendas que se le hacían a su diosa, eran ramilletes de flores, y no víctimas.
El idioma oficial era el Nahualtl que se usaba en todos los actos oficiales, y había una orden especial para ello; aparte había otros idiomas y dialectos diferentes, pero se utilizaban muy poco.
Cuando llegaron los españoles se quedaron impresionados por la belleza del palacio de Moctezuma. Tenía veinte puertas exteriores, tres hermosos patios, varios salones, noventa cuartos de diferentes tamaños, y numerosos baños. Había una sala donde podían entrar hasta tres mil personas. Los techos eran de cedro blanco, y otras maderas finas labradas y talladas. La capilla o salón imperial, estaba cubierto de chapas de oro y plata de media pulgada de grueso, con adornos de piedras preciosas. Todo esto hizo aumentar la avaricia de los conquistadores. Este gran imperio asombraba a todos, por su organización y medidas con que se administraba. Las guerras contra sus vecinos eran bien organizadas, por eso cada día iban aumentando más sus territorios.
Cuando los españoles llegaron no encontraron un imperio atrasado, al contrario, se asombraron de ver lo bien organizado que se encontraba y adelantos que nunca pensaron ellos encontrar en ese gran imperio. Que en España no existían. Al llegar las naves de Hernán Cortés a las costas del gran imperio, empezó a nublarse el Sol, y los cimientos de ese gran imperio, no tardaría el tiempo que caería por el empuje de los españoles y sus enemigos. El error de Moctezuma fue el de no atacarlos cuando desembarcaron, porque después fue tarde. El imperio sucumbió.
Muy interesantes este escrito sobre Mexico, la verdad que nos da mucha informacion sobre el Mexico el ayer, antes de llegar los espanoles, que solo pensaban en las riquezas y se olvidaron de la cultura, pues venian de un pais que no sabia lo que era cultura, pues siempre estaban en guerras hasta formarse lo que fue el reino de Espana. Los conquistadorees destruyeron mucho y sacrificaron muchas vidas.
ResponderEliminarFantastico este trabajo
Roberto Dumas
Atlanta, Ga.
ResponderEliminarComo siempre,el artículo del Dr. René León es de gran valor para los lectores, pues el amigo León es un reconocido historiador por sus amplios conocimientos sobre los temas históricos , la seriedad de sus investigaciones y el amor que pone en su tarea como historiador . Feliciades amigo León
Herminia D. Ibaceta
ResponderEliminarMuy valioso este artículo del amigo René León, que destaca por su profundo
conocimiento de la materia , por su clara exposición y por la seriedad de la
investigación previa. . Felicidades
Herminia d. Ibaceta