René León
Enciso era un conquistador que no
tenía miedo a los indios y pensaba solo en riquezas. Estando en Cartagena, le contaron que a unas
25 leguas de distancia, en la provincia de Zenú, en sus montañas abundaba el oro fino, y que
cuando empezaba la estación de lluvias el oro bajaba a torrentes y los
naturales tendían sus redes para recoger las pepitas mayores, que eran del
tamaño de un huevo. Enciso, al saber
eso, preparó una expedición. Al mismo
tiempo, Zenú era el cementerio de todas las tribus de la comarca, adonde
llevaban sus muertos y los enterraban con adornos de oro. Y como es natural la avaricia para allá se
fue.
Pensaba saquear los sepulcros;
por otra parte, los indios eran infieles.
Al llegar se le presentaron varios caciques con sus guerreros. Al principio trató de resolver la situación
sin entablar combate con ellos, pero éstos se negaron diciendo que allí estaban
sus muertos.
Y Enciso les dijo que él no ofendía
a los muertos pues ellos no eran cristianos y él no ofendía al Papa. Los caciques le dijeron que aquel era su
territorio, y que si alguna persona trataba d apoderarse o profanar el
cementerio, ellos le cortarían la cabeza, y mostraron a Enciso una hilera de
cabezas empaladas de aquéllos que habían tratado de profanar el
cementerio. Enciso atacó a los indios,
los derrotó e hizo prisionero a uno de los caciques; tres de sus hombres
murieron de las flechas envenenadas.
Al ver Enciso que había conseguido
el oro que esperaba, se retiró con sus hombres por miedo a las flechas
envenenadas. Fue otra de sus fracasadas
aventuras (ver: Suma de Geografía, Sevilla, 1519. Relato del mismo Enciso).
Enciso había ido al Darién con
Vasco Núñez de Balboa, pero por ser un hombre malo sin sentimientos y traidor,
nadie tenía amistad con él. Fue
expulsado, y le dieron el peor buque que tenían los conquistadores, un
desmantelado bergantín. Embarcáronse con
él diecisiete hombres. Zarpó del Darién
el 1ro de marzo de 1511, con rumbo a la Española. Nadie lo volvería a ver, ni tampoco a sus
hombres.
Según cuenta la historia, al pasar
los años corrió la noticia de que unos españoles encontraron en el Sur de la
provincia de Oriente, Cuba, una inscripción grabada en un árbol, que decía:
“aquí feneció el desdichado Nicuesa.” De
esto se infiere que él y sus acompañantes desembarcaron allí, y murieron a
manos de los indios. El padre de las
Casas dijo que no era verdad. Pero les
puedo decir que con la famosa Historia de las Indias del Padre Bartolomé de las
Casas hay muchos errores y exageraciones sobre los indios. Y yo lo considero como uno de los que crearon
la Historia Negra de España en el Nuevo Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario