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miércoles, 1 de junio de 2016

DIARIO DE SUDÁFRICA

Capítulo 13. Visita a The Durban Spiritual Church. Disturbios en Kwa Machu. Estallan bombas en el hotel Parade de Durban. Fiebre de picadas de garrapatas (African Tick-Bite Fever).

Por: Mireya Robles

Jueves, mayo 22, 1986 - En el Daily News del 19 de mayo, se relata que un grupo de más de 300 blancos del Democratic Action Committee fueron a un township de negros, Alexandra, en Johannesburg, para visitar el cementerio y rendir homenaje a los negros "muertos en la lucha". Fueron interceptados por la policía. Según tengo entendido, si un blanco quiere visitar un township, tiene que obtener permiso de las autoridades. Por otra parte, se rumora que puede ser peligroso visitar los townships en plan individual porque según dicen, a veces los negros les aplican a los blancos lo que ellos llaman ‘el collar’: les ponen una llanta al cuello y les prenden fuego.

Hace días oí en las noticias que el gobierno va a eliminar el influx control, mediante el cual sólo un número limitado de negros puede residir en las ciudades de los blancos. Esta suspensión puede ser un arma de doble filo. Por una parte, otorga la libertad de movilización a la que tienen derecho y por otra parte, abre las ciudades al flujo de algunos elementos procedentes de áreas económicamente deprimidas con las consecuencias de la posible intensificación de robos, asaltos, del crimen en general, de la proliferación de barrios de indigentes. También se va a eliminar el requisito de que los negros lleven siempre un pase, un carnet de identidad. En el Daily News del mismo día se critica duramente al gobierno por el bombardeo de los centros del Congreso Nacional Africano (African National Congress, ANC) en Lusaka (Zambia), Harare (Zimbawe) y Gaborone (Botswana).

Junio 12, 1986 - miércoles - Visita a The Durban Spiritual Church, cerca de mi apartamento, en la esquina de Frere y Willowvale. Hicieron una sesión espiritista. Habíamos 12 mujeres y un hombre. Todos, a excepción de un par, entre 65 y 75 años de edad. Nos sentamos en círculo. Peggy, una señora de unos 70 y tantos años de edad empezó a transmitir el mensaje que le dictaba su guía Centuria quien vivió hace siglos en Lemuria. Habló de las cualidades del agua como elemento purificador y fuente de energía y recomendó que nos tomáramos unos seis vasos pequeños de agua al día porque nuestra humedad en forma de pequeñísimas partículas de agua, se transmite al aura y la purifica porque elimina nuestras toxinas. También dijo que no nos desencarnamos totalmente hasta que logramos la perfección después de muchas reencarnaciones y que mientras tanto, mantenemos en el mundo espiritual, una densidad líquida. En pleno mensaje de Centuria, un teléfono indiscreto comenzó sonar y Centuria dijo que él no seguía hablando con ese ruido y por otra parte, nadie se podía parar a descolgar el teléfono porque se rompía el círculo, hasta que Centuria aconsejó que nos tomáramos de las manos mientras una iba a descolgarlo y que al regresar al círculo pasara por debajo de la cadena de brazos y volviera a integrarse otra vez al círculo. Así lo hizo. Después del mensaje de Centuria cada uno de nosotros hizo un comentario sobre el mensaje. Seguidamente, una meditación en silencio y después, cada uno habló de las experiencias que tuvo durante la meditación. Algunas vieron fuentes de agua y luz, luces de distintos colores, recibieron mensajes de los espíritus para personas específicas allí presentes. Una dijo que vio sentado delante de mí, en posición de loto, a un guía de Malasia que dijo que en mí se cumplía la versión opuesta de los tres monos: "Hear no evil, see no evil, speak no evil", es decir, que el mensaje para mí era que yo tenía que oírlo todo, verlo todo, decirlo todo, y que junto con el mensaje, me había entregado las campanillas de su templo para que la melodía de esas pequeñas campanas me acompañara en el camino. Otra dijo que durante la meditación me vio ascender en una luz blanca y que Indira Gandhi vino expresamente a saludarme. Otra dijo que una fuerte luz azul había llegado al círculo como manifestación de energía que venía de mí. Otra se paró, me puso las manos en los hombros y me dio las gracias por la energía que había traído al círculo. Otra gordita, de lo más simpática, me dijo que en cuanto me vio quiso venir a saludarme porque me conocía de otras reencarnaciones. Nadie cayó en trance ni hubo aquello de coger el muerto, como hacían las espiritistas en Cuba. En general, me parecieron gente acogedora y de paz. Antes de irnos, un zulu uniformado sirvió el té. 

Junio 13 - Hace tiempo que estaba por asentar que de las dos profesoras que tanto criticaron Hagiografía de Narcisa la Bella por las alusiones a la homosexualidad, el marido de una es transvestita y el de la otra es transexual. Aún no se ha hecho la operación, pero se la quiere hacer. Todo esto me pareció muy interesante. 

Junio 17 - Cancelados los planes de ir a visitar a Florah, la sirvienta zulu que me limpia el apartamento, al township de Kwa Mashu. Desde hace una semana la organización de Inkatha, dirigida por Mangosuthu Buthelezi, acusó a los estudiantes negros de Kwa Mashu de haber matado a algunos de sus miembros. Comenzaron las matanzas entre negros. Aún no se ha disipado el terror. Florah mandó a sus hijos al campo por temor de que los mataran. Por otra parte, ayer, 16 de junio, se esperaban grandes disturbios porque se conmemoró el décimo aniversario de la insurrección de Soweto donde los estudiantes negros se rebelaron porque los obligaban a recibir las clases en afrikaans en las escuelas. La policía intervino matando a algunos de los estudiantes. No sé cuán extensa fue la matanza, pero esta fecha marca un momento importante en la historia política de los negros. Hace días oí en el mercado a una negra, cajera, diciéndole a otra en inglés, que se esperaba una grande para ayer. Florah también me lo dijo. Ayer Florah me llamó desde Kwa Mashu para ver si yo estaba bien. Esto me conmovió. Al despedirse, me dijo, "Well, love, take care of yourself and don't be alone". Me informó que todo está tranquilo en su township. Parece ser que el estado de emergencia declarado días antes del 16 ha podido reducir grandemente lo que prometía ser un terrorismo masivo. El 14 de junio pusieron unas bombas en el hotel Parade, en Marine Parade, el barrio donde vive Maribel, mi amiga catalana. Varios resultaron muertos y muchos, heridos. El destrozo abarcó varios edificios. Pasé por allí el 15 y me dio la impresión de estar ante una escena de guerra. Se cree que pusieron las bombas en el motor de un auto estacionado frente al hotel. El motor del auto voló a cien metros de donde estaba. Se cree que fue un blanco el que puso las bombas. Ya aquí no se sabe quién comete los actos de terrorismo porque hay un grupo de blancos radicales que se oponen a los blancos moderados que están tratando de lograr cambios en el país. Aparte de esas bombas en Marine Parade, todo ha estado tranquilo, mejor dicho, en un tenso silencio. El éxodo sigue. Algunas de las gentes que conozco hacen planes para irse del país. Con las luchas entre los negros, entre blancos y negros, y entre blancos, las perspectivas de paz son remotas. 

Julio 2 - 86, miércoles - Sentada en un banco en Frere Road, cerca de Willowvale, esperando el autobús número 7 para ir al centro. Acabo de salir de otra sesión espiritista. Centuria habló de la gracia. Según dijo, el estado de gracia no es el perdón de Dios lo que da entrada al cielo, sino lograr la paz interior y transmitirla a los demás. Me pidieron que cerrara yo la sesión y así lo hice.

Ya en mi apartamento. Interrumpí el diario que escribía en la parada de autobuses porque vino a sentárseme al lado una niña de catorce años, simpatiquísima. Quiere ser aviadora. Habla hasta por los codos. No cesó de hablar durante la espera del autobús ni en todo el trayecto hasta llegar al centro. 

El lunes, un paseo en lancha por el puerto, el noveno en tamaño en el mundo. De pie, entre dos bancos de la lancha, una niñita que me fascinó porque me recordó a Narcisa, uno de mis personajes. Visité también las refinerías de azúcar. En el Este de Natal, al Norte y Sur de Durban, se concentran los cañaverales. Aquí he vuelto a comer caña de azúcar, que no comía desde que salí de Cuba. Un trozo como de un metro de largo cuesta como 29 centavos de rand. Los silos de azúcar que vi en Durban adquieren dimensiones increíbles. Hay toneladas de azúcar parda que forman todo un panorama de mesetas y pirámides. Los tres silos tienen una capacidad de 520,000 toneladas y se exportan casi un millón de toneladas anualmente.

Hoy, un walking tour por Durban. Dos horas caminando. Un grupo como de diez y el guía. Turistas de Inglaterra, de Israel y de aquí de Durban. Resultó interesante. Visita a la Catedral de San Pablo, placa en las oficinas del correo central conmemorando la visita de Winston Churchill a Sudáfrica, el cenotafio, el reloj de Da Gama, que data de 1898 más o menos, en honor a Vasco Da Gama, té en Roma Revolving Restaurant en el piso 32 del edificio John Ross House en la Explanada. El restaurante gira lentamente y se puede ver Durban desde distintos ángulos. Visita al Hotel Royal, primer hotel de Durban, aunque creo que del Royal original ya no queda nada. Visita al City Hall y Natal Playhouse. Todo por R6. Regreso al punto de partida: Church Street Plaza, donde están los vendedores de flores y Durban Publicity Association, entre las calles West y Pine.

Agosto 29 - El 15 de junio fui con Maribel y Goodie a una represa cerca de Eshowe, al Norte de Durban. Caminamos durante horas y después nos tiramos en la yerba a descansar. Almorzamos también sentados en la yerba. Casi dos semanas después, el viernes 4 de julio, empecé a sentirme mal. Pensé que sería el flu. El sábado y domingo, tuve fiebre de 38º y 39º y una picada un poco más arriba del tobillo izquierdo que había formado un círculo ennegrecido como del tamaño de una peseta. Con la fiebre, unos escalofríos espantosos. Caminé a la farmacia Selbourne para comprar alcohol y tuve que convencer al farmacéutico que no era para tomármelo. El frío que sentía era tan intenso, que compré una bolsa de agua caliente para ponerla debajo de la colcha y calentarme así. Aquí no tengo calefacción ni aire acondicionado. El domingo decidí llamar al médico, el Dr. Sheldon Levin quien se apareció casi de inmediato, con su pelo rojizo, su delgadez, la blancura de su cara un poco marcada por lo que había sido tal vez un acné juvenil, y su maletín negro. Parece tener unos 45 años. Al verme en las piernas las que parecían inocentes picadas de mosquitos y la negrura de la del tobillo, me preguntó si yo había estado en el campo recientemente y al yo hablarle de mi excursión a Eshowe, inmediatamente diagnosticó: "Tick bite fever" - fiebre de picadas de garrapatas. Esto me alarmó un poco porque a Mariuccia, bióloga profesora de la Universidad, le produjeron una especie de meningitis leve y fuertes dolores de cabeza. La sonrisa del Dr. Levin me tranquilizó, me aseguró que si se trata a tiempo no se producen complicaciones que pueden, en algunos casos, ser mortales. Llamó a la farmacia de turno más cercana, Medicine Depot, en 802 Umbilo Road. Pronto me trajeron 10 tabletas de Vibramycin 54, 15 tabletas de un complejo de vitamina B y un jarabe, Pholtex. En un par de días me curé. Aquí a las farmacias de turno les llaman “emergency pharmacies” y tienen horarios fijos: están abiertas los días de fiesta, los domingos y durante la semana, abren en cuanto cierran las otras farmacias. El Dr. Levin cobró R34 por la visita (unos $15).


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