Por: Nélida Pérez Hernández
“¡La nobleza del hombre es la memoria!”
José Martí”.
A la memoria de:
el Dr. Lage, el Director;
A Randín, el farmacéutico;
Al profesor Marquetti, el historiador;
A Fernando “el gordo”, el enfermero;
A Ernesto Pérez, “Magán”, el responsable de la Cocina;
A Eladio, el cocinero;
Y a todos aquéllos que en el transcurrir de los años dejaron de manera anónima su huella y una parte de sus sueños en La Quinta de Dependientes.
INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo avanza un conjunto de ideas surgidas del estudio de la historia socio-cultural y de la memoria histórica colectiva e individual de La Quinta de Dependientes actual Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de Octubre, ubicado en el Municipio Cerro Esta instalación de salud fue fundada el 3 de agosto de 1884 con el nombre de “La Purísima Concepción” y surgió como la Casa de Salud de La Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana, Sociedad española integrada por emigrados de diversas regiones de España constituida en abril de 1880.
A este centro asistencial de salud,- conocido además por La Dependiente o La Quinta-, es poseedor de una larga trayectoria socio-cultural e histórico-política. En ella han trabajado prestigiosos especialistas de la medicina cubana y de su memoria histórica se recoge la impronta de destacadas personalidades de la cultura cubana como fueron Rubén M. Villena y Julio Antonio Mella, entre otras relevantes figuras. Importancia especial tiene el papel que los trabajadores de este centro desempeñaron en las luchas sociales por sus derechos laborales y contra la tiranía de Fulgencio Batista, en los años 50 del pasado siglo. Después del triunfo revolucionario en 1959 hasta la actualidad, este Centro asistencial adquiere una destacada significación por la humana labor que en ella se realiza y por la obra de amor de sus servicios médicos, expresión de la voluntad política del gobierno cubano que hace cumplir los postulados de justicia social expresados por Fidel en La Historia me Absolverá.
La Quinta de Dependientes,– denominación más común que obedece al impacto del lugar en la vida cotidiana de la población -, se encuentra ubicada dentro del área que la Comisión Nacional de Monumentos declarara Zona de Valor Histórico Cultural de El Cerro y parece ser,-hasta la fecha-, el hospital de la etapa colonial más antiguo del país que aún está prestando sus servicios. Las ideas que se exponen pretenden contribuir, en algún modo, al conocimiento de los valores históricos y socio-culturales que encierra; y que forman parte del patrimonio del Cerro y de la hermosa Villa de San Cristóbal de La Habana.
Un breve recorrido por su historia.
En el período entre guerras del siglo XIX (1879-1894) el avance del capitalismo en Cuba,
- en su versión dependiente y deformada-, tuvo múltiples expresiones en la esfera social. El avance de nuevos fenómenos económicos, políticos y sociales estuvieron asociados en términos esenciales a la ruptura del sistema de relaciones esclavistas, al naciente empuje industrializador que con la aparición del Central azucarero tuvo su principal representante, al impacto movilizador de las inversiones y el comercio norteamericanos y a las reformas políticas derivadas de la presión de grupos de poder económico en conjunción con los intereses de la administración colonial en la isla de Cuba .
La extensión a la Isla, a mediados de 1878 de un grupo de artículos de la Constitución de La Restauración Española, primero y la posterior implantación de dicha Constitución por Real Decreto en abril de 1881 posibilitaron, el marco legal para la aparición de Asociaciones españolas en la Isla, aunque la Ley de Asociaciones no se promulgó hasta junio de 1888.[1]
Las aspiraciones clasistas de un importante segmento enriquecido con el Comercio, los intereses de los emigrados españoles que trabajaban como pequeños comerciantes, las necesidades de los dependientes y de todos aquéllos que realizaban actividades laborales afines, al asentarse en la Cuba colonial, comenzaron a preocuparse y a buscar soluciones en cuanto a la preservación de su cultura y a la creación de condiciones para la beneficencia y el recreo de este sector social. Es entonces en aquél contexto que las inquietudes sectoriales de ese grupo social serían canalizadas a través de una Asociación cuya singularidad fue atraer como asociados a españoles procedentes de diversas regiones de España.
La Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana [2] creada en 1880, eligió el barrio de El Cerro para establecer su Casa de Salud, lugar que estuvo vinculado a lo largo del siglo XIX al discurso neoclásico asumido por los criollos y peninsulares para las construcciones que representarían su poder socio- económico como clase. [3]
Las características del entorno, las ventajas ambientales propicias para la salud y la significación social de poseer propiedades en el barrio donde hasta entonces viviera una parte importante de lo más selecto de la sociedad habanera, hizo de estos terrenos el lugar privilegiado para llevar a cabo un ambicioso proyecto hospitalario de carácter mutualista.
En virtud del cumplimiento de sus objetivos se compró La Casa Quinta del Conde O¨Reilly,[4] para la creación de La Casa de Salud “La Purísima Concepción” cuya inauguración “con gran lucimiento efectuase el día 3 de agosto de 1884”[5] con un solo pabellón. [6]
La Casa de Salud comenzó con la casa la situada en Alejandro Ramírez No.5[7], y posteriormente adquiere la No.3 , entre las Avenidas de Jesús del Monte y de Buenos Aires. Los terrenos de la Quinta adquirida en el Cerro poseían numerosos árboles, espaciosos jardines y una guardarraya de palmas reales que daba acceso a la Calzada de Jesús del Monte,.así como el pequeño río[8] que pasaba por la parte sur de su perímetro tomando como referente norte la entrada fundacional por la calle Alejandro Ramírez.
Con el paso del tiempo se fueron comprando nuevas parcelas de tierras, hasta completar un área de superficie aproximada de 108, 140 metros cuadrados, obedeciendo a un plano perfectamente trazado[9], concebido según las regulaciones de la época.. Atendiendo a su proyecto urbanístico más acabado, le fueron construidas cuatro puertas de entrada que daban acceso al lugar, una en la calle de Alejandro Ramírez (Norte),- que fuera la principal en los momentos fundacionales-; y otra en la calle de Agua Dulce (sur). En las Calzadas, una en la de Jesús del Monte (oeste) y otra en la de Buenos Aires (este). Desde el área de acceso por Buenos Aires se trazaron dos avenidas como ejes centrales para enlazar por dentro dicha puerta con la de Jesús del Monte. y además para el diseño del trazo urbanístico interno
La Quinta de Salud “La Purísima Concepción” poseía una estructura organizativa y funcional basada en un reglamento de estricto cumplimiento para sus asociados y personal que laborara en sus predios. Atendiendo a los conceptos de los años iniciales para recibir atención médica en la Quinta se exigía ser miembro de la Asociación, pero si al inscribirse y convertirse en asociado tenía cincuenta o más años de edad, no se disfrutaría de los derechos de beneficencia. El asociado tenía que abonar puntualmente una cuota mensual de “… un peso cincuenta centavos en plata del cuño español”, presentar el recibo actualizado para acceder a las atenciones hospitalarias y haber contraído la enfermedad que tuviere después de la fecha de su inscripción. [10]
En La Quinta de Dependientes, -desde finales del siglo XIX y primeras tres décadas del XX-, se construyeron nuevas edificaciones denominadas Pabellones cuya concepción perseguía una mayor especialización y calidad en el servicio hospitalario. Las habitaciones tenían de dos a cuatro camas y accedían a amplios corredores que las rodeaban, en estos portales fueron ubicados sillones de madera con vista a los jardines de la instalación para recibir el frescor de la vegetación y para el disfrute estético. A muchos de estos pabellones les fueron dados los nombres de los Presidentes de la Asociación de Dependientes quienes,
-según algunos datos-, fueron los que donaron el dinero para su construcción, así encontramos pabellones como Zorrilla, Gómez Gómez y Avelino González.
Al estilo neoclásico de la otrora casa del conde O¨Reilly se le sumó el Art Decó en la década del 30, asumido en el pabellón Romagoza, aunque es de destacar que con el advenimiento del siglo XX en la mayoría de sus edificaciones fuera el polémico eclecticismo el que predominara en sus construcciones, como expresión de una época de ruptura y continuidad.
Los espacios abiertos y las áreas verdes fueron adquiriendo cada vez más un papel relevante en la fisonomía del lugar; sus parques arbolados, sus bancos de mármol o madera, la fuente y las flores, aportaron al conjunto una imagen de Ciudad Jardín con la finalidad de hacer más agradable la estancia a quienes necesitaran de la hospitalización o visitaran el hospital. Este elemento de la presencia exuberante de naturaleza, se convirtió en un rasgo identitario de La Quinta. Esa concepción aportó un uso adicional al lugar: brindar a los visitantes o a las personas que habitaban sus alrededores, un área segura en donde jugar los niños, asistir a misa o pasear los enamorados Además de la belleza del entorno, el frondoso arbolado de la instalación desempeñaba funciones importantes para el saneamiento ambiental y la recuperación de la salud afectada.
El parque en forma circular situado hacia la parte posterior del pabellón Peñalver,- otrora casa del Conde-, poseía una fuente , y en su centro, fue colocada una tarja de bronce a relieve para homenajear a dos intrépidos pilotos españoles, Mariano Barberán y Joaquín Collar, quienes viajaron en vuelo directo desde Sevilla a Camaguey y al continuar viaje para México desde La Habana desaparecieron en junio de 1933, lo cual constituyó el primer reconocimiento a la memoria de quienes realizaron la pionera hazaña.[11]
En los diferentes períodos de ampliación constructiva de la Casa de Salud se destacaron instalaciones de carácter cultural de diversa índole que se sumaron a las ya existentes .Entre las nuevas instalaciones de entonces se destacaron la biblioteca, un gimnasio con variados implementos deportivos, el terreno para las actividades deportivas tales como pista de carreras, área para el voleibol y el baloncesto; canchas de tenis.
Aledaña a la instalación hospitalaria, por la avenida de Buenos Aires y la calle Consejero Arango en tiempos republicanos fue construida una escuela para los hijos de los asociados. Sus antecedentes fueron las clases de gramática, aritmética elemental y mercantil, inglés y francés, así como de dibujo natural y lineal; y taquigrafía en el edificio Centro de Dependientes, sede social de la Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana, sita en el Paseo del Prado y Trocadero, donde en la actualidad radica la Escuela Nacional de Ballet. El Centro Dependientes desempeñó un importante papel a inicios del siglo XX en la promoción de la cultura, en particular en la música y la danza, en el lugar se daban clases de solfeo y piano, canto y armonía; en sus salones cursó estudios Gonzalo Roig. Su actividad educacional era intensa y ya en 1903 poseía una biblioteca para la obtención de la información necesaria para sus asociados y poseía 68 revistas de diferentes países. Su claustro profesores era de 16 especialistas[12]. De sus aulas surgió el primer taquígrafo de Cuba, Carlos Ciriaco Martel, quien fundó en el Centro Dependientes, la primera cátedra para enseñar esta disciplina.
La Quinta de Dependientes fue el escenario para que prestigiosas figuras como el insigne Dr. Carlos J. Finlay[13], el Dr. Gustavo Aldereguía y el Dr. José Ramón Fernández,- quien introdujera las técnicas “del parto sin dolor” en Cuba-, aportaran, entre otros destacados especialistas, sus conocimientos y vocación de servicios médicos a la población cubana.
La década del 20 del siglo XX sobresale en la historia de Cuba por su complejidad económica, política y social, años en los que se manifestó el desarrollo de una nueva conciencia nacional, patriótica y antiimperialista, anticipación de las luchas revolucionarias futuras.
Asociada a importantes sucesos políticos del país estuvo La Quinta de Dependientes. El doctor Gustavo Aldereguía[14] connotado médico y revolucionario conocido además por su amistad con Rubén M. Villena, Julio A. Mella, Pablo de la Torriente Brau y Raúl Roa, fue la vía a través de la cual Villena ingresa en La Dependiente en 1924, por padecer de tuberculosis, enfermedad que le causó la muerte en plena juventud. A finales de 1925 el Dr. Aldereguía fue el enlace para darle solución a la delicada situación de salud de Julio Antonio Mella, trasladándolo al hospital para su ingreso y fue allí donde continuó su huelga de hambre [15], hasta obligar a ceder al régimen del tirano Machado.
En La Quinta la lucha revolucionaria por las transformaciones sociales fue intensa, un numeroso grupo de sus trabajadores se destacaron por su activismo de base y la creación de una célula del Partido Socialista Popular subordinada a un importante Comité del Partido ubicado en la calle Cruz del Padre No. 12, en el Cerro. La beligerancia contra los desmanes del gobierno de Batista los vinculó además con las tareas y las luchas revolucionarias de otras instancias del pueblo cubano, así como a importantes figuras que dieron lo mejor de sí por la conquista de la verdadera independencia y la soberanía mancillada de la Patria.
La membresía revolucionaria de La Dependiente tuvo una importante manifestación de rebeldía con su participación en la organización de la Huelga General del 9 de abril de 1958 que intentara el derrocamiento de Batista. Además, muchos de sus médicos y empleados, aunque no formaran parte de organización política alguna, asumieron en los peligrosos años ¨50,- de dictadura, desapariciones y asesinatos-, una posición patriótica y digna, solidaria con el resto de los compañeros más comprometidos en la lucha.
[1] Barcia, María del Carmen: Capas Populares y Modernidad en Cuba (1878- 1930). Ciencias Sociales, 2009.
[2] Sociedad conformada por emigrantes de diferentes regiones de España, principalmente por catalanes, montañeses, vascos y gallegos. La Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana fue fundada el 11 de abril de 1880, en el entonces Teatro Payret ( en el mismo lugar del actual Teatro Payret); y su primer Presidente fue Emeterio Zorrilla. Según sus Estatutos, su objeto consistía en “ la beneficencia, la instrucción y el recreo” . En sus inicios solo podían pertenecer a ella los españoles y sus descendientes.
[3] “El Neoclasicismo llega a nuestro país de la mano del Despotismo Ilustrado, la nueva fórmula de gobierno que emplea la Metrópolis para mantener a Cuba bajo su dominio. Durante el siglo XIX. crea el marco simbólico adecuado para dominar de” forma ilustrada”…Dentro de este ambiente tanto los peninsulares como los criollos adinerados asumen el discurso neoclásico para sus construcciones más por conciencia de clase que por conciencia de criollez o cubanidad .. así el neoclásico, que se inició como estrategia de poder devino expresión de un status cultural avanzado para las nuevas construcciones de viviendas, casas-quintas, barrios, ciudades ”. Dra.Hortensia Peramo, especialista en Historia del Arte y profesora de Arte Cubano del Instituto Superior de Arte.
[4] Información brindada de la propiedad del Conde O´Reilly ofrecida a la autora por Otho Randin, Secretario de la Comisión de Monumentos de la Ciudad de La Habana y Humberto Tellería Valdés , Historiador del Museo del Cerro.
[5] Asociación de de Dependientes del Comercio de La Habana, Junta Directiva, Mayo 6 de 1890. Documentos
[6] El día 3 de agosto fue el seleccionado porque en igual fecha en 1492, partió Colón con sus tres naves desde la villa de Palos lo que trajo como resultado el llamado “Descubrimiento de América”
[7] Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana. Documentos citados.
[8] Según la tradición oral el río era Agua Dulce, pero algunos escritos le denominan arroyuelo, por lo que a la intercepción de la calle homónima con la otrora Calzada de Jesús del Monte, hoy Calzada de 10 de Octubre, se le llama aún en la actualidad “Puente de Agua Dulce”. Otros plantean que es un afluente de “aguas dulces” del Rio Orengo que viene desde Arroyo Naranjo.
[9] Ver El Libro de Cuba, 1925. La Habana, República de Cuba. Biblioteca Nacional de Cuba.
[10] Estatutos Generales de la Asociación de Dependientes del Comercio de La Habana, Capítulo 3: Derechos de los Asociados y Capítulo 4: Deberes de los Asociados
[11] Consultar a Ciro Bianchi en el sitio digital, “Barraca Habanera”.
[12] Barcia Zequeira, Maria del Carmen. La Sociabilidad de las Capas Populares en la Conformación de una Sociedad Moderna. Cuba, 1880- 1930. Historia y Memoria: sociedad, cultura y vida cotidiana en Cuba. 1878- 1917. Centro de Estudios Juan Marinello. Editorial Linotipia Bolívar, Bogotá, Colombia, 2003.
[13] Barcia, Maria del Carmen. Obra citada.
[14] Dr.Gustavo Aldereguía; tuvo una sobresaliente posición revolucionaria ante el gobierno de Machado. Su casa fue un lugar de conspiración de la intelectualidad revolucionaria contra el régimen dictatorial y por ello fue llamada por Mella “La Comuna Roja”.
[15]J.A.Mella inicia la huelga de hambre el 5 de diciembre. El día 14 es hospitalizado en el Pabellón Gómez Gómez, cama 207. El 23 finaliza la huelga. El 25 aún se hallaba en el Hospital, todo parece indicar que por motivos de su recuperación. www.cubaliteraria.cu/ autor/julio_antonio_mella/ html/cronología02.html.
Como puedo conocer si en la Quinta Dependiente nació Luis Rodolfo Carlos Saíz Montes de Oca el 4 de noviembre de 1938. Tengo la referencia que se dice que nació en la Clínica Mutualista "La Purísima Concepción" que parece ser fue la que dio origen a la Quinta Dependiente. Mi correo normanegrinvaldes@gmail.co
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