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miércoles, 1 de junio de 2016

¿Exactamente qué escribió la puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió (1843-1924) sobre Cuba y Puerto Rico?


Roberto Soto Santana

Lola Rodríguez de Tió, hija de Sebastián Rodríguez de Astudillo y Carmen Ponce de León, nació el 14 de septiembre de 1843, en San Germán, Puerto Rico. Sus primeros estudios los realizó en San Germán y en Mayagüez. Mediante la ayuda de su padre (que poseía una rica biblioteca) amplió su formación, comenzando muy pronto a publicar poesía en la prensa periódica del país. En 1863, Dolores contrajo matrimonio, a sus veintidós años, con el periodista Bonocio Tió Segarra, quien compartió sus inquietudes culturales y políticas y con quien tuvo dos hijas, Patria Tió (1865–1943) y Mercedes Tió (1870–1873), esta última fallecida prematuramente.
Rodríguez de Tió escribió en 1868, durante el "Grito de Lares", la Letra Patriótica de La Borinqueña. Por su firme oposición al régimen español fue desterrada, junto con su esposo, por el gobernador Segundo Portilla, de su país natal a Caracas (Venezuela), donde apadrinó la boda de Eugenio María de Hostos con Belinda de Ayala. Su segundo destierro, en 1889, ordenado por Pedro Ruiz Dama, la condujo a La Habana (Cuba), país que en 1895 hubo de abandonar como consecuencia de la Guerra

           A CUBA 

¡Cuba, Cuba, a tu ribera
llego triste y desolada,
al dejar la patria amada
donde vi la luz primera!
¡Sacude el ala ligera
la radiante inspiración,
responde mi corazón
en nobles afectos rico,
la hija de Puerto Rico
lanza al viento su canción!
Mas las nieblas del olvido
no han de empañar los reflejos
del hogar que miro lejos
tras de los mares perdido...
Si ausente lloro mi nido,
otro aquí vengo a formar,
y ya no podré olvidar
que el alma llena de anhelo,
encuentra bajo este cielo
aire y luz para cantar.


¿Cómo no darme calor
la hermosa tierra de Tula
donde el horizonte azula
y da a los campos color?
¿Cómo no encontrar amor,
para colmar el poeta
las ansias de su alma inquieta,
aquí, donde esplende el arte
y en abundancia reparte
las tintas de su paleta?
¡Noble pléyade cubana
que entre sombras centellea!
¡Dulce musa de Zenea,
flor que se agostó temprana
Tras de la estela lejana
mi inspiración adivina
la figura de Cortina
que con acento vibrante,
dice a la patria ¡adelante!
no te detengas: ¡camina!...

Yo no me siento extranjera:
bajo este cielo cubano
cada ser es un hermano
que en mi corazón impera.
Si el cariño por do quiera
voy encontrando a mi paso,
¿puedo imaginar acaso
que el sol no me dé en ofrenda
un rayo de luz que encienda
los celajes de mi ocaso?
¡Vuestros dioses tutelares
han de ser también los míos!
Vuestras palmas, vuestros ríos
repetirán mis cantares...
Culto rindo a estos hogares
donde ni estorba ni aterra
el duro brazo que cierra
del hombre los horizontes...
¡Yo cantaré en estos montes
como cantaba en mi tierra!

CUBA Y PUERTO RICO SON
DE UN PAJARO LAS DOS ALAS;

reciben flores o balas
sobre un mismo corazón.
¡Qué mucho si en la ilusión
que mil tintes arrebola
sueña la musa de Lola
con ferviente fantasía
de esta tierra y de la mía
hacer una patria sola !
Le basta al ave una rama
para formar blando lecho;
bajo su rústico techo
¡ es dichosa porque ama !
Todo el que en amor se inflama
calma en breve su hondo anhelo;
y yo plegando mi vuelo,
como el ave en la enramada,
¡canto feliz, Cuba amada,
tu mar, tu campo y tu cielo!

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