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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Garcia Lorca: genio y voz


Introducción:  Antonio A. Acosta 
 
García Lorca y su universo 

"Gota que quiso ser fuente, manantial, cascada y se creció de ríos en olas y resacas". 

Así fue el granadino inmortal Federico García Lorca. Su inspiración gitana se hizo eco de justicia en las alas del viento cuando una bala amarilla destrozó su corazón de nardos. 
"Los balcones de Granada se pintaron de lamentos: ya Federico está muerto". 

Sí, García Lorca ya se halla distante en otras dimensiones siderales, pero su canto está vívo musicalizado por toda la España mora. En las cuevas de Sacromonte guitarras etéreas entonan melodías del poeta andaluz y las campanas granadinas tocan un réquiem de alon­dra. 

García Lorca fue un poeta auténtico. Le cantó a su terruño, llevando por toda España en su teatro las necesidades e injusticias que sufría su pueblo. Su poesía fue un verdadero reflejo de su alma sensible.  Le cantó a su gente desde el hondón de su pecho atribulado por el dolor, la incomprensión y el sufrimiento. 

De una manera formal y académica no lo podemos en­casillar pasivamente en ninguna escuela literaria. Tuvo rasgos modernistas, vanguardistas y de la poesía popular de su época, pero su decir poético es único; to­cado con perfumes eternos. El poeta nacido en Fuente Vaqueros fue destinado a la inmortalidad. Federico nació poeta y ahora lo imaginamos pincelando sus poemas en su balcón de infinitos, porque García Lorca fue y será todo un universo . 

Cuando la brutal soldadesca cercenó la vida del poeta granadino, estaban clavando un dardo de deshonor en el corazón de España''. La España de la sangre tomando esta frase del excelso poeta León Felipe. La poesía en sí es más fuerte que la violencia asesina. La obra poética de García Lorca sigue vigente y ya nadie recuerda el estallido de las balas homicidas que hicieron eco de luto en tierras andaluzas, ni a los autores materiales e intelectuales del horrendo crimen. 

Federico ya prentía su muerte, cuando dice: "La muerte me está mirando desde las torres de Córdoba. 
¡Ay que camino tan largo! ¡Ay mi jaca valerosa! ¡Ay que la muerte me espera antes de llegar a Córdoba!". García Lorca fue un quijote sin espada ni escudero. Federico fue un poeta que sorprendió al mundo entero. La poesía es más magia, nostalgia, misterio que conteo silábico. No debe ser analizada, sino sentida; no lleva conclusiones como una ecuación matemática. 

La poesía te toca, penetra en lo más recóndito de la sen­sibilidad humana y te eleva a otras dimensiones en un éxtasis que te envuelve y te subyuga . 

A veces sin comprender qué quiso decir el poeta en un verso determinado, el lector lo toma para sí, lo interpre­ta a su manera y lo hace suyo. 

Veamos los siguientes versos, cuando Garciá Larca nos dice: "un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros, y el sol, capitán redondo lleva un chaleco de raso". 

Nadie como Federico ha jugado con figuras geométri­cas y colores como él lo hizo. "En la luna negra de los bandoleros cantan las espuelas. En la luna negra san­graba el costado de la Sierra Morena. En la luna negra, ¡un grito! y el cuerno largo de la hoguera ". Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero". El poeta tiene una tristeza de hilo blanco, para hacer pañuelos y siente que de la ciudad de los gitanos la Guardia Civil se aleja por un tunel de silencio.

García Lorca fue un bardo singular y sú obra ha pene­trado con caracteres eternos en el alma de su pueblo. El es un símbolo de una España que síente orgullo de sus grandes poetas. Para Federico "el mar sonríe con labios de cielo y dientes de espumas".

La imaginación de García Lorca penetra en el lector como un dardo invisible y lo contagia de su magia abra­sadora. No hay límites en el decir poético de Federico. Para él, el mar tiene expresión humana y le roba al cielo labios y le coloca dientes a las olas marinas. "Y heridas por el viento lloran las hojas secas". En la Casa­da Infiel expresa: "un horizonte de perros ladra muy lejos del río".

Yo no me atrevería a aseverar que García Lorca fue el mejor poeta español de su época. No sería serio ni profesional, ya que la poesía no se puede medir como se hace con una figura geométrica. España ha sido pródi­ga en su producción literaria. Y si abordarnos este tema, a grandes rasgos tenemos que mencionar a Gón­gora, Antonio y Manuel Machado, Unamuno, Alberti, José Jurado Morales, Rafael de León, León Felipe, Miguel Hernández, Vicente Alexandre, Juan Ramón Jiménez, por mencionar algunos prominentes poetas de esa época, y más recientemente Juan Ruiz de Torres, Angeles Amber, José Quintana, etc.

Pero volviendo al poeta granadino, es justo destacar el es tilo de García Lorca-atrevido, desgarrador, y en muchas ocasiones rebelde a las estructuras poéticas a la usanza.- Como hemos mencionado anteriormente, él no marcó una escuela literaria en sí, porque su poesía didácticamente no señala normas ni parámetros a seguir, pero cuando se le lee mucho, el escritor se contagia de forma tal que es difícil evitar escribir poemas sin influencia "lorquiana" . 

Para terminar esta breve introducción, sólo me resta decir que para mí ha sido una gran satisfacción la publicación de este poemario. García Lorca ha resistido el embate de los tiempos y su obra única reclama cada día el espacio destinado a los grandes poetas de la historia. 

El Autor

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