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miércoles, 15 de noviembre de 2017

PARRANDAS Y CHARANGAS

Foto de: Cuban traditions


Tomada de: La Jiribilla

En Cuba se celebra otra fiesta de no menos ostentación, que si bien en cuanto al uso de carrozas y congas pudiera relacionarse con los carnavales, por su inicio, finalidad y propósito, no tiene nada en común con éstos, excepto tal vez su espectacularidad. Nos referimos a las llamadas parrandas que se desarrollan en las zonas centrales del país y las charangas de la provincia La Habana (Bejucal)

Rafael Cerezo López | La Habana 

En Cuba se celebra otra fiesta de no menos ostentación, que si bien en cuanto al uso de carrozas y congas pudiera relacionarse con los carnavales, por su inicio, finalidad y propósito, no tiene nada en común con éstos, excepto tal vez su espectacularidad. Nos referimos a las llamadas parrandas que se desarrollan en las zonas centrales del país y las charangas de la provincia La Habana (Bejucal), que, aunque con menos esplendor y trayectoria en el tiempo, también se efectuaron en Santiago de las Vegas. En las provincias centrales del país, su punto de difusión estaba circunscrito a la villa de San Juan de los Remedios, de donde irradian hacia 14 localidades y pasan a las provincias centrales Santi Spíritus y Ciego de Ávila; mientras las de Bejucal parecen haberse limitado a ese municipio.

La palabra "parranda", según el diccionario, es una voz de origen vasco, que tiene el sinónimo en jolgorio; por tanto, el nombre oficial con que se bautizaron estos grupos de "parranderos" estaba bien seleccionado, y, por otra parte, el hacer jolgorios en las iglesias los días festivos fue costumbre que de la propia España pasó a Cuba, donde en algunas ocasiones hubo necesidad de prohibirlos cuando éste subía de tono, como hizo en el siglo XVII el obispo Vera Calderón. Nos obstante estas prohibiciones, casi nunca cumplidas en las iglesias de la Isla, las parrandas solían penetrar con sus cantos, tamboriles y congas africanas hasta los cabildos durante la etapa colonial.

Tanto las fiestas de Bejucal como las de Remedios surgen, aparentemente por los mismos motivos; esto es, llevar feligreses a las misas de medianoche o misas del gallo, que se celebraban los 24 de diciembre, después de la cena de nochebuena.

Las misas de aguinaldo, como se llamaban las que precedían por unos días a la solemne misa del gallo, y el pretexto de llevar devotos a ellas, dieron la oportunidad a remedianos y bejucaleños a organizarse para fiestar y sentar las bases de una nueva modalidad de diversión, en la cual cada uno de les barrios en que se dividía la población, tendría todo un año, hasta el siguiente de su celebración, para ir enriqueciendo de manera espontánea aquellas salidas nocturnas, con el fin de asistir a los oficios parroquiales. Así, el ruido de latas y fotutos devendría una bien organizada conga o changüí; los velones o hachones para iluminarse en la noche, se trasformarían en artísticas farolas, y el afán de competir con el otro barrio fue fomentando el uso de las primeras carrozas. Inicialmente éstas eran de pequeño formato; luego se valían de la tracción animal para moverlas, hasta culminar en las fastuosas carrozas que en la actualidad constituyen uno de los elementos más espectaculares de las parrandas, en cuya construcción participaba prácticamente la totalidad de los vecinos de cada uno de los barrios, desarrollando de paso el arte de la pirotecnia, otro de los aspectos relevantes de estas fiestas tan cubanas y al mismo tiempo tan locales, que ya usualmente se asocian como festejos al nombre del pueblo que las realiza y de las que cada uno se siente por demás orgulloso. Todo ello trajo como consecuencia la existencia de un rico anecdotario local que forma parte del proceso de auge de estas famosas fiestas populares. 

Ya en 1871 en Remedios, los barrios La Laguna, El Buen Viaje, San Salvador y Camaco se agruparon en uno solo: San Salvador, bajo la dirección de entusiastas parranderos, y los barrios de El Carmen, La Parroquia y La Bermeja se refundieron en el de El Carmen. Desde este momento trató cada bando de superar al contrario en belleza y originalidad de sus festejos, creando incluso las líneas divisorias entre barrios. Estas características que también observamos en las charangas de Bejucal, al estructurarse los grupos de vecinos en los Musicanga y Malayos, primero, y más tarde bajo el emblema de La Espina de Oro y La Ceiba de Plata, que empezaron sacando por noche buena pequeñas carrocitas en andas con sencillos motivos decorativos y su pequeña farola de papel de china coloreada a las que siguieron las carrozas tiradas por parejas de bueyes hasta culminar en las monumentales carrozas de nuestros días.

Hacia 1888 los parrandistas de Remedio comenzaron a situar en la Plaza de Armas y de Isabel II y sus alrededores, algunas obras como Areca de Triunfo, torres, ingenios en miniatura, entre otros trabajos en que competían los mejores artesanos de la localidad. Con el tiempo, estas variadas construcciones se redujeron a una sola por cada barrio y como se siguieron colocando en la Plaza de Armas mantuvieron su nombre de "trabajos de plaza" y constituyen una de las características más notables de las parrandas remedianas. En 1a actualidad, las parrandas tienen cuatro manifestaciones principales: a) el trabajo de plaza que realiza cada barrio; b) el número y la calidad de voladores, palenques y fuegos de artificio; c) la belleza y originalidad de los faroles que se presentan en conjunto, y d) las carrozas que cada barrio saca en la madrugada. Desde 1880 en Remedios se cantan y tocan las "polkas" compuestas para cada ocasión por El Carmen y San Salvador.

Las parrandas se inician con la iluminación de los trabajos de plaza a las 10 de la noche. La primera entrada de barrio se llama "saludo" y se acompaña por piquetes de músicos que tocan la música tradicional y comienza la "artillería", como se llaman los fuegos artificiales. Al llegar a la línea divisoria de cada barrio, se queman ruedas de fuegos artificiales sobre un burro de madera, alrededor del cual bailan los muchachos portadores de las farolas. El barrio "contrario" contesta a este "saludo" con otro semejante, sucediéndose después en la noche salidas alternas de cada barrio. Después en la madrugada, salen las carrozas, cuya construcción y diseño se trataron de mantener en "secreto", para poder ganar en impacto, tanto como en belleza, audacia, fantasía y color, al barrio contrario.

Las parrandas no tienen perdedor en estas contiendas. Si un barrio efectúa el supuesto "entierro del perdedor", el barrio contrario hace lo mismo. De esta manera, los dos celebran "su triunfo", congueando detrás de la música con sus respectivos emblemas. Lo más significativo de estas fiestas resulta, sin dudas, esa integración masiva del vecindario en la ayuda de la confección de las carrozas, y participan como personajes de ellas, quemando fuegos artificiales, arrollando detrás de sus changüís y los símbolos de los barrios, en los cuales prevalece una singular predilección por el gallo y el gavilán, el chivo y el sapo, aunque no sean los únicos.

De Remedios, las parrandas se llevan a los pueblos de Camajuaní, Caibarién, Encrucijada, Placetas y Quemado de Güines, y desde estos municipios se extienden a otras localidades: Zulueta, Buenavista, Carrillo, Remate de Ariosa, Vueltas, Vega Alta, Quinta, Calabazar, El Santo. Por Sancti Spíritus llegan a Yaguajay y Cabaiguán, y por la antigua provincia Camagüey -la actual Ciego de Ávila- hasta Morón, Punta Alegre y Chambas. En algunas localidades, las parrandas dejaron de celebrarse o se fueron fundiendo en los carnavales, pero donde se mantuvieron, mostraron un envidiable vigor.

A diferencia de los carnavales en que la carroza puede constituir, un mero soporte, artísticamente estructurado para sostener a los hombres y mujeres que evolucionan sobre ellas, la carroza de las, parrandas se proyecta basada en un tema que puede tomarse de la literatura universal o bien del cine, aunque no se excluya una temática que obedece a la inspiración del "carrocero", Pero casi siempre, por lo que hemos podido ver, la carroza de la parranda tiene una temática que se tratará hasta en los últimos detalles, lo que lleva algunas veces a sus autores a realizar verdaderas proezas de imaginación. Es realmente extraordinario presenciar, luego de construida una carroza, a los muchachos y muchachas de un barrio interpretar los personajes mitológicos, literarios, legendarios o patrióticos.

Todo barrio tiene un presidente, tesorero, junta directiva, etc. Pero en la confección de la carroza, todos hacen aporte al mayor lucimiento de "su" parranda. Al principio, cada barrio hacía incontables invenciones en la obtención de recursos para sacar ésta. Con posterioridad, las empresas comerciales ayudaban a su realización con la mira interesada de recibir beneficios con las ventas que propiciaban tales actividades. Hoy día, el Poder Popular sitúa los recursos necesarios para que esta fiesta de barrios siga efectuándose.

Una parte importante de las parrandas la constituyen las salidas de los "changüís" o congas que, portando los emblemas de los barrios, semanas y días antes de la fecha de celebración, recorren las calles del bario al son de sus instrumentos percutientes, entonando cantos de puya al barrio contrario. Todo suceso acaecido durante el año, colectivo o individual, puede servir de pretexto para que los "compositores" populares saquen un canto corto con la finalidad de "picar" al bando "rival". Rivalidad del todo aparente, ser "rivales" forma parte del festejo por tradición, pues se es de un barrio o de otro por la sola razón de haber nacido en él, y además, como señalamos antes, nunca hay barrio perdedor.

La carrocería y la pirotecnia de las parrandas conducen a la formación de un personal técnico que se inicia en el "oficio" por afición, llegando a adquirir con el tiempo una gran pericia. Ello determina ocasionales desplazamientos para atender estas especialidades en otras localidades; por ello, las parrandas cuentan con ilustres nombres en estos oficios, así como de músicos y compositores.

El inicio de las parrandas como festejos populares estuvo vinculado a las misas de aguinaldo o misas del gallo luego a medida que dichos festejos se trasladaban a otras localidades, se efectuaron en otras fechas como 31 de diciembre, 24 de febrero, 3 de mayo, y 19 de marzo. También, como en el caso de Quemado de Güines y Chambas, se realizan en ocasión de conmemorarse el Día del Quemadense y del Chambero Ausente.

En esta breve reseña no podemos particularizar detalles de los muchos que tienen las parrandas, llámeseles con este nombre o con el de charangas o el más genérico de fiestas de barrios, bien sea destacando la belleza de sus carrozas, la alegría de su música, la riqueza de sus fuegos artificiales o la originalidad de sus farolas o liras, pues cada una de ellas posee uno o varios aspectos destacables.

Parrandas, charangas, en realidad no importa como se les llame, porque ellas son y en eso reside todo su encanto ¡fiestas de barrios!

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