Foto tomada de: Ecured |
Por: René León
Muchas personas oyeron hablar del "entierro del gorrión" en tiempo de la colonia en Cuba, pero otras desconocen una de las tantas estupideces del colonialismo en Cuba. Fue una de esas cosas que hoy nos parece imposible que pase, pero en la mente de los voluntarios y soldados españoles en la ciudad de La Habana, y como era natural en aquellos tiempos de la tan "cacareada" participación de la Iglesia Católica en el ridículo entierro del gorrión. Los españoles reaccionarios consideraban al "gorrión" el símbolo de los peninsulares. Por la parte cubana, se consideraba a la "bijirita" el símbolo de la cubanidad. El apasionamiento generalizó muchas veces fajazones entre ambos bandos.
Ya había dado comienzo la guerra en las provincias de Oriente, Camagüey y Las Villas. Las autoridades españolas estaban al tanto de las actividades de los cubanos en las ciudades. Gobernaba en Cuba, don Domingo Dulce y Garay, que muchos españoles decían simpatizaba con los cubanos. Uno de esos días como otro cualquiera, un voluntario español caminando por la Plaza de Armas, para ser más exacto, marzo de 1869, encontró un gorrión muerto debajo de los laureles, al frente del Palacio del Capitán General. El voluntario (debe de haber tenido un alma bien humilde) llevó el gorrión muerto al Cuerpo de Guardia del Castillo de La Fuerza. Según cuenta el historiador español (no era cubano) Antonio Pirala en su libro Anales de la Guerra en Cuba: " ... el batallón que estaba de retén, para entretener sus ocios, considerando a la avecilla como paisana, y ampliando la idea del iniciador, colocó en un altar al gorrión amortajado y embalsamado". Enseguida los voluntarios empezaron a tributar honra al gorrión muerto, y empezaron a preparar el entierro y lo pusieron en conocimiento de las autoridades y la iglesia. Según José Ramón Betancourt, en su libro Las Dos Banderas, dice: " ... de vejar y perseguir a todo aquel que no quisiera entrar en la farsa ridícula de rendir homenaje al pájaro muerto, nada más que porque se llamaba "gorrión". El historiador Pirala, dice: " .. .tomó carácter e cuestión patriótica, se ocupó del hecho la prensa, se circularon invitaciones para visitar .el " gorrión voluntario", que aceptaron la marquesa de Castell-Florit, esposa del Gobernador político y otra señora, mientras sus acompañantes dejaban dinero para levantarle un monumento".
En el Castillo de La Fuerza, se levantó un monumento funerario, y en un pequeño pero rico sarcófago fue colocado el cadáver del gorrión. Las fuerzas de voluntarios hacían guardia y desfilaban frente al compañero fallecido. Las mujeres que fueron a verlo rezaban, españoles, hombres de negocios y humildes, de rodillas pedían por el gorrión (les juro que me han dado ganas de llorar). Dos poetas (seguro que bien malos en su arte) españoles Camprodón y Estrella le recitaron sentidas composiciones. El sábado 26 de marzo, hubo que cerrar las verjas del Castillo de La Fuerza. El domingo el Batallón de Ligeros, se hizo cargo de colectar dinero para levantar un monumento al gorrión, en total fueron mil duros. El cortejo por la ciudad fue acompañado por el Capitán General, las principales autoridades militares, y civiles Y como es natural, las religiosas, si no iban ellas, no quedaba bien. El sarcófago fue llevado a las ciudades vecinas, entre ellas, Guanabacoa, Matanzas y Cárdenas. La iglesia Católica se identifico con el gorrión (hubo propuesta de nombrarlo santo patrón de algún batallón español). Según Francisco Javier Balmaceda, en su libro Los confinados a Fernando Poo, dice en su libro: "..a las 9 de la mañana, algunos sacerdotes católicos indignos de su ministerio, dijeron la misa llamada de cuerpo presente al pajarillo". Por un tiempo se habló del gorrión, al finalizar la guerra la placa dedicada al gorrión fue a pasar a manos de los padres de la Compañía de Jesús, en el Colegio de Belén. Llegó la República, y nadie mencionaba al gorrión. En el año de 1940, el doctor Armando de Córdova y Quesada, en su libro La Locura en Cuba, pone al descubierto la participación de la Iglesia católica y de los jesuitas del Colegio de Belén, donde aparece una copia de la lápida de mármol erigida al gorrión, que decía "D.E.P. Recuerdo que los voluntarios de este Colegio consagran al gorrión que yace aquí. Habana, abril 24, 1873". En aquellos años (estoy hablando de nuestra República) se guardaba en el Colegio de Belén la lápida del gorrión voluntario. O sea que llegó la República y nadie se acordaba del famoso gorrión, gracias al Dr. Cordova se pudo saber que se seguía guardando en el Colegio de Belén, la lápida y el pequeño sarcófago. Y otros relacionados hoy en día en Miami, me informaron que lo habían traído para el exilio. Por lo Tanto el gorrión se encuentra en M I A M I. Es verdad o es mentira, no lo podemos asegurar. Pero lo único que le deseo al "gorrión voluntario" que descanse en paz. No sea que le pase como las cenizas de Cristóbal Colón, que estaban en la catedral de La Habana, que cuando hubo que llevar lo que quedaba de él, cuando se fueron los españoles de Cuba, si quedaba algo, nadie se lo llevaba. Y hoy en día, no se sabe en realidad, donde están.
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