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jueves, 1 de marzo de 2018

Jose Martinez Ruiz (Azorin): Ultimo escritor de la Generacion del '98 (primera parte)

Por: Rene Leon

  Nace José Martinez Ruiz (Azorín). a las tres de la madrugada del 8 de junio de 1873. en Monóvar. Alicante, en la calle de la Cárcel, más tarde conocida por San Andrés. Fue el primero de los nueve ·hijos del matrimonio de don Isidro Martínez Soriano y doña Maria Luisa Ruiz Mestre. Su padre abogado, de holgada posición económica. Sobre su vida tenemos las informaciones que él mismo nos ofrece a través de sus libros en sus personajes: Las confesiones de un pequeño filósofo, La Voluntad, y Antonio Azorín y las que sus biógrafos nos dan en los estudio sobre su vida.
Foto tomada: Islabahia.com
  A la edad de ocho años ingresa interno en el Colegio de los Padres Escolapios de Yecla. Estaría allí hasta los dieciséis años, dejando en su estancia honda huella en su vida y carácter. Pio Baroja en su novela Camino de Perfección, incluye datos sobre Yecla, utilizando el nombre imaginario de Yécora, información que el mismo Azorín le proporciona, y así trae un cuadro de la vida de ese lugar “Yécora, es un pueblo terrible...Alli todo es nuevo en las cosas, todo es viejo en las almas...(l). Cuando el joven estudiante regresaba a Monóvar de vacaciones, su vida cambiaba; en la escuela sólo encontraba vivencias tristes, deprimentes. En sus Confesiones de un pequeño filósofo, al referirse a las partidas de su casa a Yecla, dice “…sentía como si me hubieran arrancado de pronto de un paraíso delicioso y me sepultaran en una caverna lóbrega". (2) Sus recuerdos de la infancia están atados, unidos, al ambiente familiar de estos lugares. El mismo dice, “toda mi vida anímica ha sido desde la ciudad apacible a la ciudad adusta; la una se asentaba en la falda del Mediodía de un monte, y la otra en la falda norte de una colina. La ciudad apacible, si no era la nativa de mi madre, sí era la de uno de sus deudos más importantes; cerca estaba el pueblo nativo. La ciudad adusta era la de mi padre”. (3) Como se puede ver por este pasaje, la comparación que hace entre las dos ciudades y sus padres. La importancia de su madre y cariño hacia ella. Mientras que la "ciudad adusta" era la de su padre. Su relación con él siempre fue muy tensa.
  En el otoño de 1888 es enviado a estudiar a la Universidad de Valencia a tomar cursos preparatorios en Derecho, carrera que no terminaría por no tener inclinación a ella, estaría hasta 1896. En 1892 traslada su expediente académico a la Universidad de Granada. En 1902 comparece en la Facultad de Valladolid.
 En Valencia da comienzo su vida de escritor. Se adentra dentro de la vida popular estudiantil. Recoge las nuevas ideas sociales y políticas. Se vuelve un rebelde en aquellos años juveniles; crítica el sistema político en el país. Aparecen sus artículos en "El Pueblo dirigido por Vicente Blasco, utilizando el nombre de "Ahrimán"; escribe en "El Mercantil Valeciano". En sus visitas a Monóvar colabora en los periódicos locales "El Pueblo" y "El Eco". Da a la publicidad en 1893 su primer folleto literario La Critica Literaria en España, que era el texto de una conferencia leída en el Ateneo Literario de Valencia, firmado con el seudónimo de "Cándido". En el mismo año publica Moratín, con el mismo seudónimo. En 1895 publica Anarquistas Literarios, Se adhiere a las nuevas ideas políticas. Lucha por derribar las normas tradicionales en la literatura; busca una evolución en los valores sociales. En 1896 da a la publicidad Literatura, ambas publicaciones aparecen con su verdadero nombre; la última es dedicada a don José Maestre y Vera.
Foto tomada: Blog de Maria
  En noviembre de 1896 se muda a Madrid, y establece su residencia en la calle Barquillo. Empieza sus colaboraciones en "El País", con artículos y sátiras. Por su artículo contra la institución del matrimonio, es expulsado del periódico. En su libro Madrid, relata muchas de las incidencias de su vida de estos años en la ciudad y en la corte. Aparece como redactor de "El Progreso" en 1898. Da a la publicidad Bohemia, cuentos, y un supuesto diario de su vida en Madrid, que va fechado del 11 al 23 de marzo de 1897. En sus páginas revela su lucha por la vida. "No he podido renovar mi abono de cincuenta pesetas en el restaurante de la calle Montera. Sólo tengo tres duros; con ellos he de pasar todo el mes. ¿De qué modo? No lo sé, comeré lo que pueda..., pan sólo...Continúo comiendo mis veinte céntimos de pan. Al principio he notado sequedad en el estómago y en la cabeza. También me he encontrado más flexible más vaporoso; pero ahora lo que siento es debilidad. Casi no puedo escribir". (4) Ya desde estos años va apareciendo su preocupación por el paisaje, que se verá a través de su obra.
  Aparecen sus artículos en "El Madrid Cómico", entre ellos se destacan los que se refieren a la guerra hispano-americana, y a la destrucción de la flota en Santiago de Cuba y Filipinas. El desastre de 1898 produce un cambio en los jóvenes escritores que se interesaban por la regeneración del país.
  Cuando la vida se le hacía muy dura tomaba a regresar a Monóvar, para estar cerca de lo suyos; y volver con más bríos a Madrid, donde cada día se da más a conocer. Comparte con los escritores del momento; Valle-Inclán, Unamuno, Pío Baroja, Camilo Bargell, y otros.
  Su vida la divide entre el periodismo, sus trabajos literarios, las reuniones con los nuevos escritores, que al pasar el tiempo destacarían en las letras en España; en esas reuniones discutían de literatura y política. Da la publicidad Charibari (1893), La Evolución de la crítica (1899). Los Hidalgos (1900). Alma Castellana (1901). Entre 1902-1904 da a la publicidad La Voluntad, Las confesiones de un pequeño filósofo y Antonio Azorín, que en realidad es un sólo relato.
  Sus publicaciones llaman la atención a la crítica y se le pronostica un gran futuro. Pi y Margall prologa La sociología criminar. En El alma Castellana, el mismo Margall, dice "obra que merece inaugurar una literatura nueva entre nosotros". (5) Azorín al dar a la publicidad el libro, nos lleva en el a través de la evocación histórica; recuerdos, del pasado español, no de los grandes hechos. En sus libros podemos ver la faceta psicológica del escritor que cada día va desarrollando un estilo diferente, a los ya conocidos. Pío Baroja, diría que "en sus primeros quehaceres literarios, encubría una incurable incapacidad volitiva, instintos débiles, sueños e ilusiones".
  Desde 1898 hace una constante en su obra del tema del tiempo. Su visión cíclica. La descripción objetiva, minuciosa. Según avanzan los años se refugia en el pasado y en el concepto del Eterno Retorno. El mismo dice "El tiempo es mi preocupación. A saber lo que es el tiempo he dedicado largas meditaciones", más adelante en sus Obras Completas, "El tiempo, que dicen tan breve en tiempos que nos parecen tan largos, nos trae la paz al corazón, la verdad al alma y la ecuanimidad al criterio". (6)
  El 28 de enero de 1904 empieza a firmar con el seudónimo de Azorín, apareciendo en todas sus colaboraciones y futuros libros. Transitó por cuantos géneros literarios existentes. Su tema principal España. Sobre sus primeros libros dice en sus Memorias. Obras Completas "Hay en ellos demasiada juventud alocada por las lecturas en mezcolanza y por los ateneos en ignición permanente...Son esas obras mías como alegres pecadillos de juventud". (7)
  En 1910 escribe el famoso artículo donde describe a la "Generación del 98", que según él agrupaba las figuras más sobresalientes de la literatura española. Al publicar el artículo "Dos generaciones" y "Generaciones de escritores" (1912), populariza el nombre donde incluye a los escritores que han dado más fuerza a la literatura española. Representaba como él dice "un renacimiento; un renacimiento más o menos amplio, o más o menos reducido, si queréis, pero al cabo un renacimiento". (8) La principal preocupación, sus ideales, el espíritu rebelde de esa generación; interés en el paisaje y costumbre del país. La crítica social y mejoras políticas. Luis A. Granjel, dice "En su protesta, en su rebeldía, los jóvenes que componen la generación siguen ligados al mundo, a la circunstancia histórica contra la cual escupen aquella protesta, y ello daba a sus actos y manifestaciones un aire de melancolía y escepticismo que sólo los años, la fe creciente en la propia obra, conseguirá mitigar".(9) Ya anteriormente en 1905, hace cierta referencia a la nueva generación de escritores, en su artículo "Los Maeztu", Pintar como querer, en uno de sus párrafo "esta generación ha traído a la literatura un ansia de cultura, un espíritu de realidad, un amor a las cosas de que ya habíamos perdido la idea y la esperanza". (10)
  En 1924 es elegido para ocupar la silla "P" de la Real Academia de la Lengua, vacante por el fallecimiento de don Juan Novarro Reventos. Su presentación la título "Una Hora de España", la noche del 23 de octubre.
  Unos de sus críticos Ángel Cruz Rueda, dice sobre los primeros años de su vida literaria"...todavía no ha encontrado su verdadero camino; lee mucho y en revoltijo informe…medita y se afana por escribir con igual claridad que con la sinceridad que ya alcanzó". (11) Pío Baroja en el prólogo a La fuerza del mar, "Es un idealista algo extraño, idealista como puede ser un espíritu genuinamente español". (12)
  Van pasando los años, Azorín alcanza la fama en su país y fuera de él Llega la guerra Civil, y se traslada a París, al igual que otros escritores españoles, entre 1936-1939. Años de trabajo e incertidumbre, nostalgia. En unos de sus relatos escritos "Españoles en París", dice "Los recuerdos...son la vida toda del ser humano. El recuerdo es el dolor, pero también el consuelo supremo". (13)
  Su estancia deja perdurable huella en su vida. Allí publica París y Memorias Inmemorables, recuerdos de la "Ciudad Luz". Deambulan por las calles de la bella ciudad, muchos de sus conocidos y compañeros: Gregorio Marañón, Pío Baroja. José Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala y otros.
  Pero es en Españoles en París, donde exalta el amor a la tierra española, pasado, presente y futuro. Como dice Luis Granjel "La rememoración de un pasado que, como queda dicho, cree· perdido para siempre, y el difícil presente que vive en París, lo incierto del futuro, también la vejez ya próxima".(14) Allí empieza a comprender y ver mejor a España, con sus virtudes y defectos. La forzada ausencia de tres años. En unos de sus escritos durante su estadía, dice "He aprendido mucho en París. En las postrimerías de mi vida -soy ya harto viejo- hubiera lamentado no haber vivido en París como he vivido. Porque en París he aprendido a ver mejor a España. A verla mejor por contraste". (15)

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