René
León
©
76-51560
Impreso en
España.Ediciones Universal, 1977
Portada: Escalera de
la Vida
de René León
(El libro consta de
38 páginas)
Extractado
José Sánchez Boudy falleció en la ciudad de Miami el martes 2 de
febrero de 2017, tenía 88 años. Era un
autor literario cubano, cuya obra alcanzó todos los peldaños de manifestación
escrita. Boudy escribió cuentos cortos, novelas, ensayos críticos, artículos
costumbristas en el Diario las Américas, y tenía a su favor una colección de poesía de
sabor africano y popular, que tiene el sello de la sensualidad y la musicalidad
de sus imágenes como veremos más adelante.
En él se reunía el
criminalista que fue en Cuba con el literato de vocación y el periodista de
certero enfoque. Era un salva guardador de las tradiciones criollas; un
continuador de la tradición poética africana; un literato que elevó a la
categoría literaria el habla popular de los negros cubanos.
La obra de Sánchez Boudy es
parte de esa obra poética afrocubana que nace
a la sombra del exilio, lejos de la patria y de los que al poeta le
brindaron afecto y cariño. Su obra, es clara manifestación de una personalidad
dinámica; siempre buscando nuevos horizontes por donde salir hacia el futuro
inmediato; por eso, su poesía que se citará tiene esa vivencia y ese dinamismo
que representa la idiosincrasia del autor.
Como todo estilo poético, todo
movimiento cultural, ya sea formado escuela estilística o llegando a ser un
momento literario dentro de la vida artística y cultural de una nación,
necesita un crítico que le defina. He elegido la opinión crítica de la
profesora de literatura en el College Bennet en North Carolina. La doctora
Hortensia Ruiz del Vizo (†); porque la misma viene vinculada desde Cuba a la
literatura de tendencia afrocubana y dice:
“Decían los romanos que toda
definición era peligrosa. No se nos escapa esta verdad. Pero a pesar de ello
diremos que poseía negra, negroide o negrista, como se le conoce, es la
caracterizada por hacer al negro el tema de la misma. Pero mirándolo no como un
ser humano que sufre o ríe. Esta poesía tiene diferentes variantes social,
folklórica, mítica, etc., pero contiene una serie de elementos que le son
propios, es decir, que no se encuentran fuera del campo de ella, como son: el
ritmo musical, la imitación rítmica de los instrumentos de música típicamente
negros, el uso de jitánforas, plasticidad, la gran utilización o voces
africanas o voces parecidas a lo africano, o de sonido de la naturaleza que
tengan semejanza con la lengua africana, la captación del movimiento de los
bailes negros, el colorido, el tratar de recoger la sensualidad de los negros y
la sexualidad”.Hortensia Ruiz del Vizo, Poesía negra del Caribe y otras áreas,
Ediciones Universal, 1972.
Sensualismo y Musicalidad
Es la condición de los poetas
cubanos que se dedicaron a la poesía afrocubana a recurrir a la temática del
sensualismo como preferencia de estilo poético, encerrado dentro de una escuela;
la afrocubana. En toda la producción poética netamente afrocubana se observa
esa línea paralela que corre junto al sensualismo de sus imágenes y su
expresión musical en sus vocablos con fuerzas rítmica.
Los poemas de Sánchez Boudy,
que aparecen a continuación mantienen la temática del sensualismo, dentro del
punto de vista del poeta. Como es sabida la poesía afrocubana es autóctona y es
expresión e inspiración del autor que la produce en este caso. El poeta le
canta al sensualismo de los personajes femeninos, negras y mulatas que aparecen
en sus poemas.
Esa negra fuló
Esa negra fuló no lo es del Brasil.
Esa negra fuló no es de cielo de añil.
Esa negra fuló no es de Bahía.
Es de ron y tomillo. ¡Mira su algarabía;
Esa negra fuló ¡Mira su brincadeira!
Esa negra fuló ¡Mira su sentadeira!
¿Esa bola en Pará?
¿Y esa enorme cadeira
donde dicen cateira?
Esa negra fuló solo cubano.
¡Mira la brincadeira! ¡Mira la bola hermano!
Sánchez Boudy mantiene el
sensualismo de su poesía afrocubana siempre haciendo referencia constante a las hermosuras de las mujeres
cubanas sean éstas blanca o negras, hallando esta imagen en su poesía
“Carnaval”. El va describiendo el baile de una manera sensual, donde sólo
existen retorcimientos fogosos.
Todo es negro y la blancura
de giros vertiginosos.
Todo los pies sin reposo
todos son nalgas y cinturas.
Arrollan unos tras otros
en trajes multicolores,
Allí lo mismo es Dolores
la del picadero y potro
o el negrito limpiabotas
que vive en él Llega y Pón.
Porque allí todo es danzón
igualdad y carnaval
desde Holquín a Bejucal.
Igual que otros poetas que
cultivan el mismo tema, elige a la negra como personaje en el cual se encierra
el sensualismo por su formas redondas y de sus caderas amplias, él se refiere a
la parte más lúbrica de la mujer, a sus nalgas; a esa región glútea que brinca
de contento en los movimientos de la rumba o del cha-chachá. Don Fernando
Ortíz, refiriéndose a ese centro de atención sensual que representan las caderas y las nalgas en la
producción de la poesía afrocubana en
sus comienzos, dice:
”Este concepto estético de la
negra nalguda y la atracción sensual de la mulata nalgueante no son tornadizo
capricho de una moda chabacana, ni desenfadada travesura de poetas picarescos
ante la mujer morena, sino imposición del realismo descriptivo de su anatomía y
del vivo erotismo de la ondulante carnalidad de sus traseras pulpas.” Don
Fernando Ortiz, Los últimos versos
mulatos. Iniciación a la poesía afroamericana,
Miami, 1973.
En su producción primera el propio poeta
introdujo dentro de la temática del sensualismo y la musicalidad de sus versos
una serie de estampas populares africanas que sacó de los bailes de los
descendientes africanos, que periódicamente ensayaban en los cabildos o
casas-templos de éstos en la ciudad de La Habana. La musicalidad de los poemas
de Boudy es un recuerdo de aquellas comparsas habaneras que compuestas por
negros y mestizos salían todos los años a desfilar por el Paseo del Prado y ese
cantar “alaalá-alaalá” es propio de aquellos comparseros. Los cuales cantan,
bailan, arrollan, y sudan al mismo tiempo que explota la temática sensual en el
poeta:
Los negros tienen saoco.
Los negros tienen bembé.
Los negros le dan al cuerpo.
Los negros echan un pie.
La mulata, se contorsiona.
¡Echa palante varona!
Tiene, los ojos en blanco.
¡Ochún, que le dio el santo!
Suda, resuda el tamalero.
¡Canta, canta, caramelero!
El negro mete cintura.
¡Negro, no hagas diabluras!
Sudor, sangre, ron.
¡Toca, que viene el danzón!
Toma saoco caramelero.
Vamos detrás del timbalero.
Vamos detrás del tamalero,
de las nalgonas, del farolero.
Del farolero, de las nalgonas,
del timbalero.
Las imágenes de sensualismo,
envueltas en esa atmósfera de ron y tambor, dan un toque verdaderamente
afrocubano a esa poesía nacida en el exilio, como añoranza de una tradición
cultural que el autor mantiene viva a través del tiempo y gracias a su
inspiración
José Sánchez Boudy dejó una
obra muy extensa donde incluía múltiples estampas del tema afrocubano. Su obra
folklórica es de añoranza a un pasado
cubano en el orden literario cultural. Toda ella tiene mucha
originalidad renovadora aunque mantiene la tradición cultural afrocubana, los
poemas que aparecen pertenecen al libro Alegrías de Coco, agotado a los
pocos meses,
Bibliografía:
Moore, Woodrow W. Cuba an her poets, Ediciones
Universal, Miami, 1974.
Ortiz, don Fernando. “Los últimos versos mulatos”, Iniciación
a la poesía afroamericana, Ediciones Universal, Miami, 1973.
Ruiz del Vizo, Hortensia. Poesía negra y del Caribe, y otras áreas.
Ediciones Universal, 1972.
Sánchez Boudy, José, Alegrías de Coco, Edit. Boch,
Barcelona, 1970.
Nota:Portada
“La Escalera de la vida”, Simbolismo. En la escalera de la vida.
Unos tratan de subir para llegar al final y otros tratan y tratan, pero no
avanzan en la vida. Quedan estancados y no logran ningún éxito en su vida como
escritor.
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