Información tomada del libro de René León San Cristóbal de la Habana Desde su fundación hasta 1599.
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Siendo gobernador el capitán Diego de Mazariegos primera vez la idea de construir una muralla por la parte que no daba al mar. Para evitar otro ataque como el de Sores. El ingeniero Bartolomé Sánchez quedó a cargo de estudiar los planos.
En Cédula Real de Enero 21 de 1558, al ingeniero Bartolomé Sánchez se le informaba que se había dado orden al virrey de la Nueva España, para que enviara a la Habana:
"Yo enbio a mandar al nuestro Visorrey e oficiales de la nueva españa que enbien a poder de los nuestros oficiales de la dicha ysla de cuba doze mil pesos de oro para que se gasten en lo suso dicho a los quales dichos nuestros oficiales de la dicha ysla de cuba mando que venidos a su poder los dichos doze mil pesos de oro gasten dellos lo que fuere nescesario en la obra y edificio de la dicha fortaleza por librancias vuestras y del gobernador de la dicha ysla las quales se hagan ante vn scriuano para que tengan dello quenta y Razon... "
Cabildo. Enero 30 de 1559: "... por quanto e abido e ay guerra con francia e corsarios franceses suelen benir sobre este puerto e si no hobiere vela en el moRo e caleta e boca del puerto podrían tomar descuidados a los vezinos... ansy por faltar alguna persona e otras no habelle echado velas e porque ay muchas negras horras que pueden enviar a velar la noche que les cupiere... "
Cabildo. Marzo 3 de 1559: "... en el cabildo passado se mando que se señalare plaza para esta villa pues que la fortaleza que se aze ocupa la que antes abia e para ello dixeron que sea la plaza de quatro solares tanto en ancho como en largo en que estan los bujios de alonso yndio la calle en medio e quedo que oy estacasen para que ninguno se meta en ella a facer casa..."
El lugar escogido para la nueva plaza, es la después conocida por Plaza de Armas . De allí saldrían las primeras calles de la villa. Todavía en el año de 1577 no se había hecho ninguna construcción en sus terrenos. La villa se había extendido hacia los terrenos de la Fortaleza Vieja.
Real Cédula. Valladolid, Marzo 19 de 1559: "... Juan de Hinostrosa, procurador desa Ysla y en su nombre me ha hecho relacion que... cuatro o cinco personas de los primeros conquistadores y pobladores desa Ysla que son tan pobres que ninguna cosa tienen y tan viejos y enfermos que no le pueden ganar y moririan de hambre sy los yndios desa tierra no les sustentasen por amor a dios porque los españoles que en ella rresiden no lo tienen para si los mas dellos y me suplico les hiciese merced e mandarles dar alguna ayuda de costa cada año con que se pudiesen sustentar... "
A finales del 1558 y principios del 1559, cruzaron frente a la costa de la villa varias naves francesas, sin atreverse a atacar. Estas nuevas naves eran muy ligeras y se pondrían en boga en esos años. El gobernador Mazariegos había tenido que ir a Santiago de Cuba en su socorro, pues había sido atacada por los piratas, que ocuparon la villa, exigiendo un rescate de cuatrocientos pesos . A su regreso a la Habana, se encontró con que el puerto había sido bloqueado por dos navíos piratas . En el puerto de Cabañas, se habían apoderado de dos carabelas españolas, con sus mercancías. Estos navíos esperaban la flota de don Pedro de Roelas, que venía desde Nombre de Dios. El gobernador envió un mensajero al puerto de Batabanó, para desde allí, en un navío , avisar a Roelas. Al recibir éste la información, organizó sus navíos en semicírculo, atacando a los piratas, que estaban frente a la Habana.
A las pocas horas del combate, los navíos franceses quedaron destruidos y en poder de los españoles muchos de sus tripulantes. Siendo condenados a trabajar en las obras de la nueva fortaleza. El 6 de abril de 1560, algunos de ellos lograron apoderarse de una goleta en la bahía, y salieron sigilosamente, escapando. Al siguiente día, las autoridades, al darse cuenta de su falta, ordenaron su persecución, sin poderlos encontrar. Los responsables de su custodia fueron castigados.
El Obispo Castillo en 1560 se quejaba de la falta de libros de registros en la iglesia para asentar nacimientos, matrimonios y defunciones. Muchas de las actas del cabildo se habían perdido cuando el asalto y toma de la villa por Sores, y otras por descuido de los encargados de custodiarlas. En aquellos tiempos había por costumbre que los españoles envenenaban a sus mujeres indias para casarse con otras, y cada cual usaba los apellidos a su antojo. En muchas ocasiones sólo se ponía el nombre y la patria de la persona. A partir de 1578 se empieza a asentar estas informaciones, en el "Libro Barajas", considerado el más antiguo que existe en la villa.
Real Cédula. Valladolid, 1560: "... por lo que vos y otras personas nos han escrito he sido ynformado que Bartolomé Sánchez, ingeniero, anda diferente con los oficiales que andan en la dicha obra y que a causa de esto no se hace lo que conviene... el no es capaz de una obra semejante y que sacados los cimientos encima de tierra lo que rrestase por haber lo podrian hacer dos maestros de cantería y que ahí están que son Francisco Claros y Pero de Aulesti y que tambien el dicho ingeniero trata de que la dicha fortaleza e tenga cien pies en alto y que la plaza que se le ha de dar para artillería gruesa ha de ser en lo alto de las bovedas... ha parecido aca que si la traza esta en terminos que no es menester el dicho ingeniero y lo pueden hacer los dichos oficiales, se venga el dicho ingeniero y no entienda mas en la dicha obra... "
Según Irene A. Wright, contra el ingeniero Sánchez se habían quejado muchos vecinos de la villa:
"The royal officiales demanded an account ing of the dismissed engineer for moneys they alleged he had misspent in using work men and materials to erect houses in town on his own account; he vanished from Havana without rendering it to them."
La Habana se había vuelto el centro de escala de las flotas que iban de regreso a España. Una se llamaba la de Nueva España y la otra de Tierra Firme. Algunas zarpaban juntas y se separaban en alta mar. La flota de Nueva España salía en primavera de España e invernaba en México, volviendo a Cádiz al año siguiente. -Las rutas escogidas eran: La de Tierra Firme, después de salir de España, se dirigía a las islas de Trinidad, Tobago, e isla Margarita. Los barcos se iban separando para ir a los diferentes puertos de escala, Caracas, Maracaibo, La Guaira, Cartagena de Indias; esto le tomaba dos meses.
Después de dejar y recoger mercancías, recogían todo lo que venía de Perú, Panamá, Callao; todo esto se recogía en Portobello. Al regreso, se dirigían hacia la Habana, para aprovisionarse. La de Nueva España salía de Cádiz, pasando por las Canarias, tomando rumbo a las Antillas, hacia Aguada, que pertenecía a Puerto Rico, recogían agua. Desde allí enviaban órdenes a San Juan de Puerto Rico y seguían a la Española. Enviaban noticia a Santiago de Cuba, para que desde allí informaran a la Habana. La flota seguía hacia Yucatán, y llegaba al puerto de Veracruz. Después de terminado el recorrido, iban hacia la Habana. Durante la estancia de ambas flotas en la villa, se vivía una vida muy agitada por los vecinos.
Irene A. Wright, nos dice que, durante el gobierno de Mazariegos, en la villa se corrompían las buenas costumbres:
"En verdad, parece que en esta época era la Habana una congregación de gentes relajadas, muy dadas al juego. Jugaban el oro en barras, las perlas y esmeraldas, de suerte que unos se hinchaban con fáciles ganancias mientras otros morían con el alma destrozada por las pérdidas que sufrían. Se acuchillaban unos a otros, se colocaban carteles difamatorios, envenenaban a sus mujeres mestizas para casarse con otras nuevas, y quemaban de cuando en cuando la casa de un enemigo como diversión. Los culpables buscaban asilo en la iglesia; si se trataba de juzgarlo por vía de ley, el juicio a veces no llegaba a sentenciar, especialmente si el gobernador Mazariegos juraba que el muerto no había recibido sino su merecido y que él no quería oír más del asunto, "votando a tal" que si le molestaban más los parientes y deudos del difunto les echaría a los piojos de la cárcel pública. Mazariegos mismo dió ejemplo de la relajación moral, viviendo durante años en una unión no bendecida por la iglesia con doña Francisca de Angulo, hija mayor de su antecesor, con la que tuvo tres hijos a pesar de las sentidas protestas de su madre. Cuando el clero censuraba su conducta, el gobernador negaba la castidad de todos ellos, señalando singularmente al obispo con sus reparos. Después de la muerte de la madre de doña Francisca, cuando ya era inminente una investigación, Mazariegos se desposó con ella, haciendo constar que en todo el tiempo la había con siderado como mujer legítima". (20)
A partir de 1560, los oficiales de la villa usaron una señal o cuño para marcar el oro y la plata, donde se pagaba el quinto al Rey. Se cree que estaban esculpidas las armas de la Isla o las de la villa. Los funcionarios de la Tesorería radicaron por años en Santiago de Cuba, pero fueron trasladados, en 1560, a la villa. Y se siguió utilizando el mismo sello. Años más tarde se utilizaría esta marca como el futuro escudo de la villa: Dos llaves y una corona.
En el año de 1560, en el área de la Chorrera (Pueblo Viejo), en la desembocadura del río Almendares, algo alejado de Ia villa se empezaron a formar pequeñas fincas, que suministraban los principales alimentos de consumo a la villa y a las escuadras que tocaban puerto. De fa villa salían dos caminos, que iban hacia la Zanja, el uno, y el otro hacia la Chorrera, pasando por la caleta de Juan Guillén. La producción agrícola era necesaria para los vecinos y las flotas. Así como
la preparación de la carne salada de ganado y de pescado.
Los pocos indios naturales que quedaban estaban en Guanabacoa, con algunos negros emancipados. La población era de unos 500 habitantes. En ta villa se fueron calmando los temores de los ataques de los corsarios y piratas.
Real Cédula. Valladolid, Abril 30, 1560: "... Diego de Macariegos nuestro gobernador de la ysla de cuba vi vuestra letra de XXIIII de febrero deste año y he entendido el estado en que anda la obra de la fortaleza que en esa villa de la hauana auemos mandado hazer y de que se ayan traydo los esclauos que estauan en la ciudad de santiago para que trauajen en ello como se os enbio a mandar he holgado con ellos y con la mas gente que se pudiere auer procurareis que se haga todo lo mas que ser pueda de manera que con breuedad se pueda acauar que como abreis visto por la que os mandamos seriuir en veinte y ocho de diziembre del año pasado de quinientos y cinquenta y nueve auemos proueydo que el virrey de la nueua españa y los nuestros officiales della enbien a esa ysla a poder de los nuestros officiales della otros seis mili pesos para la dicha obra por que no falte dinero para ella.
E por lo que vos e otras personas nos han scripto he sido ynformado que bartolome sanchez yngeniero anda diferente con los oficiales que andan en la dicha obra y que a causa desto no se haze lo que conviene y que tanbien el no es capaz para vna obra semejante y que sacados los cimiento encima de tierra/ lo que restase por hazer lo podrían hazer dos maestros de cantería que ay estan que son francisco claros y pedro de aulestia..."
En carta al Rey, el ingeniero Bartolomé Sánchez le informaba que desde su venida a la villa no había recibido salario. Que parte de las herramientas fueron destruídas por un fuego. Sobre Mazariegos, le decía:
"En esta villa esta diego de macariegos governador desta ysla el cual esta disfamado que secreto es casado con doña francisca hija del Dotor anpolo a quien el tomo Residencia y tiene desta vn hijo y frequenta mucho su casa el seruicio de Vuestra Mages tad conviene enviar otro gouernador a esta tierra porque los vecinos reciben a veces ynjusticias muy feas que diego de maiariegos dexa pasar demas que en los negocios de Juan de Rojas su tiniente es parcial especial mente con dos hermanos y vn sobrino que el dicho Juan de Rojas tiene con los quales a disimulado cosas dignas de gran castigo y siendo los dos casados no los quiere echar de la tierra y otras cosas mas pasan de que en auiendo mejor nauio avisare mas largo a Vuestra magestad..."
Cuando se fundó la villa en lo que se llamaba puerto de Carenas, se empezó a formar lo que iba a ser la plaza pública, donde hoy está el castillo de la Real Fuerza. En sus alrededores se levantó la primera iglesia, que era un simple bohío de guano. Esta fue destruída en el año de 1538 por los piratas y reconstruida después. En el año de 1550 se comenzaría la nueva construcción de piedra y barro. La construcción de ella, según el gobernador Angulo, él la había empezado; lo cual negaban los vecinos. Se cree que todo esto fue una intriga de ellos. El 29 de agosto de 1550 se hace un inventario de lo que tiene la iglesia. Da que tienen unos setecientos ochenta pesos de oro. Se acuerda hacerle mejoras. El 31 de agosto se acuerda comprar ocho negros con ese dinero, para que "anden en la dicha obra hasta fenecer". Pues estimaban que así se evitaban pagar el jornal de ellos. En julio de 1551 se traía de Macaca (Oriente), un navío con "la tablazón necesaria para la obra de la iglesia". El 10 de octubre de 1551, se hace cargo de la obra el maestro albañil Miguel de Espila. El 1O de julio de 1555, Jacques de Sores. y sus corsarios redujeron a cenizas parte de la iglesia. El cabildo en 1560 se dirigió a la corte "sin iglesia desde hacía cinco años, sin poder levantar otra". A la muerte de Juan de Rojas, dejó para levantar la nueva iglesia, un legado. Se cree que se empezó a levantar la nueva construcción en el año de 1569-70. En el año de 1575, "el cuerpo estaba ya acabado'\ Según Arrate:
"La mayor (iglesia parroquial es dedicada al ínclito mártir S. Cristóbal), patrón de la ciudad y titular suyo. Está situada, como ya dije, cerca de la ribera de la bahía, de suerte que entre ella y la playa sólo media el espacio de la Plaza de Armas y una corta acera de casas; comenzóse a construir el año de 1550, porque la primitiva había sido incendiada por los enemigos, el año de 1538... duró mucho tiempo su construcción, hasta que vino a darle principal complemento y deseado fin la herencia o legado que destinó para ello Juan de Rojas... De modo que debió a este subsidio su final conclusión por los años de 1571 ó poco más adelante". (21)
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