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miércoles, 13 de marzo de 2013

San Cristóbal de la Habana


 Importancia en el Tráfico Marítimo y 
sus Construcciones Navales en Tiempo de la Colonia
René  León

  San Cristóbal de la Habana fue fundada en la costa Sur de Cuba, el 25 de julio de 1515, cerca de Batabanó, según José Martín Félix de Arrate, al referirse a la localización del poblado, dice: “es muy posible fuere el que ahora llaman de la Bija, que desemboca en ella un paraje más oriental que el Batabanó, y en donde estoy informado se divisan algunas señales de que hubo antiguamente embargadero”. (1) Al pasar los años, los vecinos se van mudando para la costa Norte, en la ya conocida Bahía de Carenas, dando los historiadores por oficial el traslado en el año de 1519.
  En el año de 1508, el Adelantado Nicolás de Obando, quien era el gobernador de la Española, mandaría a completar el bojeo y exploración de Cuba. Sería enviado el capitán Sebastían de Ocampo con dos carabelas. Según Jacobo de la Pezuela: “…llego a fondear en el puerto más extenso, cómodo y seguro que se encontrase hasta entonces en las nuevas regiones descubiertas. Reconociendo Ocampo con prolijidad los surgideros interiores de su vasta bahía, junto á un riachuelo que desembocaba en su más interna parte, descubrió un manantial de petróleo ó betún líquido que podía sustituir á la brea muy ventajosamente para las reparaciones de las naves. Animáronle este hallazgo y la hermosura del paisaje á carenar allí las naves, y apellidóle por esto en su diario Puerto de Carenas”. (2)
  La importancia del puerto de la Habana va aumentando a través de los años. Irene A. Wright, dice sobre los primeros años: “La Habana era humilde. No fue, en efecto, en las dos primeras décadas de su vida, más que un núcleo de bohíos esparcidos a lo largo de la orilla de la bahía. Entonces, y hasta mucho tiempo, era su centro la plaza de armas, donde se levantaban las modestas moradas de sus principales vecinos, hombres diligentes y trabajadores y no menos testarudos y soberbios.” (3)
  Hernán Cortés en su Carta de Relación al rey después de haber estado en la villa, le informa que “…está en el paraje de la navegación de la Nueva España y de las otras tierras de islas descubiertas y donde se proveen y contratan todas las personas que van a ellas, de mantenimientos, caballos y yeguas y otros ganados y cosas por su abundancia y fertilidad…” (4). Esto sucedía el 3 de septiembre de 1526.
  En el año de 1522, por una Real Orden se establecía una armada para guardar los mares del poniente contra los corsarios franceses. Pero no sería hasta el año de 1526 que se dispuso que, para ir a las Indias o volver, se debía tomar una flota, para proteger los navíos. Todas tenían que llegar a la Habana por “Buena derrota del Canal de Bahamas”. Desde 1537 fue escala obligada de todos los navíos  que regresaban a España. También serviría de pretexto para ser atacada varias veces por los corsarios, y destruida por el capitán corsario francés Jacques de Sores en julio de 1554.
  Sería nombrado un nuevo gobernador, Diego de Mazariegos. Siendo el primero que recibió ayuda pecuniaria para el sostenimiento de la plaza, conocido por “Situados”. Se empezaría a construir otra fortaleza para mejor protección de la villa, pues la última había sido destruida por los corsarios.
  Las primeras informaciones que se tienen sobre reparaciones de navíos nos viene de pasado el 1550. Se reparaban y se hacían pequeñas embarcaciones para el trasiego de las villas, en especial chalupas. Debido a la fundición de cañones que se necesitaban para las fortalezas, empezaría coger  importancia la construcción de navíos de gran tonelaje. El historiador fallecido Leví Marrero, dice  “Las posibilidades  de La Habana para aportar a la navegación española embarcaciones de primer orden  se materia-
lizaron primero con los doce galeones agalerados con remos que fabricó en Cuba el Adelantado de la Florida don Pedro Menéndez de Avilés y que integraron con 8 fabricados en Viscayas, la primera Armada de Galeones.” (5)
  Sería Pedro Menéndez de Avilés el que reformaría las reglas de las flotas en sus viajes de España a América  y a su regreso. También se cambiaría la forma de construcción de los navíos. Pezuela sobre el particular, dice: “…convirtiendo las antiguas galeras y carabelas en los famosos galeones, que durante siglo y medio, se ocuparon de aquel servicio…”(6)
  Por lo que vemos, la importancia de La Habana fue grande en la navegación a las colonias de América y el regreso de las flotas a España. Fue considerada Llave del Nuevo Mundo: Antemural de las Indias Occidentales. La construcción de las fortificaciones serviría para ofrecer a la ciudad un aspecto de más seguridad. La primera fortificación de importancia sería la llamada de la Fuerza Vieja, siendo su alcalde Mateo Aceituno, y destruida cuando el ataque del corsario Jacques de Sores. Por orden de la corona se empieza a construir otra fortificación conocida por La Real Fuerza en 1556, no se empezaría hasta el 1562, que no se completaría hasta el 1577. Al pasar los años, se decide construir el Castillo del Morro y el de La Punta, para que la ciudad estuviera mejor protegida. Se hizo necesaria la introducción de negros esclavos, como jornaleros. Sus dueños recibían el importe de su trabajo. Más todos los prisioneros tomados de los barcos enemigos.
  La ciudad podía contar con el suministro del agua que se traía por la Zanja Real, desde La Chorrera. Se vendía carne salada y casabe a los navíos que llegaban al puerto. Se contaba con su cabildo, aduana, hospital, cárcel, y carnicería. Había un camino que iba a Matanzas. El de La Chorrera, que pasaba por la caleta de Juan Guillén (San Lázaro), y otro que iba a Batabanó.
  Por consejo de Pedro Menéndez de Avilés y de su sobrino Pedro Menéndez Márquez, se da auge a la construcción de navíos de gran tonelaje. En 1590 se termina la nao “Nuestra Señora del Rosario” de 180 toneladas, propiedad de Bartolomé Bernal. En 1595 el “Espíritu Santo” galeón de  350 toneladas, propiedad de Domingo Leoqui de Guizpúzcoa, y otros. En el arsenal o artillero como fue llamado, se trabajaba todos los días. De lo único que se quejaba la Corte, era del costo. Pero sobre su calidad, nadie lo hacía, pues su construcción superaba a los navíos de Vizcaya.
  Hubo quejas a la Corona de que se habían efectuado extensas talas de árboles en los alrededores de la ciudad. Unos para usarlos en la construcción de navíos, y otros para ser enviados a España por su calidad. También se hacía espacio para los cañaverales de la futura industria del azúcar.
  La ciudad ofrecía al que llegaba suministro de provisiones de boca y alojamiento a las flotas. Cosa esta que dejaba una gran fuente de ingreso a los habaneros.
  La investigadora Irene A. Wright, dice sobre la construcción de buques: “La construcción de buques había llegado a ser una industria importante en Cuba. Los cedros y la caoba de la Isla (maderas muy fuertes e incorruptibles) se hicieron famosos, junto con el ébano. Por mandato Real se exportaron a España para adornar con ellas palacios como el Escorial, y como por experiencia se había comprobado que la caoba era muy duradera y por consiguiente especialmente adecuada para ello, se empleaba mucho en la fabricación de cureñas”.(6) Se emitieron varias cédulas prohibiendo que se cortase cierto tipo de madera.
  Uno de los que más importancia le dio a la construcción de navíos, fue don Juan Pérez de Oporto, quien protestaría por estas cédulas. Se le encomendaría a Juan Enrique de Borja la construcción de galeones, llegando a la ciudad el 15 de diciembre de 1608. El 16 de abril de 1610, notificaba a la Corona que ya tenía terminados cinco de ellos, siendo llevados a España, el 14 de junio de ese año. Serían llamados “San Esteban”, “San Pablo”, “San Pedro”, “San Martí”. El “Nuestra Señora del Rosario”, no podía salir por no estar terminado. Estos galeones reemplazarían otros de la armada de la “Carrera de Indias”. Pero como eran las cosas en aquellos años, se limitaría su construcción.
  El historiador José Félix de Arrate, dice sobre el particular: “Expusiénrose varias razones que hacían ver claramente la utilidad de esta idea en beneficio de la Corona, por ser considerable la ventaja que hacían los barcos construídos en esta parte a los que se fabricaban en las de Europa, no sólo por la duración que tenían los unos respecto a los otros, como también porque en los combates de guerra, por la diferencia de maderas de que eran labrados, se experimentaba en los de estas regiones ser mucho menos el daño de los astillazos, que matan e inutilizan en ellos a la gente de la tripulación”.(7)
  El comercio fue floreciendo por la importancia del puerto a través de los años. La llegada de las flotas mantenía en constante movimiento a los comerciantes. Siendo importante en el siglo XVI y XVII el comercio ilegal que se realizaba con los corsarios.
  San Cristóbal de la Habana, fue el puerto más activo de la “Carrera de las Indias’, por su situación, y por las facilidades que se le ofrecían a los navíos que fondeaban en la bahía. Hay que esperar a partir de 1720, para que tome un auge importante, que aumentaría el poder económico de la ciudad.
Notas:
José Martín Félix de Arrate, Llave del Nuevo Mundo. Antemural de las Indias. Fondo de Cultura Económica, México, 1949
Jacobo de la Pezuela, Historia de la Isla de Cuba, Madrid, 1868
Irene A. Wright. Historia documentada de San Cristóbal de la Habana en el siglo XVI, La Habana, Imprenta el Siglo XX, 1930.
Hernán Cortés. Cartas de Relación, Edit. Porrúa, México, 1985
Leví Marrero.   Cuba, economía y sociedad. T.4.Edit Playor, Madrid, 1975
Antonio José Valdés, Historia de la Isla de Cuba y en especial de la Habana.
Oficina de la Cena, Habana, 1813

4 comentarios:

  1. Da gusto leer un trabajo como este del senor Leon que escribe muy bien. Sus trabajos historicos tienen saber, uno aprende de ellos y nos muestra informaciones de la historia de Cuba. Felicito a todos los que participan en estas paginas. Da gusto leerlas todas y en especial al senor Leon por sus conocimientos de historia.

    Antonio Gallardo
    Tampa, Florida

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  2. Me ha gustado esta historia sobre las construcciones de los galeones en La Habana, nunca habia leido nada sobre ello. Todos los dias se aprende algo. Cuando se busca informaciones se encuentran, decia mi tia Caridad. Si estuviera viva le hubiera gustado esta.

    Raimundo Rodriguez
    Miami, Fla

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  3. Estudie en Charleston, vine de nino a este pais, y mi padre me contaba cosas de Cuba muy interesante, el habia maestro de escuela creo en Matanzas, despues se fue para La Habana. Me contaba que iba a la Biblioteca de La Habana, y se ponia a leer todo lo que podia para aprender. Mi padre ya murio, pero aprendi a amar a mi pais. Leyendo estas historias me pongo a pensar en el. Enseno en un College, y le hablado a los alumnos de esta pagina. Gracias por ella.

    Orestes Angulo
    Charleston, SC

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  4. Estoy en el Navy, un amigo me informo de este trabajo sobre los galeones espanoles. Me ha gustado por la sencilla razon que me ha dado informacion para algo que quiero escribir sobre los origenes de las construcciones maritimas.

    Robert J.
    Charleston, Sc

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