Importancia en el Tráfico Marítimo y
sus Construcciones Navales en Tiempo de la
Colonia
René León
San Cristóbal de la Habana fue fundada en la costa
Sur de Cuba, el 25 de julio de 1515, cerca de Batabanó, según José Martín Félix
de Arrate, al referirse a la localización del poblado, dice: “es muy posible
fuere el que ahora llaman de la Bija, que desemboca en ella un paraje más
oriental que el Batabanó, y en donde estoy informado se divisan algunas señales
de que hubo antiguamente embargadero”. (1) Al pasar los años, los vecinos se
van mudando para la costa Norte, en la ya conocida Bahía de Carenas, dando los
historiadores por oficial el traslado en el año de 1519.
En el año
de 1508, el Adelantado Nicolás de Obando, quien era el gobernador de la
Española, mandaría a completar el bojeo y exploración de Cuba. Sería enviado el
capitán Sebastían de Ocampo con dos carabelas. Según Jacobo de la Pezuela:
“…llego a fondear en el puerto más extenso, cómodo y seguro que se encontrase
hasta entonces en las nuevas regiones descubiertas. Reconociendo Ocampo con
prolijidad los surgideros interiores de su vasta bahía, junto á un riachuelo
que desembocaba en su más interna parte, descubrió un manantial de petróleo ó
betún líquido que podía sustituir á la brea muy ventajosamente para las
reparaciones de las naves. Animáronle este hallazgo y la hermosura del paisaje
á carenar allí las naves, y apellidóle por esto en su diario Puerto de
Carenas”. (2)
La
importancia del puerto de la Habana va aumentando a través de los años. Irene
A. Wright, dice sobre los primeros años: “La Habana era humilde. No fue, en
efecto, en las dos primeras décadas de su vida, más que un núcleo de bohíos
esparcidos a lo largo de la orilla de la bahía. Entonces, y hasta mucho tiempo,
era su centro la plaza de armas, donde se levantaban las modestas moradas de
sus principales vecinos, hombres diligentes y trabajadores y no menos
testarudos y soberbios.” (3)
Hernán
Cortés en su Carta de Relación al rey después de haber estado en la villa, le
informa que “…está en el paraje de la navegación de la Nueva España y de las
otras tierras de islas descubiertas y donde se proveen y contratan todas las
personas que van a ellas, de mantenimientos, caballos y yeguas y otros ganados y
cosas por su abundancia y fertilidad…” (4). Esto sucedía el 3 de septiembre de
1526.
En el año
de 1522, por una Real Orden se establecía una armada para guardar los mares del
poniente contra los corsarios franceses. Pero no sería hasta el año de 1526 que
se dispuso que, para ir a las Indias o volver, se debía tomar una flota, para
proteger los navíos. Todas tenían que llegar a la Habana por “Buena derrota del
Canal de Bahamas”. Desde 1537 fue escala obligada de todos los navíos que regresaban a España. También serviría de
pretexto para ser atacada varias veces por los corsarios, y destruida por el
capitán corsario francés Jacques de Sores en julio de 1554.
Sería
nombrado un nuevo gobernador, Diego de Mazariegos. Siendo el primero que
recibió ayuda pecuniaria para el sostenimiento de la plaza, conocido por
“Situados”. Se empezaría a construir otra fortaleza para mejor protección de la
villa, pues la última había sido destruida por los corsarios.
Las
primeras informaciones que se tienen sobre reparaciones de navíos nos viene de
pasado el 1550. Se reparaban y se hacían pequeñas embarcaciones para el
trasiego de las villas, en especial chalupas. Debido a la fundición de cañones
que se necesitaban para las fortalezas, empezaría coger importancia la construcción de navíos de gran
tonelaje. El historiador fallecido Leví Marrero, dice “Las posibilidades de La Habana para aportar a la navegación
española embarcaciones de primer orden
se materia-
lizaron primero con los doce galeones agalerados
con remos que fabricó en Cuba el Adelantado de la Florida don Pedro Menéndez de
Avilés y que integraron con 8 fabricados en Viscayas, la primera Armada de
Galeones.” (5)
Sería
Pedro Menéndez de Avilés el que reformaría las reglas de las flotas en sus
viajes de España a América y a su
regreso. También se cambiaría la forma de construcción de los navíos. Pezuela
sobre el particular, dice: “…convirtiendo las antiguas galeras y carabelas en
los famosos galeones, que durante siglo y medio, se ocuparon de aquel
servicio…”(6)
Por lo que
vemos, la importancia de La Habana fue grande en la navegación a las colonias
de América y el regreso de las flotas a España. Fue considerada Llave del Nuevo Mundo: Antemural de las
Indias Occidentales. La construcción de las fortificaciones serviría para
ofrecer a la ciudad un aspecto de más seguridad. La primera fortificación de
importancia sería la llamada de la Fuerza Vieja, siendo su alcalde Mateo
Aceituno, y destruida cuando el ataque del corsario Jacques de Sores. Por orden
de la corona se empieza a construir otra fortificación conocida por La Real
Fuerza en 1556, no se empezaría hasta el 1562, que no se completaría hasta el
1577. Al pasar los años, se decide construir el Castillo del Morro y el de La
Punta, para que la ciudad estuviera mejor protegida. Se hizo necesaria la
introducción de negros esclavos, como jornaleros. Sus dueños recibían el
importe de su trabajo. Más todos los prisioneros tomados de los barcos
enemigos.
La ciudad
podía contar con el suministro del agua que se traía por la Zanja Real, desde
La Chorrera. Se vendía carne salada y casabe a los navíos que llegaban al
puerto. Se contaba con su cabildo, aduana, hospital, cárcel, y carnicería.
Había un camino que iba a Matanzas. El de La Chorrera, que pasaba por la caleta
de Juan Guillén (San Lázaro), y otro que iba a Batabanó.
Por
consejo de Pedro Menéndez de Avilés y de su sobrino Pedro Menéndez Márquez, se
da auge a la construcción de navíos de gran tonelaje. En 1590 se termina la nao
“Nuestra Señora del Rosario” de 180 toneladas, propiedad de Bartolomé Bernal.
En 1595 el “Espíritu Santo” galeón de 350
toneladas, propiedad de Domingo Leoqui de Guizpúzcoa, y otros. En el arsenal o
artillero como fue llamado, se trabajaba todos los días. De lo único que se
quejaba la Corte, era del costo. Pero sobre su calidad, nadie lo hacía, pues su
construcción superaba a los navíos de Vizcaya.
Hubo
quejas a la Corona de que se habían efectuado extensas talas de árboles en los
alrededores de la ciudad. Unos para usarlos en la construcción de navíos, y
otros para ser enviados a España por su calidad. También se hacía espacio para
los cañaverales de la futura industria del azúcar.
La ciudad
ofrecía al que llegaba suministro de provisiones de boca y alojamiento a las
flotas. Cosa esta que dejaba una gran fuente de ingreso a los habaneros.
La
investigadora Irene A. Wright, dice sobre la construcción de buques: “La
construcción de buques había llegado a ser una industria importante en Cuba.
Los cedros y la caoba de la Isla (maderas muy fuertes e incorruptibles) se
hicieron famosos, junto con el ébano. Por mandato Real se exportaron a España
para adornar con ellas palacios como el Escorial, y como por experiencia se
había comprobado que la caoba era muy duradera y por consiguiente especialmente
adecuada para ello, se empleaba mucho en la fabricación de cureñas”.(6) Se
emitieron varias cédulas prohibiendo que se cortase cierto tipo de madera.
Uno de los
que más importancia le dio a la construcción de navíos, fue don Juan Pérez de
Oporto, quien protestaría por estas cédulas. Se le encomendaría a Juan Enrique
de Borja la construcción de galeones, llegando a la ciudad el 15 de diciembre
de 1608. El 16 de abril de 1610, notificaba a la Corona que ya tenía terminados
cinco de ellos, siendo llevados a España, el 14 de junio de ese año. Serían
llamados “San Esteban”, “San Pablo”, “San Pedro”, “San Martí”. El “Nuestra
Señora del Rosario”, no podía salir por no estar terminado. Estos galeones
reemplazarían otros de la armada de la “Carrera de Indias”. Pero como eran las
cosas en aquellos años, se limitaría su construcción.
El
historiador José Félix de Arrate, dice sobre el particular: “Expusiénrose
varias razones que hacían ver claramente la utilidad de esta idea en beneficio
de la Corona, por ser considerable la ventaja que hacían los barcos construídos
en esta parte a los que se fabricaban en las de Europa, no sólo por la duración
que tenían los unos respecto a los otros, como también porque en los combates
de guerra, por la diferencia de maderas de que eran labrados, se experimentaba
en los de estas regiones ser mucho menos el daño de los astillazos, que matan e
inutilizan en ellos a la gente de la tripulación”.(7)
El
comercio fue floreciendo por la importancia del puerto a través de los años. La
llegada de las flotas mantenía en constante movimiento a los comerciantes. Siendo
importante en el siglo XVI y XVII el comercio ilegal que se realizaba con los
corsarios.
San
Cristóbal de la Habana, fue el puerto más activo de la “Carrera de las Indias’,
por su situación, y por las facilidades que se le ofrecían a los navíos que
fondeaban en la bahía. Hay que esperar a partir de 1720, para que tome un auge
importante, que aumentaría el poder económico de la ciudad.
Notas:
José Martín Félix de Arrate, Llave del Nuevo Mundo. Antemural de las Indias. Fondo de Cultura
Económica, México, 1949
Jacobo de la Pezuela, Historia de la Isla de Cuba, Madrid, 1868
Irene A. Wright. Historia documentada de San Cristóbal de la Habana en el siglo XVI,
La Habana, Imprenta el Siglo XX, 1930.
Hernán Cortés.
Cartas de Relación, Edit. Porrúa, México, 1985
Leví Marrero. Cuba, economía y sociedad. T.4.Edit
Playor, Madrid, 1975
Antonio José Valdés, Historia de la Isla de Cuba y en especial de la Habana.
Oficina de la Cena, Habana, 1813
Da gusto leer un trabajo como este del senor Leon que escribe muy bien. Sus trabajos historicos tienen saber, uno aprende de ellos y nos muestra informaciones de la historia de Cuba. Felicito a todos los que participan en estas paginas. Da gusto leerlas todas y en especial al senor Leon por sus conocimientos de historia.
ResponderEliminarAntonio Gallardo
Tampa, Florida
Me ha gustado esta historia sobre las construcciones de los galeones en La Habana, nunca habia leido nada sobre ello. Todos los dias se aprende algo. Cuando se busca informaciones se encuentran, decia mi tia Caridad. Si estuviera viva le hubiera gustado esta.
ResponderEliminarRaimundo Rodriguez
Miami, Fla
Estudie en Charleston, vine de nino a este pais, y mi padre me contaba cosas de Cuba muy interesante, el habia maestro de escuela creo en Matanzas, despues se fue para La Habana. Me contaba que iba a la Biblioteca de La Habana, y se ponia a leer todo lo que podia para aprender. Mi padre ya murio, pero aprendi a amar a mi pais. Leyendo estas historias me pongo a pensar en el. Enseno en un College, y le hablado a los alumnos de esta pagina. Gracias por ella.
ResponderEliminarOrestes Angulo
Charleston, SC
ResponderEliminarEstoy en el Navy, un amigo me informo de este trabajo sobre los galeones espanoles. Me ha gustado por la sencilla razon que me ha dado informacion para algo que quiero escribir sobre los origenes de las construcciones maritimas.
Robert J.
Charleston, Sc