El mismo día (11 de diciembre de
1941), Cuba le declaró la guerra a la Alemania nazi y la Italia fascista –ya se la
había declarado a Japón, al día siguiente del bombardeo de Pearl Harbor, que
había tenido lugar el día 7-. La embajada alemana en La Habana estaba situada en la
calle H número 408 esquina a la calle 19, en el Vedado.
En septiembre de ese mismo año, se
había establecido en La Habana
el espía nazi Heinz Kunning –nacido en Bremen el 28 de marzo de 1912, y
graduado como ingeniero electricista en el Instituto Politécnico de Berlín, quien
dominaba el inglés y el español y otros tres idiomas-, bajo la falsa identidad
de Enrique Augusto Lunin, un supuesto comerciante nacido en Honduras, que se
alojó primero en un hotel y después definitivamente en el segundo piso de una
casa de huéspedes en el número 366 de la calle Teniente Rey entre Villegas y
Aguacate, abriendo en la calle Industria número 314 una casa de modas con el
rótulo de “La Estampa ”.
Para sus tareas de espionaje,
disponía de un receptor-transmisor de radio, una antena de doble línea, y dos
manipuladores telegráficos, así como la posibilidad del envío de informes
escritos en tinta invisible.
Las averiguaciones que logró hacer
entre los marinos mercantes que frecuentaban los bares próximos a los muelles
le permitieron transmitir la información necesaria para que la flota submarina
nazi que merodeaba por el Caribe comenzara –a partir de mediados de 1942- a
hundir buques de carga cubanos, que salían de los puertos de Manzanillo y
Santiago de Cuba y emprendían viaje hacia los EE.UU., Europa y otros destinos.
La contrainteligencia cubana –el
Servicio de Información de Actividades Enemigas (SIAE), creado el 21 de marzo
de 1942- se había instalado inicialmente en una casona del Malecón y después se
trasladó al edificio de la sección de Radio Motorizada de la Policía Nacional , en la calle
Sarabia entre las calles Unión y Arroyo, en el barrio habanero del Cerro, bajo
las órdenes del capitán Mariano Faget Díaz. Al personal cubano se unieron
pronto agentes estadounidenses y británicos, en la búsqueda del servicio de
espionaje nazi obrante en Cuba.
En las Bermudas funcionaba un
servicio conjunto de los EE.UU. y Gran Bretaña dedicado al examen de la
correspondencia originaria de los distintos países del Continente, dirigida a
destinos sospechosos. Así se detectó una carta procedente de La Habana , escrita en tinta invisible.
Al mismo tiempo, un avión rastreador de señales de radio, que sobrevolaba La Habana , determinó que unas
transmisiones en clave se producían desde la zona comprendida entre la calle
Belascoaín y los muelles.
DESENLACE
Bajo la suposición de que el agente
o los agentes nazis recibían giros desde el extranjero a fin de financiar sus
actividades (ya que habían sido cerradas las embajadas de los países del Eje
nazi-fascista y éstas no podían ser la fuente de esa financiación
indispensable), el cabo Pedro Luis Gutiérrez Fernández siguió la pista de los
residentes de La Habana Vieja
que recibían regularmente envíos de dinero, resultándole llamativa una firma en
la sucursal del Banco Boston en Cuatro Caminos. Fue al Ministerio de
Comunicaciones, entonces sito en el convento de San Francisco, en Teniente Rey
y Oficios, y les mostró la firma a todos los carteros; uno de éstos, José
Francisco Rojo, recordó que la firma correspondía a uno de los inquilinos de
una casa de huéspedes de la calle Teniente Rey. El cabo Gutiérrez encargó al
cartero Rojo que entregara una carta certificada a dicho destinatario, y a
continuación comparó la firma en el acuse de recibo con la firma en el recibo
del giro enviado a Luni (es decir, Kunning). Ambas firmas eran idénticas.
El domicilio de Kunning fue
registrado y él, llevado a prisión en el Castillo del Príncipe, y encausado. Se
le encontraron mapas, croquis de centros comerciales cubanos, equipos de
radiocomunicación, y un bolígrafo-pistola (que hoy se conserva en el Museo y
Biblioteca Pública “Oscar María de Rojas”, en la ciudad de Cárdenas). El arma,
con un calibre de 12 mm ,
tiene 14.5
centímetros de longitud y 2.5 cm de ancho. Había sido
fabricada por The Lake Erie Chemical Co., en Cleveland, Ohio. Era de un solo
disparo, con percutor en forma de botón.
El 19 de septiembre de 1942, el
Tribunal de Urgencia condenó a Kunning a muerte por fusilamiento. Resultó el
único espía del Tercer Reich sentenciado a muerte en todo el continente
americano. Fue ejecutado el 10 de noviembre de 1942, en los fosos del Castillo
del Príncipe, en presencia del teniente coronel Quirino Uría, supervisor
militar de la prisión de La
Habana. Éste le contó posteriormente al escritor José Lezama
Lima –entonces, secretario del Consejo Superior de Defensa Social- que Kunning
había exhibido “una marcialidad tremenda” y que en el momento del fusilamiento
al general Uría le temblaron las piernas, impresionado por la sangre fría del
alemán.
Bibliografía: (1) http://americadespierta.blogcip.cu/2012/09/02/un-espia-nazi-en-la-habana/,
(2) www.curiosidadesdecuba.wordpress.com,
(3) http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.
(4) Cable en edición del New York Times 11/11/1942. (5) U-Boats del Tercer
Reich en Cuba. Maximino Gómez Álvarez. Entrelíneas Editores (Madrid), Primera
Edición, junio de 2009.
Es muy interesante la informacion sobre el espia Nazi en Cuba cuando la Segunda Guerra mundial. Hubieron muchos en diferentes paises, tambien hubo colaboradores nacionales en muchos paises, total para nada. Lo que si que fue valientela actitud del espia que le hizo frente al peloton con valor. Eso se llama ser un hombre y tener "cojones" mcomo dicen los cubanos.
ResponderEliminarAgustin Paz
Argentina