René León
En el Museo Salvador Dalí de St. Petersburg,
Florida se presentó en noviembre de 1995 hasta el 28 de enero de 1996, una
exhibición de fotografía tomadas por Robert Desacharnes, que habían sido
tomadas de 1904 a 1977, en total 86. Con el nombre de Gala and Dalí
Photographs.
Descharnes
aparte de ser fotógrafo, es autor y editor de muchas de las presentaciones que
sobre Dalí se han realizado. Yo asistí a la presentación donde asistieron miles
de personas. Fue un verdadero éxito.
Ahora tenemos que preguntarnos. ¿ Quién
era Gala? ¿Qué influencia tuvo en la vida de Dalí? El nombre de ella ha quedado
en la historia entrelazada al del famoso pintor Salvador Dalí. Aventuras
amorosas con jóvenes, caprichosa, codiciosa. Pero estas cosas que en otra mujer
la hubieran demeritado, en ella al contrario la elevaron a la fama.
Sobre ella diría Tim McGirk, en su libro Gala
¿Musa o Demonio? "Algunos dijeron que la codiciosa de Gala
abarató el arte de Dalí, que ella obligó a producir obras en masa, poco
originales y descuidadas, para obtener así un rápido beneficio con el que
satisfacer sus gustos por el sexo y el juego". Más adelante
continúa: "De cualquier forma, lo cierto es que Gala fue una fanática del
genio de Dalí. Para agrupar puedo decir, que sin Gala, el famoso pintor no hubiera
llegado a donde llegó, por ser un hombre tímido y con muchos complejos. Ella
fue su confidente, su compañera por más de medio siglo. Entre ellos hubo algo
muy importante; cada uno le ofreció al otro lo que éste necesitaba".
Nace Helena Ivanova Diakonova en Kazán antigua
capital de Tartaria, a finales de agosto de 1894. De su familia se tienen
pocos datos. Sus padres se llamaban Antonine e Ivan. Era la segunda de los
cuatro hijos. A los 16 años, en 1912 contrae pleuresía, y su familia la envía a
Suiza, a un sanatorio cerca de Arosa. Es allí donde ella descubre un mundo
diferente. Pacientes acomodados que vivían una vida de fiestas y vicios. Conoce
una Europa distinta a su tierra natal. Se interesa sobre la influencia cultural
de Francia, que es en ese momento considerado el centro del arte y la cultura.
Sus lecturas preferidas los libros de Dostoyevski, y Tolstoi. Conoce a un joven
francés, que al pasar los años sería su amante y más tarde su esposo. Paul
Eluard. El sanatorio de Arosa, fue el primer atisbo a la vida del mundo que
ella quería vivir.
Regresa a su país. En 1915 Europa se
encuentra en guerra. Se sienten los rugidos de los cañones. Ella empieza a
escribirle cartas a Paul, la pasión crece. Vuelve a Suiza al tener una recaída.
Ha visto los destrozós de la guerra, la muerte, el hambre. Se hace una sola
idea; no volvería a pasar necesidades. Las relaciones con Paul terminan en
matrimonio. Se le consideraba como uno de los poetas de la nueva generación de
París.
Gala, mujer joven, bella y exótica. Los
hombres se sentían atraídos por esa sensualidad que brotaba de todo su ser.
Tiene una hija, Cécile. Paul no fue un verdadero esposo para ella, pues muchas
veces la entregó a otros hombres, entre ellos Max Ernest, Chirico, todos
conocidos en el arte y la literatura. Al pasar estas aventuras volvían a llevar
su vida normal.
En el verano de 1929, van de vacaciones a
Port Lligat y allí conoce al joven Dalí que se encontraba en ese momento con su
amigo Luis Buñuel. Este último la criticaría a ella indirectamente, diciendo
que no le gustaban las mujeres de piernas arqueadas, y ella las tenía. Sin
embargo, Dalí quedaría prendado de ella, Le declararía su amor. Sería al
principio su amante y más tarde su esposa. En el transcurso de sus agitadas
vidas, el gran pintor la llevaría como modelo en muchas de sus pinturas, que se
conservan en diferente museo del mundo.
Ella ayuda a Dalí a darse a conocer en
París, y a ser aceptado entre los surrealistas. Desde el primer momento de su
unión, comprendieron que conquistarían el mundo del arte. Cada uno supo dar al
otro lo que éste necesitaba.
De ella nos ha quedado su leyenda, su vida
agitada, de aquellos años de locuras. Sus amores con hombres jóvenes que
aparecen en muchas fotos regadas por el mundo.. Dejándonos el recuerdo misterioso
de ella. Sobre Gala, dice Antoni Pitxot: "Gala era para mí un personaje,
un ser de una potencia realmente arrolladora que se imponía sobre todos los
lugares en que estaba presente...Era una mujer de temperamento duro,
aparentemente agresiva, pero también de un gran sentimentalismo".
La vida de Dalí y Gala fue siempre
agitada. Los últimos años de la pareja fueron de inseguridad y hastío. Ella
había engañado mucho a Dalí y él se sentía herido. Pero los años no habían
pasado en vano sobre ella. A finales de 1982, Gala se encontraba enferma,
falleciendo el 10 de junio de ese año. Tenía 88 años. Fue embalsamada,
recibiendo sepultura, en la cripta del castillo que ellos tenían en Pubol,
donde yace bajo una losa negra rodeada por un caballo blanco. Dalí muere seis
años después y fue enterrado en el medio de su teatro-museo de Figueres.
Ella nos dejó su recuerdo de mujer
exótica. Para terminar sobre la vida de Gala, quiero dejar un poema que su
primer amor y después esposo, le escribió el día que se casaron, y que lo dice
todo: "Sus ojos siempre están abiertos/y no me/quiere dejar dormir./ Sus
sueños, llenos de luz,/ evaporan incluso al sol,/ haciéndome reír, llorar y
reír,/ y hablar sin tener nada que decir".
Muy interesants esta historia sobre Gala la esposa de Dali. Esta muy bien descrita. Habia oido hablar mucho de ella y hoy aparece esta historia, y deseo saber mas.
ResponderEliminarLorena Bacallao
Houston, Tx
Durante sus muchos años de cátedra y de ejercicio de la crítica -ejercidos en paralelo a sus investigaciones históricas-, el Prof. René León ha dado reiteradas pruebas de su buena mano sintáctica para hacer comprender a sus educandos y lectores el meollo de la vida y la obra de destacados cultores de la Literatura y de las Bellas Artes.
ResponderEliminarRené León ha dejado rastro esmerado en su nutrida obra escrita de esta vocación por la crítica de Arte, como por ejemplo en su comentario sobre "Vergara, óleos al viso de la poesía", que puede encontrarse en el sitio de Internet http://www.asociacioncaliope.org/entente.htm .
En esta disección analítica de la compleja -algunos dirían retorcida- relación de complementariedad emocional entre Salvador Dalí y su mujer Gala, León nos conduce de la mano por todos los recovecos de la actitud de "dependencia dominante" mantenida por el genial pintor, con su pareja en posición de sumisión, adoptando ella la conducta de "dependencia estándar" igualmente bien conocida en Psicología, respecto de su narcisista y egoísta compañero sentimental -sin perjuicio de la inveterada promiscuidad de ella, presuntivamente dirigida a compensar sus carencias afectivas e insatisfacciones sexuales-.
Ha dado testimonio de esta situación la modelo, cantante, aficionada a la pintura y cronista esporádica Amanda Lear,quien en una entrevista publicada el 23 de enero de 2013 en Mujerhoy.com ha afirmado que "Dalí no tenía relación sexual alguna porque era impotente. Decía que los genios no deben reproducirse: '¿Te imaginas al hijo de Miguel Ángel conduciendo un taxi?'. Con Gala, vivía un amor cerebral. Sin ella, estaba perdido. Y ella lo aceptaba todo de él."
El poema de Dalí sobre Gala, citado por el profesor René León, lo dice todo sobre este particular vínculo, más de sujeción que del auténtico amor -que es el desinteresado y a la vez generoso para con el otro-.
En cuanto a la presunta enajenación mental del pintor, el periodista J.J. Navarro Arisa, en una entrevista publicada en http://www.elmundo.es/larevista/num171/textos/dali.html dio cuenta de que, según "Su amigo y director del Museo Dalí, el pintor de Cadaqués Antoni Pitxot, su chófer y mayordomo y las enfermeras que le cuidaban, entrevistados en su momento por este periodista, el mismo que 15 años antes había presenciado por vez primera la metamorfosis del Dalí íntimo en el Dalí espectáculo, fueron categóricos: Dalí se pasó la vida haciéndose el loco, pero en los momentos previos a su muerte estaba completamente cuerdo..."
La pintura de Gala, vista de espaldas, con cuya imagen ilustra el Dr. René León su disertación sobre esta vitalicia musa del afamado artista surrealista del pincel, responde a la descripción que el propio Dalí, en un libro publicado en 1942,"Vida secreta", hacía de ella: "Su cuerpo tenía una complexión infantil, sus omóplatos y sus músculos lumbares la tensión de los adolescentes. La curva de la espalda, por el contrario, era extremadamente femenina y unía con gracia el torso enérgico y altivo a las finas nalgas que su talle de avispa hacía todavía más deseable".
ResponderEliminarA este óleo sobre madera, de 61 por 52 centímetros, pintado en 1945, lo llamó Dalí "Mi mujer desnuda contemplando su propio cuerpo convirtiéndose en escalera, tres vértebras de una columna, cielo y arquitectura".
Qué duda cabe de que Dalí se comportó sistemáticamente, hacia el exterior, con un excentricismo "controlado": en definitiva, asumiendo una "pose". En cuanto esa actitud no haya redundado en perjuicio de terceros, no merece reproche alguno.
El peligro para una ponderada valoración de sus lienzos, esculturas y dibujos es tomar el rábano por las hojas; en este caso, echar sus salidas de tono y rarezas personales en la misma balanza de sus merecimientos artísticos.
De las inclinaciones ideológicas de este artista cuidadosamente estrambótico pero de ninguna manera enajenado, cabe señalar que en la página de Internet http://www.generalisimofranco.com/opinion/179.htm, se pueden leer unas pinceladas biográficas de Eduardo Palomar Baró en las que se dice que "En agosto de 1969, el joven periodista Antonio D. Olano entrevista en Cadaqués a Salvador Dalí, que con su habitual locuacidad y desparpajo dice cosas como ésta: “La instauración de la Monarquía en España es un gran paso, que sólo podía dar Franco, con su maravilloso instinto político. Además, Franco ha puesto en órbita a las Monarquías en Europa; aunque asombre a muchos, la próxima restauración monárquica tendrá lugar en Rumania [...]. Sólo los intelectualoides y los artistas, que caminan con 50 años de retraso, siguen creyendo en la vigencia del socialismo, que está desacreditado en todo el mundo [...]. El histerismo es nuestro gran mal; gracias a que, de vez en cuando, surgen españoles que no lo padecen, como Velázquez y Franco [...]. Felizmente, Franco es gallego, cualidades que se precisaban para dominar el anarquismo español [...]."