Fue un esfuerzo aplastante
recordar que te olvidé
cuando el alma se me fue
por los labios al nombrarte.
Caminando en el olvido
tropecé con tu recuerdo
y me senté a releerlo
en el borde del camino.
Divagaba en el desgano
y me atropelló la prisa
de recordar a tu mano
dibujando mi sonrisa.
Puedo lograr que me olvides…
pero goza mi ego en que me añores
y por más que me ruegas y me pides
No te perdono, no,
aunque me implores.
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