Rogelio de Egusquiza - La muerte de Tristan e Isolda, 1910 |
Rowland J. Bosch
“En todo
tiempo me alimentaré de Raíces y de Frutas,
viviendo contigo siempre aliviaría mis penas.” Esta estrofa de El
Ramayana, el poema épico de la India, atribuido al Brahmán Valmiki
nos viene a la mente al concluir de leer estos
versos que usted, amigo lector acordará conmigo en que resume en breves
palabras, la esencia de este libro de poemas. También del Ramayana copiamos:
“Mis sentimientos no tienen otro objeto que tú, a quien está destinada mi alma.
Si me separan de ti, prefiero morir. Llévame, acepta mi petición, que no seré
una carga pesada.”
Así es,
con estas palabras traducidas del sanscrito que Valmiki expresó sus
pensamientos en la misma forma que más de dos mil años después, lo harían otros
poetas.
El lector
tiene en sus manos un verdadero joyero de bellos poemas que han ido naciendo
desde muy joven, de la mente sublime de un profesional dominicano, en este caso
un odontólogo prestigioso, oriundo de la capital quisquellana, que le escribe
con sentimientos elevadísimos a la amada eterna, que es hoy esposa y madre de
sus hijos, donde el arte es el camino más directo a Dios. Parece tener el aroma
de una página de álbum, de una flor encontrada entre las páginas de un libro.
Las gemas de este joyero son de colores nítidos del evidente disfrutar de su
autor al escribirlos.
El crítico
literario es el pariente más vapuleado de la familia literaria y se le
considera generalmente en nuestro medio, como un ser envidioso un artista
frustrado que lleva una rabia en contra de los poetas en particular. Sin
embargo, he aquí un verdadero artista y científico. Es verdad que los dentistas
son las dos cosas. A mi mente acuden recuerdos de científicos que a la vez
fueron grandes artistas como el caso del
Dr. Alfonso Ortiz Tirado, gran tenor mexicano y el Dr. Alberto Castillo, médico
también y excepcional interprete del tango argentino.
En el
presente caso el Dr. Edwin Díaz Ortiz aparte de dentista y capitán de la Fuerza
Aérea Dominicana es un gran poeta. Un bardo del alma. Sus versos son libres que
es una manera de expresar sin subterfugios ni impedimentos la poesía que brota
como cascada de su alma artística.
“Esto es
un intento muy simple de un hombre que se declara enamorado grandemente de la
única mujer que Dios pensó cuando lo creó.” Así presenta su libro el autor. “Y
tu carita de pecas que no deja espacio para un no.” recuerda los versos de
“Ismaelillo” de José Martí, “Dos pies que caben en solo un beso.”
El libro
esta colmado de metáforas y elucubraciones que nacen del corazón con un
lenguaje sencillo y sin rebuscamientos. Y dice:
“Diviso tu llegada aunque sólo sea en mi
imaginación” “No soy libre porque hago lo que supuestamente quieres, sino que
soy esclavo porque queriendo otra cosa no puedo” y en “Si me notas ausente”
dice “Si me notas ausente/ es que guardo en mi mente/ tesoros que no he
divulgado/ y no quiero que se me escape./ algún pensamiento callado/ que he
reservado sólo para ti”
En estos
seis versos el bardo expresa no solo lo que piensa, lo que divulga, sino
también lo que guarda en su pensamiento y no lo dice pero en su silencio
expresa:
“No tengo prisa/ he perdido la noción del tiempo/
sólo tú pautas mis horas/ de este ahora actual que eres tú”
Los poetas
han de ser siempre originales. Llama la atención como juega con las palabras:
“Mi arcano ADN/ al fin lo han podido interpretar/
es que antes de ti nada/ mis células madres te lo pueden confirmar”
“Hagamos versos de amor/ conjugando versos en
cadena/ que me enseñes al besar/ como un pentagrama clandestino/ los podemos
ocultar”
El amor
del autor por la mujer amada no es un pensamiento oculto, es un sentimiento
abierto, sincero que el quiere divulgar a los cuatro vientos y al oprimírsele
el corazón lo hace brotar, lo libera de su adentro, como la presión que no
puede evitar.
Díaz es un
gran poeta. Con este su primer libro, su inspiración se materializa; Juega con
palabras inherentes a su profesión y obtiene partido de sus conocimientos
profesionales para crear metáforas:
“Te busco a cada instante/ y te persigo/ como se
atraen el hidrógeno y el oxígeno/ en sinfónica cadencia de cortejos/entre
galanteos y homenajes/ hasta que logran la unión/ que si eres H y yo O/ H-2-0
combinación inseparable de Amor’
Queda en
mi mesa de noche este ramillete de flores culturales cosechado por la mano
amanté de un poeta multifacético. Espero que yazga también en el lugar favorito
para nuestros lectores y para gozarlo a sorbos como el mejor vino tradicional.
En fin, dejemos al lector el deleite por saborear estos versos únicos, íntimos
originales, escritos y creados por una mente excepcional, sensible de verdadero
poeta, pero bondadoso y humilde.
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