Esta es la segunda parte de una serie dedicada a las cartas planas. En la primera se definieron y estudiaron sus elementos característicos. En esta segunda vamos a explicar cómo se usaban estos magníficos instrumentos, que en tiempos pasados servían para conocer el posicionamiento y la dirección en la que se debía navegar. Fueron las que durante mucho siglos se utilizaron en el mar Mediterráneo para la navegación costera o de cabotaje.
Cómo se medían las distancias
Para saber la distancia que había entre dos puntos se empleaba el compás, utilizando una escala denominada tronco de leguas, que puede apreciarse en el dibujo inferior.
Habitualmente aparecía en el cartucho, la zona en la que siglos después también se incluirían el título y resto de datos de la carta. Otras veces se situaba en el centro o en uno de los extremos del documento.
Cómo determinar el rumbo
Para conocer el rumbo que había que seguir, se trazaba la línea entre los puntos 1, de posición actual, y 2, a donde se quería ir. Situando el compás en el nudo (ombligo o rosa) más próximo, se tangenteaba la línea de derrota 1-2.
Deslizando el compás sobre esta línea se determinaba y trazaba el rumbo a seguir. A esta operación se le llamaba acompasar.
En las cartas aparecen, por lo tanto, un conjunto integrado de datos, que una vez interpretado es fácil de entender, y que servía a los navegantes para orientarse en el mar. Poco a poco, con este tipo de información podemos conocer más en profundidad, y sobre todo valorar mejor, a los antiguos marinos que se aventuraban en inhóspitos y desconocidos mares, cuya destreza, valentía y coraje son dignos de admirar.
Se pueden localizar cartas planas digitalizadas en la Biblioteca Digital Hispánica y en Gallica, entre otros.
Más información
FONDEVILA, SILVA, P. Diccionario Español de la Lengua Franca Marinera Mediterránea. Murcia: Fundación Séneca, 2011. 494 p.
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