por René León, Editor de los
blogs
PENSAMIENTO y PENSAMIENTO POÉTICO
Felipe Lázaro es un creador
literario que ha alcanzado un timbre de excelencia no solo en la Poesía y en la
antología sino en la crónica de la Memoria del larguísimo Exilio cubano,
durante cuyo periplo personal se ha afincado inicialmente en Puerto Rico y
posteriormente en España, donde se licenció en Ciencias Políticas y Sociología
en la Universidad Complutense de Madrid - la universidad pública más antigua de Madrid,
considerada entre las más prestigiosas
de España y del mundo hispanohablante y, al día de hoy, la tercera de enseñanza presencial
más grande Europa.
Graduado
en la Escuela Diplomática de España, fue cofundador de las revistas madrileñas
“Testimonio” (1968), “La Burbuja” (1984) y “Encuentro de la cultura cubana”
(1996). Figuró en el Consejo Editorial de la Revista Hispano Cubana –órgano de
la Fundación Hispano Cubana, de prolongada ejecutoria al servicio de la
difusión de la causa en pro de la desaparición de la Tiranía comunista en Cuba
y la instauración de una Democracia efectiva en la tierra de José Martí, Máximo
Gómez y Antonio Maceo-
En
1987, Felipe Lázaro obtuvo una beca Cintas, de las otorgadas por la Fundación
con sede en los EE.UU. que honra la
memoria del empresario, diplomático y mecenas cubano Oscar Cintas Rodríguez
(1887-1957), y que es la entidad estadounidense más antigua dedicada a apoyar
cubanos emigrados. En ese mismo año, Lázaro fundó la Editorial Betania,
que se ha distinguido en la publicación de colecciones poéticas de autores del
Exilio y en un verdadero y fundado culto a la figura icónica de Gastón Baquero
(1914-1997), luminaria del vanguardismo, gran periodista, forzado a partir
hacia el Exilio en España en 1960, urgido e incluso escoltado por tres
embajadores latinoamericanos entonces acreditados ante el Gobierno comunista. A
la obra de este enorme creador literario le ha dedicado el Director de la
Editorial Betania varios libros de emocionado y razonado recuerdo, incluidas
unas sustanciosas e irrepetibles entrevistas personales. Por cierto, el actual
Régimen de La Habana ha tenido en 1994 la desvergüenza (después de haberlo
perseguido física y moralmente, y desterrarlo de la Historia de la Literatura
Cubana durante cuatro décadas) de ofrecer en la Universidad de La Habana,
por primera vez desde 1959, una conferencia sobre su obra poética, y en
2001 la publicación de una antología poética, La patria sonora de los
frutos (Editorial Letras Cubanas).
En
el prólogo de los catorce relatos que integran su reciente obra “Invisibles
triángulos de muerte. Con Cuba en la memoria” y cuyos itinerarios transcurren en
el marco de su natal población de Güines –de donde son originarios tantos y
tantos cubanos exiliados, como el veterano cronista costumbrista Esteban
Fernández-, Felipe Lázaro consigna
lapidariamente que “Si los castristas
fueron eficientes destruyendo la sociedad capitalista (del 60 al 68), no
lograron ni un ápice de una sociedad verdaderamente socialista (más bien han
construido un “sociolismo”) que ha desembocado en un capitalismo de Estado,
donde la nomenclatura castrista explota a la clase obrera cubana, sin
condiciones dignas de trabajo, con los salarios congelados al nivel del año
1960 y sin derechos laborales.”
Pero no espere el lector
que tome en sus manos este libro que va a encontrar un panfleto ni una
colección de estampas nostálgicas pero planas. Todo lo contrario. Se trata de
una sucesión de episodios en los que se entremezclan la realidad cubana evocada
en el recuerdo del autor y unos riquísimos diálogos tan realistas que es
prácticamente imposible asegurar cuando son un trasunto de una realidad
autobiográfica pretérita o una creación del autor aunque basada en personajes
que una vez fueron de carne y hueso.
Recomendamos la lectura y el atesoramiento como nutrimento
espiritual que es, de los contenidos de este espejo de hechos y costumbres con
el que Felipe Lázaro nos permite compartir la verdad de lo que ha sido una
sociedad malévolamente destruida por un Régimen liberticida, y el único camino
de redención a emprender, que consiste –como acertadamente apunta Felipe
Lázaro- en “comenzar a construir un nuevo proyecto de país, una República
plural, donde todos los cubanos podamos convivir en paz, con solidaridad y
progreso”.
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