J.A. ALBERTINI |
Por Lola Benítez Molina
Málaga (España)
Esta novela de
título tan sugerente y atrayente, eleva a J. A. Albertini a la cima de los
escritores que dejan huella en la literatura y en el tiempo. Reúne todos los
requisitos para ello.
El escritor refleja con su pluma
todas aquellos deseos o sueños que en la vida real no serían posibles. Para
ello mezcla lo real con lo onírico y así dirá “Éste es el sueño de los deseos.
Del olvido de lo no deseado y de la invención placentera”. Con su audacia
“estira el tiempo de los anhelos”, nos hace sentir la sensación de libertad
plena en un marco donde el amor triunfa sobre todas las cosas. Y como manifiesta
Voltaire: “La ilusión es el primero de todos los placeres”.
Juega
con el tiempo, como él solo sabe hacerlo, tema que lo caracteriza en otras de
sus afamadas novelas. A la vez que muestra las dotes de gran escritor, nos
deja, a modo de pinceladas, frases de auténtica veracidad, que no dejan
indiferente al lector. Hay muchas y considero que una buena obra debe
contenerlas, pues no solo se disfruta con la lectura, sino con aquello que nos
hace pensar. Menciono algunas que me han parecido magistrales: “El exceso de
razonamiento puede inhibir la vida y convertirla en una carga. La vida
verdadera es riesgo. Sobre todo cuando se trata de defender el derecho a querer
y conservar, con honradez, todo aquello que amas”. También dice “Las ilusiones
son simples anhelos que terminan chocando contra la dureza de la vida y lo
vivido”. Podría decir muchas más que han llamado poderosamente mi atención.
Otra gran verdad es que “todos, de una u otra forma, siempre volvemos al inicio
cuando éste queda inconcluso”.
Con sus palabras contribuye a que la
esperanza prevalezca en un mundo hostil y muestra hasta dónde puede llegar la
idiotez, con tal de conseguir el poder.
Como toda obra que se precia, nos
conduce y nos hace volar hacia un final apoteósico, y me hace recordar las
sabias palabras de Ninon de Lenclos, una de las más importantes cortesanas de
Francia, conocida como la reina del amor: “Cuando nuestros sueños se cumplen es
cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la
realidad”.
La lectura de un buen libro proporciona
una de las mayores satisfacciones que puede sentir el ser humano. Dice Amélie
Nothomb que la lectura es “el lugar privilegiado de la admiración”.
Ciertamente, J. A. Albertini logra, con este libro, que el lector considere con
estima y agrado especiales la trama del mismo, la cual llama su atención,
constantemente, por sus cualidades extraordinarias. Además, el procedimiento
narrativo empleado enaltece aún más esta obra ya de por sí sublime.
No hay comentarios:
Publicar un comentario