Comentarios de la prensa
extranjera sobre su captura y fusilamientos
René León
Han pasado 141 años del
apresamiento del barco expedicionario cubano Virginius en aguas de Jamaica, en octubre 30 de 1873, por la
corbeta española Tornado, y su traslado a Santiago de Cuba. Abordo venían 102
expedicionarios, viajeros y 16 miembros de la tripulación, el capitán del barco
Joseph Fry americano. Las autoridades españolas tenían información de la salida
de Kingston, Jamaica. Ellos lo habían tratado de capturar anteriormente, pero
siempre tuvieron la audacia de no ser capturados.
Voy a
poner algunos comentarios de la prensa extranjera sobre lo sucedido y la
versión que ellos dieron, muchas veces con información muy diferente a lo
pasado.
“El Cronista” de Nueva York en uno de sus partes dice:
"El Cronista de
Nueva York anuncia la salida de aquél puerto de un centenar de filibusteros, al
mando de O´Ryan y Bembeta, con dirección a Kingston (Jamaica), donde les
esperaba el famoso vapor Virginius con
un cargamento de armas y municiones destinado a los insurrectos de la manigua.
Con este motivo, el diario neoyorkino increpa al gobierno de la Unión por haber permitido en varias circunstancias salir de sus puertos expediciones filibusteras contra Cuba."
Con este motivo, el diario neoyorkino increpa al gobierno de la Unión por haber permitido en varias circunstancias salir de sus puertos expediciones filibusteras contra Cuba."
En
su número de 31/10/1873, La
Correspondencia da la siguiente noticia:
"Kingston (Jamaica), Julio 15.- Ha llegado a este puerto un buque de
guerra español, y esto ha producido una grande alarma, pues se teme por la
seguridad del vapor Virginius.
Los españoles amenazan con capturar este vapor. Quesada declara que lo volará a
cualquier costa, antes de permitir que sea capturado. El cónsul de los Estados
Unidos, acompañado de varios cubanos aquí residentes, fué anoche a las doce a
solicitar la intervención de las autoridades inglesas de esta colonia. La
excitación por ese motivo es muy grande. Se cree que se ha hecho un arreglo con
el comandante del Virginius para
encontrarse en alta mar, cerca de este puerto, con la goleta Village Bride,
que lleva un cargamento de armas de Puerto Antonio, pues el gobernador de
Jamaica ha expedido órdenes para que se devuelva el cargamento de dicha goleta,
que había sido embargado."
(de julio
15 : Nunca el Virginius, pensó reunirse con el Village Bride en alta mar.
Confunden la información)
Captura del Virginius y traslado de los
prisioneros al Tornado.
Fuente: Jeanie Mort Walker, Life of Captain
Joseph Fry (Hartford: The J.B. Burr Publishing Co., 1875).
La expedición con 102 mambises a bordo y al mando del héroe cubano, general Bernabé de Varona Borrero, más conocido como Bembeta, zarpa en el Virginius el 23 de octubre de 1873, desde el puerto de Kingston (Jamaica) con destino a la capital haitiana de Port-au-Prince, si bien una avería en la máquina les hace recalar primero en Jeremie en Haití. El 27 de octubre arriban a Port-au-Prince, donde son embarcados 500 rifles Remington mod. 1871, un número sin cuantificar de rifles Spencer y Winchester, 300.000 cartuchos, 400 revólveres, 600 sables, dos cañones, machetes, uniformes, calzado, vituallas, pólvora, medicinas y otras provisiones. Con la carga al completo el Virginius zarpa rumbo a Cuba, donde pretendía desembarcar en Holguin.
(Captura: El libro es la sobre la vida del Captain
Joseph Fry.)
Transcribo la información impresa en el número 46
de 8/12/1873 de La Ilustración Española
y Americana, basada en los partes oficiales militares: Finalmente en la tarde-noche del 30 de
octubre de 1873 se producen los hechos que dan lugar al apresamiento del Virginius por la corbeta Tornado.
"...El comandante del Tornado, D. Dionisio Castilla, empieza diciendo en su parte, que a
las dos y media de la tarde del día 30 de Octubre próximo pasado, cuando se
hallaba vigilando escrupulosamente, en virtud de órdenes superiores, la costa
comprendida entre Cabo Cruz y Santiago de Cuba, reconoció en el horizonte hacia
el Sudoeste, el humo de un vapor que se aproximaba a la isla de Cuba, haciendo
rumbos del primer cuadrante, pero que cambió bruscamente de dirección, hacia
Sur-sureste, huyendo a toda máquina, desde el momento en que el Tornado metió
vela y gobernó en su demanda.
Al convencerse luego el Sr. Castilla de que el
buque fugitivo era el Virginius, dió
órdenes al maquinista de forzar la máquina, y emprendió la caza con cuanta
medida le fué posible para aumentar el andar de su buque, llegando a
encontrarse al anochecer a unas cinco millas del Virginius.
A las nueve y media de la noche, ya próximo a él,
y mucho antes de recoger Punta Morante, pues el vapor huía hacia Jamaica, le
disparó con granada cinco tiros; al quinto disparo, el Virginius se detuvo, y entonces el comandante del Tornado arrió dos
botes, que a las órdenes de los alféreces de navío D. Enrique Pardo y D. Angel
Ortíz Monasterio, se dirigieron a bordo de aquél, con orden de apresarlo, como
así lo efectuaron, en nombre de la nación española.
En su consecuencia, a las once de la noche, el Virginius, con la bandera española y
marinado por fuerzas del Tornado, siguió con éste en dirección a Cuba, y los
dos fondearon en el puerto de Santiago a las cinco de la tarde del 1º de
Noviembre."
Según relata el comandante del Tornado, Dionisio Castilla, una vez capturado el barco
los marinos españoles que arriban al Virginius
toman el mando del timón y la máquina, procediéndose al embarque de los jefes
de la expedición, tripulación y pasaje, para conducirlos al Tornado, quedando
en el barco apresado el capitán Joseph Fry y 16 tripulantes.
Tras fondear ambos barcos en la bahía de Santiago
de Cuba, los prisioneros son conducidos a la cárcel de la ciudad, custodiados
por fuerzas de marina y voluntarios y en medio de un gran gentío que esperaba
en el puerto.
Ilustracion Espanola: El capitán de la corbeta Tornado Dionisio Castilla, habla sobre
la captura del Virginius, y su
traslado al Tornado y llegada a
Santiago de Cuba
(Conducción de los prisioneros
del Virginius a la cárcel de
Santiago de Cuba.
Fuente: La Ilustración Española
y Americana. 16/12/1873.)
"La
mayor parte de los filibusteros apresados en el Virginius, en número de 163, pertenecen a las clases de oficiales,
o jefes, o personas influyentes de la insurrección, a la cual han prestado
grandes servicios y eficaz apoyo, en concepto de agentes o laborantes
principales en los Estados Unidos, y algunos de ellos también como jefes de los
insurrectos en la manigua.
El
telégrafo sólo ha transmitido hasta ahora los nombres de los jefes principales
aprehendidos, que son Bembeta, Pedro Céspedes, ... y Jesús del Sol, acerca de
los cuales da un diario de la tarde las siguientes noticias biográficas:
Bembeta
era el general insurrecto de más prestigio en el departamento de Puerto
Príncipe por su arrojo y por otras condiciones de carácter, no habiéndose
señalado nunca por la crueldad y por los excesos perpetrados por otros
cabecillas.
Jesús
del Sol era el jefe de los rebeldes de Vuelta Abajo y el terror de aquélla
comarca; había sido indultado y se le dió pasaporte para los Estados Unidos,
habiendo prometido no volver a hacer armas contra España. Sin embargo de eso,
desde que llegó a Nueva York fué el más activo agente a favor de la
insurrección cubana.
El
Céspedes de quien se habla, y ha sido también aprehendido, es hermano del
titulado presidente de la República."
A
los dos días de su detención, lunes 3 de noviembre, tiene lugar un
Consejo de Guerra sumarísimo que condena a muerte a los cuatro jefes de la
expedición, siendo fusilados a las ocho de la mañana del día siguiente, martes
4.
Resulta
sorprendente la premura con que el Comandante General de Santiago de Cuba, el
general Juan Nepomuceno Burriel, manda constituir la Corte Marcial que juzga,
condena y ejecuta a los prisioneros, a pesar de las órdenes recibidas
desde el Ministerio de la Guerra en Madrid, de no aplicar ninguna condena de
muerte sin el consentimiento del Gobierno Español. Por lo visto, el general
Burriel no pensaba dejar el asunto en manos de los políticos republicanos en
los que no debía tener mucha confianza, gobernantes en aquél entonces e
inmersos en un sinfín de problemas a cual más grave, sin pensar o quizás sí,
que el asunto del Virginius iba
a ser uno de los más destacados y de consecuencias inimaginables.
Los
Consejos de Guerra continuaron y con ellos las ejecuciones, así el día 7 de
noviembre son fusilados 37 miembros de la tripulación, en su mayoría
extranjeros, entre los que se encuentra el capitán del Virginius, Joseph Fry.
Finalmente,
el día 8, son pasados por las armas doce expedicionarios cubanos, entre ellos,
el hijo de 18 años del general Manuel Quesada, siendo éstas las últimas
ejecuciones practicadas.
La
explicación del porqué el gobernador Burriel paraliza las ejecuciones de
los prisioneros tiene una parte novelesca y otra más realista.
Al parecer un telegrafista del servicio de cable de Santiago de Cuba, envió un telegrama a Kingston (Jamaica), comunicando las ejecuciones que se estaban practicando en la capital caribeña. Informado el comandante del navío ingles Niobe, Sir Lambton Loraine, zarpa con dirección a Santiago donde arriba el 8 de noviembre de 1873.
Conducción: Se detalla la conducción por las
calles de Santiago de Cuba y el posterior fusilamiento de los prisioneros. Cosa
que fue criticado en ese momento por las autoridades en Madrid, pues Burriel no
podía hacer sin el permiso de Madrid..
Retrato
del general Juan Nepomuceno Burriel y Lynch, gobernador de Santiago de Cuba, en
la época del apresamiento del Virginius.
La interesada y manipuladora prensa anglo cargó contra el general Burriel, calificándolo de carnicero y otros epítetos menos cariñosos, pero no hay que olvidar que en Cuba se vivía un conflicto (la llamada Guerra Larga o de los Diez Años), que el Virginius no transportaba precisamente carabinas de feria y que aún estaban recientes las bárbaras matanzas de españoles llevadas a cabo por el general de los insurrectos Manuel Quesada que, en los inicios del conflicto había pasado a cuchillo a cerca de 600 españoles o al más "humanitario" Bembeta que mandó fusilar a 50 voluntarios catalanes, tras sorprenderlos indefensos mientras lavaban su ropa. (Lo que dijo el General Quesada a Ulysses Grant fue una gran mentira para impresionar a Grant, y así demonstrar lo valiente que era y lo que hizo cuando le dijo que” había pasado a cuchillo a cerca de 600 españoles." Lo que hizo fue que Fish secretario de Estados Unidos, influyera el presidente a reconocer a los Cubanos.”
Los
ánimos del influyente Cuerpo de Voluntarios no eran precisamente los mejores
para imponer un poco de templanza y serenidad.
Sobre
los acontecimientos vividos en esa época, transcribo algunas de las reflexiones
escritas por el voluntario asturiano, natural de Noreña, Juan V. Escalera en el
libro que bajo el título de Campaña de Cuba (1869 a 1875). Recuerdos de un
Soldado, se publicó en Madrid en 1876:
"Llegábamos a Santiago de Cuba en una fecha célebre en los fastos de
la campaña, y cuantos sentían circular por sus venas una sola gota de sangre
española se hallaban en aquéllas circunstancias en un periodo de excitación y de
irritabilidad, fáciles de explicar.
Nuestro vapor de guerra El Tornado había apresado sobre la costa el Virginius que con cargamento de armas y
municiones, equipos, vestuarios, caballos y alguna gente, bordeaba la costa de
nuestra gran antilla... . Grande júbilo causó en todo Santiago de Cuba la
entrada en su puerto del buque apresado, notándose, sin embargo, una gran
preocupación que oscurecía el universal contento que reinaba ante la sospecha
de que la diplomacia americana arrancase de nuestras manos la presa que en
defensa propia habíamos hecho y con la cual heríamos profundamente los
intereses de la insurrección.
Los voluntarios de Cuba, es decir, aquellos españoles de más vivos sentimientos de adhesión y lealtad hacia la madre patria, empezaron a mirar este asunto bajo el punto de vista de su patriotismo, dispuestos a no admitir coacción que empañase el fallo severo de la justicia y a rechazar toda mistificación y embolismo, procediera de quien procediera.
Los voluntarios de Cuba, es decir, aquellos españoles de más vivos sentimientos de adhesión y lealtad hacia la madre patria, empezaron a mirar este asunto bajo el punto de vista de su patriotismo, dispuestos a no admitir coacción que empañase el fallo severo de la justicia y a rechazar toda mistificación y embolismo, procediera de quien procediera.
Los agentes consulares de la república Norte-Americana desplegaron desde el
primer momento un celo exagerado y acomodaticio para quitar al apresamiento del
Virginius la importancia que tenía,
retorciendo todos los argumentos con el ánimo de probar que aquél buque era
americano y ´súbditos de aquella nación los que cobijaba su bandera. Y si se
añade a ésto que todos los buques surtos en el puerto, de aquella nación
abogaban con calor por las opiniones internacionales de su representante, podrá
formarse una idea de la excitación general de los ánimos.
Temíase por otra parte que el Gobierno español diera muestras de alguna
debilidad, no tanto por el temperamento de cobardía, sino rindiendo un
exagerado culto a los principios de humanidad que forman el credo de los
partidos más avanzados.
Desde el momento en que por todas estas circunstancias el estado de la
opinión pedía conflagarse, el comandante general de aquél departamento,
brigadier Burriel, dispuso la venida del batallón Alba de Tormes, con objeto de
custodiar los presos y darles la guardia, en tanto no recayera la sentencia que
debería dictarse sobre aquel suceso, a todas luces pirático y criminal."
Sigue Juan V. Escalera relatando los terribles sucesos que le tocaron
vivir:
"A
los pocos días de la aprehensión del Virginius, el tribunal militar oportunamente
constituido impuso la pena de ser pasados por las armas a todos los insurrectos
que a su bordo conducía aquel vapor, excepción hecha de los que no tenían edad
para sufrir la pena de muerte, o que de los procedimientos del sumario
apareciesen sin ninguna culpabilidad.
El
primer día fueron, pues, fusilados en las tapias del cementerio de Santiago de
Cuba, Bembeta, O'Ryan, Jesús del Sol y otros que marcharon al sitio de la
ejecución desde las prisiones con entereza y serenidad,...
Nos había tocado hacer la guardia a estos insurrectos durante las horas de capilla, siéndonos bastante simpático por la compostura de su lenguaje, y su aptitud noblemente expresiva, Bernabé Varona (a) Bembeta. Producíase como una persona esmeradamente educada, y manifestaba una dignidad que enaltecía los errores que le llevaban al sepulcro en lo más florido de su vida.
Nos había tocado hacer la guardia a estos insurrectos durante las horas de capilla, siéndonos bastante simpático por la compostura de su lenguaje, y su aptitud noblemente expresiva, Bernabé Varona (a) Bembeta. Producíase como una persona esmeradamente educada, y manifestaba una dignidad que enaltecía los errores que le llevaban al sepulcro en lo más florido de su vida.
En
cuanto a Jesús del Sol, que representaba de 36 a 40 años, era una figura vulgar
que no inspiraba sentimiento alguno de compasión e interés. De todos ellos fué
el que vió aproximarse la última hora con menos valor.
Tanto
estos fusilamientos como los que en mucho mayor número se llevaron a cabo en
los días posteriores, lejos de impedir que se calmara la excitación pública,
que el apresamiento del Virginius,
había originado, produjo una alarma general, creyéndose llegado el caso, por la
severidad de la justicia aplicada, de un casus-belli con la
república Norte-Americana. Así que la fuerza de nuestra batallón se dedicó a construir
en Cayo Ratones una batería que defendiese la entrada de la bahía por si los
buques de aquella nación intentaban algo contra el puerto."
El asunto del Virginius abrió
una importante crisis en las relaciones entre España y Estados Unidos, con
fundados temores de intervención de la pujante nación americana.
Fusilamiento del Capitán Joseph Fry y sus compañeros del Virginius.
Fuente: Jeanie Mort Walker, Life of Captain Joseph Fry (Hartford: The J.B. Burr Publishing Co., 1875).
Los rumores se sucedían, la prensa norteamericana metía toda la presión posible para que su país interviniera militarmente y en España, el gobierno de Emilio Castelar, que había llegado a la presidencia de la 1ª República a finales de septiembre, (el cuarto en menos de un año), trataba de apaciguar los acontecimientos que se sucedían con gran alarma de la población.
El 19/11/1873, La Correspondencia difundía lo siguiente:
"Las
noticias nuevas de los Estados Unidos que publican los diarios de Londres,
anuncian que el gobierno de Washington pide el castigo de las autoridades
de Santiago de Cuba que fusilaron a los del Virginius y que en caso contrario enviarían sus tropas a Cuba,
yendo ya la escuadra a La Habana."
(Narración
testigo: Narración de un voluntario asturiano a su llegada a Santiago de Cuba
en su libro “Campaña de Cuba” (1869 a
1875) publicado en Madrid en 1876)
A
continuación van aparecer algunas reseñas que salieron en la publicación The Nations de Nueva York sobre los
acontecimientos del Virginius
tomados de El Héroe Olvidado: William B.
Cushing, por: René León©, 2007, 2011 Tampa, FL
The Nations,
20 noviembre , 1873
Una gran
muchedumbre se juntó el día lunes, en la tarde, en el salón Steinway, para
protestar la balacera en contra de los prisioneros de la Virginius. Las resoluciones necesarias fueron adoptadas instando al
Gobierno a tomar prontas y decisivas medidas
en contra de España. El mejor discurso de la ocasión –en realidad el
único que ameritó ser escuchado- fue el del señor Evarts, el que fue reportado
completamente en los diarios de la mañana. Sería difícil dar a cualquiera que
no hubiera estado presente en esta ocasión, una exacta idea de los sentimientos
expresados en esta reunión; sin embargo, podríamos decir que fue decididamente
la más alegre y divertida reunión de guerra que cualquiera hubiera tenido el
placer de asistir. Hubo una gran confusión y risas entre los presentes,
abucheos para Hamilton Fish, preguntas burlonas dirigidas a cualquiera que
hubiera estado en la tarima y mucho griterío acerca de asuntos muy vagos….Varios
aires marciales fueron tocados por un órgano –un instrumento no propio para
estimular sentimientos guerreros como lo hubiera sido una banda de instrumentos
de bronce-. Sin embargo y en general, la reunión fue un gran éxito y otra
reunión fue celebrada a la vuelta de la esquina en el Salón Tamany…La reunión
principal fue organizada por la Junta Cubana. Todas las alusiones a las leyes
internacionales fueron recibidas fríamente, pero los aplausos más tremendos
fueron demostrados ante cualquiera mención de guerra, sangre, mortandad,
asesinatos, humanidad, civilización y progreso.
The
Nations, 20 de noviembre, 1873
Durante la
mañana del séptimo incidente, el capitán Fry y treinta y siete marinos de la Virginius fueron fusilados en Santiago
de Cuba y, aunque los testigos entregan versiones conflictivas, parece muy claro
que muchos de los prisioneros habían sido ejecutados. El discurso dado por el
General Burriel a sus soldados confirma nuestras previas referencias a la
captura del velero. La Virginius no
presentó ninguna resistencia sin embargo, hizo un esfuerzo por escapar y la
tripulación arrojó por la borda una cantidad de armas para alivianar la carga
de la nave o, como el General Burriel lo pone “el “Tornado” arrojó llamas en
vez de humos, navegando a la mejor velocidad posible”. Finalmente, abordó y
capturó a la Virginius con repetidos
gritos de “¡Viva España!” de parte de su tripulación y sin la menor resistencia
de parte de sus contendores. Ciento sesenta y tres hombres se dieron por
vencidos absolutamente sin ningún reclamo y una vez que hubieron arrojado todas
las armas que nunca debieron haber poseído y el equipaje confiado a ellos para
defender tan noble causa. Esto demuestra y confirma la pobreza de los esfuerzos
enemigos y demuestra la impotencia en contra de las fuerzas españolas, contando
con los favores de la providencia. El asedio comenzó a unas dieciocho millas de
la costa de Cuba, según los informes oficiales, y duró ocho horas, así es que
cuando la Virginius se rindió, debe
haber estado muy cerca de Jamaica, siendo la distancia más corta entre las dos
islas la de setenta millas aproximadamente.
The Nations,
27 de noviembre, 1873
Según los
últimos informes, el número de hombres asesinados por los españoles, en
Santiago de Cuba, fue de cincuenta y tres. El señor E.G.Schmitt, el Vice-Cónsul
de los Estados Unidos y el señor Theodore Brooks, Vice-Cónsul de Inglaterra,
hicieron lo más posible para salvar a los prisioneros. El señor Schmitt envió
tres despachos al General Burriel, el primero tan temprano como al segundo día
del mes de noviembre, llamando la atención de este último sobre el hecho de que
Schmitt fue impedido de usar el telégrafo a Kingston en el que requería visitar
a los prisioneros que eran ciudadanos norteamericanos y, en general, de cumplir
con sus obligaciones consulares. Ante estas comunicaciones, el General Burriel
no dio acuse de recibo por lo menos por veinte y cuatro horas y, más aún, envió
un despacho al Vice-Cónsul acerca de que la razón para no responder el mensaje
del diplomático estadounidense fue que el Vice-Cónsul debiera haber sabido que
ese día se celebraba un festival religioso y que él y los otros servidores del
gobierno se habían dado a la meditación acerca de los misterios divinos” y
amenazó con el retiro inmediato del señor Schmitt por la razón de “haber
comprometido la dignidad de los Estados Unidos y por el hecho de haber tratado
de quebrar las buenas relaciones entre España y los Estados Unidos”. En cuanto
a la protesta del señor Brooks en contra de la ejecución de los prisioneros que
reclamaron ser ciudadanos ingleses, el General Burriel replicó que lamentaba
extremadamente su inhabilidad para haber tomado determinaciones en cuanto a tal
situación pero, que los prisioneros estaban ya ejecutados. Por ejemplo, Ryan
decía haber nacido en Canada y no reclamó por su ciudadanía inglesa sino por la
de los Estados Unidos. En Madrid, el sentimiento popular se levantó con rapidez
y se hicieron manifestaciones en contra del General Sickles, pero éstas fueron
reprimidas por el gobierno.
Conclusión:
Los historiadores que han
escrito poco sobre el tema, y dan la llegada del Virginius a Kingston, Jamaica a mediados de octubre de 1873, están
equivocados. Es en esa fecha que llega el vapor de bandera americana Atlas, con los
pasajeros-expedicionarios, un total de 95, que venían desde Nueva York, más
armas y municiones, en cajas de implementos agrícolas y monturas. Al llegar,
todos los expedicionarios fueron llevados fuera de la ciudad a la hacienda de
un simpatizante de la revolución cubana. Hay otros historiadores que dicen que
la expedición venía preparada desde Suramérica, lo cual no es cierto.
El Cónsul
americano en Kingston, Thomas H. Pearne, informa a Washington, de la llegada
del Virginius y del abandono del
capitán y la tripulación, al mismo tiempo el barco necesitaba reparaciones
generales. El New York Times del 17 de julio de 1873, informa de la llegada del
barco, y que el Cónsul americano recomendaba quitar el nombre del registro de propiedad de un ciudadano
americano, pues en realidad pertenecía a la Junta Cubana, en Nueva York. Días
después de su llegada a Kingston, llegaba al puerto la fragata española Bazán, para recoger alimentos y agua
potable, y seguir su viaje hacia Santiago de Cuba.
Muy interesante este articulo analizando lo pasado cuando el fusilamiento de los expedicionarios del Virginius. Nunca habia leido nada asi. Y una cosa que me gusto fue las opiniones de los periodicos espanoles. Cada dia esta pagina digital es formidable.
ResponderEliminarCris Rodriguez
Charlotte, NC