Ubicado en la esquina de las calles Obrapía y Aguiar en la Habana Vieja. En este inmueble se fundó en 1693 la iglesia de San Felipe Neri, luego fue sede bancaria y reabrió el 10 de febrero de 2004 como sala de conciertos, en el Centro Histórico de la capital cubana.
Historia
Primer destino.
El destino primigenio del oratorio fue, como su nombre lo indica, el de servir de sede a la Congregación de los Oratorianos, orden religiosa fundada en La Habana en 1666, por el obispo Juan de Santo Matía Sáenz de Mañozca y Murillo.
Al momento de la fundación de la orden, sus miembros tuvieron como diócesis la vieja y en mal estado Parroquial Mayor de la ciudad, hasta que el 13 de noviembre de 1693, después de varios años de peregrinar por “intramuros” por fin tuvieron casa propia cuando se les fabricó un nuevo templo.
La situación de la Parroquial Mayor era tan precaria ―razón por la que los oratorianos en su momento se movieron de allí—, que los enterramientos de ilustres, que comúnmente se hacían dentro de la parroquial, se diseminaron en otros templos de La Habana.
La nueva iglesia de San Felipe Neri, sede de la Congregación de los Oratorianos, se convirtió también en cementerio, con el mayor número de inhumaciones (406) registradas entre el 27 de octubre de 1775 hasta 1783.
Segundo destino.
Los Oratorianos habían sido desalojados de allí en 1762 durante la ocupación inglesa, pues los “casacas rojas la solicitaron” al obispo católico español para realizar sus cultos protestantes.
De modo que los oratorianos solo vivieron 69 años en la edificación, pues se afirma que tras la partida británica nunca más volvieron a poner un pie en ella dejando a un síndico la administración del inmueble.
Tercer destino.
La iglesia fue luego baluarte de 29 miembros de la Orden de los Capuchinos, quienes la ocuparon el 12 de junio de 1784, luego de desembarcar y directamente desde el muelle ir en procesión, con sus estandartes, crucifijos y demás ornamentos. Cuentan que los frailes encontraron demasiado lujoso el edificio para el estilo de vida espartana que preconizaban.
Con todo y a pesar de eso y de que el Rey, el Gobernador y las propias autoridades eclesiásticas prometieron construirles una sede apropiada, los Capuchinos vivieron en el Oratorio de San Felipe Neri 103 años.
En 1841 se comienzan a aplicar las leyes para suspender las órdenes religiosas y la confiscación de sus bienes, de lo cual resultó que de 19 conventos que había en toda la isla, quedaron ocho, uno por cada orden religiosa existente.
La iglesia de San Felipe Neri fue a partir de entonces solo iglesia y quedaba abierta al culto, atendida por grupos de sacerdotes secularizados o congregados de la Orden de los Capuchinos.
Cuarto destino.
El 26 de abril de 1887 la Congregación de los Padres Carmelitas Descalzos se hizo cargo de la iglesiay el edificio recibió su primera reparación capital, ya que con cada cambio de dueño, inquilino y condición cada quien agregaba o suprimía un detalle. El 20 de julio de 1924 los Carmelitas oficiaron una misa rezada para anunciar el fin de su permanencia en el oratorio y su traslado a la nueva parroquia de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la calle Infanta, esquina a Neptuno.
Poco después anunciaban que vendían la edificación al Banco del Comercio S.A. por la suma de $ 268 000.
Destinos quinto, sexto, séptimo.
Desde agosto de 1926 hasta abril de 1928 y bajo la dirección del señor Manuel Couto, comenzó la remodelación del inmueble con el objetivo de adaptar un edificio religioso a las necesidades del Banco de Comercio S.A., que presupuso eliminar la torre campanario, colocar una caja fuerte en el lugar que ocupaba el presbiterio, ajustar espacios para oficinas mostradores, ventanillas y baños que obligaron a cambiar el espacio interno.
A partir de 1952 el oratorio, convertido francamente en “recaudatorio”, pasó a ser sucursal bancaria del The Trust Company of Cuba.
Piedra fundacional.
En el Oratorio San Felipe Neri se encontró por primera vez en el Centro Histórico de la Habana Vieja una piedra fundacional en su sitio original. Tales piedras eran colocadas, según la tradición, en ceremonia presidida por las máximas autoridades eclesiásticas, civiles y militares, que se reunían en un acto público para marcar el comienzo de la construcción de una edificación importante.
Elaborada en un sillar de caliza blanda de 42 x 42 cm de área y 21 cm de profundidad, la piedra fundacional de San Felipe Neri tiene labrada en una de sus caras una cavidad de 21 x 21 cm de área y unos 10 cm de profundidad.
Tapada con una losa de mármol gris, esa cavidad guardaba en su interior 33 monedas alegóricas a la edad que tenía Cristo al morir.
Denominadas macuquinas por su forma irregular, estas monedas (2 de oro y el resto de plata) fueron acuñadas durante los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II, o sea, entre los años 1598 y 1700, en las cecas de México, Potosí, Bogotá (Santa Fe) y NR (Nuevo Reino).
Se identificaron 24 piezas de ½ real, 2 de 1 real, una de 2 reales, una de 8 reales y una de 1 escudo de oro; no se pudieron clasificar 3 monedas de plata por su avanzado deterioro.
San Felipe Neri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario