foto tomada de: La Bibliodanza |
Julio A. León (†) y René León
(©) Junio 1975
Charlotte, N.C.
Introducción
Los estudiosos de la cuestión africana, en lo que se relaciona con la cultura y sus manifestaciones, han recopilado una serie de trabajos sobre la prosa africana dentro de su tradición oral descartando hasta el momento aquella recitación en prosa con carácter dramático y que pertenece al teatro primitivo africano. Uno de los motivos principales que han alegado es que todo el teatro primitivo africano es un teatro basado en su religión politeísta y fetichista. No concebimos que sea un pretexto sólido el descartar las manifestaciones teatrales africanas simplemente porque su temática se base principalmente en su religión fetichista incomprendida para los hombres occidentales que practican el monoteísmo. Pero antes de continuar hablando del teatro yoruba hagamos un poco de historia socio-política de esta sociedad africana.
El Imperio Yoruba tuvo su mayor esplendor alrededor del siglo IX y su decadencia comenzó a finales del siglo XIII. Esta decadencia no destruyó las manifestaciones de su arte tradicional. Guerras civiles por ambiciones de poder arruinaron su economía. Solamente se salvó del desastre colectivo su tradición basada en la comunicación oral. Esta tradición oral conservó su pasado militar, político, religioso y cultural gracias a que su religión y sus sacerdotes eran de recipiente donde se conservó puro su pasado tradicional.
El Imperio Yoruba se dividió en dos bandos sectarios, ambos bandos se combatían militarmente. El uno seguía la dirección política y militar del Rey de Oyó y el otro se mantenía igualmente fiel, pero a la dirección del poder espiritual y religioso que detentaba su Olúo o Guía Espiritual desde la ciudad de Ilé Ifé. Esta última ciudad estaba enclavada en un camino selvático que era posición clave en el comercio entre los comerciantes árabes y los africanos. Ilé Ifé se engrandeció con su independencia del gobierno que todavía luchaba por su hegemonía en la ciudad de Oyó. Esta independencia obtenida por los habitantes de Ilé Ifé redundó en un florecimiento de las artes manuales, en un rejuvenecimiento de las tradiciones culturales yoruba, tradiciones que tenían su fuente en la tradición oral. La poesía alcanzó un rango algo más que oficial, se hizo popular y su temática religiosa pasó a integrar el caudal cultural colectivo del pueblo yoruba. Como su economía era agraria y su religión tiene un culto a la Naturaleza, las representaciones teatrales al aire libre se fijaban para las diferentes estaciones de siembra, cultivo y cosecha de los productos de la tierra.
La primavera marcaba el comienzo de estas manifestaciones teatrales pero su temática fue primordialmente religiosa adaptándola a la cultura popular, haciéndola más colectiva y menos selectiva. El pueblo formó parte activa de estas representaciones teatrales, coreando los estribillos, palmoteando, golpeando con los pies desnudos el suelo polvoriento que servía de escenarios. Los habitantes de Ilé Ifé, la ciudad sagrada del pueblo yoruba, fue incorporando a sus manifestaciones teatrales la tradición épica; el tema popular junto a la corriente religiosa. Su teatro primitivo fue como todas manifestaciones teatrales de los pueblos antiguos, un teatro basado en el gusto del pueblo y para el pueblo. Nadie pedía para sí la paternidad de una obra, o de una canción o de una poesía profana intercalada en la representación teatral y esto se debió a que toda la producción africana en su inmensa mayoría era anónima, por lo tanto era propiedad indiscutible de la sociedad, la cual hizo buen uso de esta tradición oral anónima.
Teniendo en cuenta esta condición profano-religiosa del teatro primitivo yoruba pasaremos en adelante a conocer de cerca esta manifestación cultural de la sociedad yoruba que está encerrada en su religión y que ha sido desconocida por siglos.
El tambor como instrumento de comunicación cobró una importancia mitológica entre los pueblos africanos. El tambor es en sí el alma del pueblo africano.
Con el tambor se declaraban las guerras tribales y se concertaban la paz. El tambor tenía una doble función, la función social-profana y la función religiosa. De aquí que la primera obra entresacada de su mitología se relacione con este instrumento y lleve por nombre, EL TAMBOR.
La segunda obra, LA MUERTE Y EL HIJO DEL REY es parte de ese temor profano-religioso al fenómeno humano cotidiano de la muerte en el accidente de la vida. Ambas obras son parte de un estudio realizado sobre el fondo religioso, la mitología y la manifestación teatral yoruba en su etapa primitiva.
Sirva pues este trabajo sobre el TEATRO PRIMITIVO AFRICANO YORUBA para rescatar del olvido el fondo cultural africano que vive dentro de la tradición religiosa y cultural de nuestros países latinoamericanos.
Los autores
(Fin de la primera parte)
muy interesante este articulo sobre la religion africana Estos senores hicieron n buen estudio sobre la materia.
ResponderEliminarJosefa V. Cruz
Estudie en Cuba estudios africanos.