René León
© 1973, Charlotte, N. C
(Segunda Parte)
En octubre
de 1517 Magallanes se dirige a Sevilla
con su esclavo Enrique. Faleiro queda en Portugal en espera de sus informes.
Reina en ese momento en España Carlos V. Trata Magallanes de ponerse en
contacto con la Casa de Contratación, pero no es fácil. Hace amistad con Diego
Barbosa portugués que vive hace catorce años y está al servicio de España y es
alcaise del Arsenal. Al año se casa con la hija de Barbos. Hace amistad con
Juan de Aranda que tiene buenas amistades en Sevilla, y con Cristóbal de Haro,
las puertas se le empiezan a abrir.
Juan de
Aranda ayuda con dinero y Magallanes lo envuelve en la empresa. Averigua en
Portugal acerca de Faleiro y de Aranda, de ambos recibe buenas referencias. El
cargo de Aranda como miembro de la Casa de Indias, les va abrir las puertas.
Acompaña a Magallanes a Valladolid para empezar las negociaciones y exponer su
plan. Surge una entre Faleiro y Magallanes cuando es acusado de haber revelado
los planes a Aranda y de haberle ofrecido parte de las ganancias por su ayuda,
que venía ser 1/8. Ganancias que ninguno de los tres vería, porque el destino
les tenía destinado algo diferente.
El Rey
concede la audiencia a Magallanes. Se reune el Consejo de la Corona. Lo forman
el cardenal Adriano de Uthrecht; Guillermo de Croix, canciller de Estado; el
cardenal Fonseca, obispo de Burgos y enemigo que había sidote Colón, pero
hombre influyente y único español en el Consejo.
En la
audiencia se presenta Magallanes con su esclavo Malayo, Enrique, y se dice que
con una esclava de gran belleza. Les habla de su plan y de las informaciones
que había obtenido en sus conversaciones con Serrâo y el aventurero Vartheme.
De la mejor manera de llegar a las islas de las “especies”. Que el viaje
resultaba mejor y más seguro por el Occidente. Le explica que hay un estrecho, o paso, que lo puede llevar al otro lado del Pacífico. Que el rey
sería el más rico y poderoso del mundo. Le aseguraba que las islas de la
“especies” estaban fuera de la bula o
división “papal”. Años después se pudo saber que los cálculos de Faleiro
estaban equivocados, las islas estaban en la parte e Portugal. Pero en aquel
momento aquellos hombres vieron las riquezas de que les hablaban. Le
preguntaron porque en la esfera no aparecía mostrado el estrecho con el nombre
de Magallanes, y Faleiro les dijo “que era para que el secreto no fuera
divulgado”. El que más interés pone en dar ayuda a la expedición fue el
cardenal Fonseca, quien se puso del lado de Magallanes.
Cristóbal
de Haro vine de Portugal y con sus amigos financieros de Sevilla, se presta a
ayudar económicamente con la empresa. Pero en la corte al ver que Haro y sus
amigos están interesados, deciden ofrecer dinero de la Tesorería Real.
El 22 de
marzo de 1518, Carlos V, en nombre de su madre Juana (incapacitada por locura)
firma las “Capitulaciones”, que son las negociaciones con Magallanes y Faleiro.
Se le concede a ambos el derecho exclusivo en aquellos mares. Un vigésimo de
todos los ingresos que provengan de esos territorios, y derecho sobre dos
islas, en caso de que las que descubrieran pasarán de seis, más título de
adelantados o gobernadores, para ellos, sus hijos, y herederos. El rey se
obligaba a armar cinco naves de cierto tonelaje, provista de tripulación,
víveres y artillería, con previsión a un viaje de dos años. Se le notifica a
todas las autoridades españolas, para que les dieran todas las facilidades. El
rey en persona se puso al servicio de aquella expedición. Magallanes no tuvo
dificultades de resolver todos los inconvenientes.
Mapa del Estrecho de Magallanes. Grabado de la obra de Hulsius (1626). |
La
expedición estaba formada de cinco buques, 238 hombres en su mayoría
extranjeros (algunos historiadores dicen que 260 o 280). El costo de la
expedición fue de; 8,3434,335 maravedises. De estos furon puestos por la
Tesorería Real, 6,254,209. Cristóbal de Haro, 1,880,125 maravedises. Los barcos
eran:”Concepción” de 90 toneladas. “Victoria” de 95 toneladas. El “San Antonio”
de 120 toneladas. El “Trinidad” de 110 toneladas. El “Santiago” de 75
toneladas. La expedición sale de Sevilla
para Sanlúcar el 10 de agosto de 1519. Pero antes de salir de España,
Magallanes es visitado por un enviado del rey Manuel de Portugal. Alvaro de
Costa, le dice que sería considerado “traidor” por ser capitán de otra nación,
pero que si no lo hacía, el rey lo perdonaría. Lo amedrentan, y al mismo
también lo amenaza a la vez. Sabe que de volver sería traicionado en la corte
de Portugal. Ya ha dado su palabra al rey de España, no puede dejar que cumplir
lo pactado. Da Costa con amistades en España empieza a correr rumores sobre
Magallanes, para desacreditarlo. El rey de España empieza a desconfiar de
Magallanes. Se trata de sabotear la expedición, de ello se encarga Sebastián
Alvarez, cónsul de Portugal en Sevilla. Le causan problema en el puerto para impedir el mejor abastecimiento de la
flota. Se hace correr la voz de que los barcos están en malas condiciones, cosa
que demora el conseguir tripulación. Se reúnen españoles de las diferentes
provincias. Entre los extranjeros los hay: alemania, bretones, flamencos,
franceses, negros africanos, griegos, ingleses, irlandeses, italianos,
sicilianos, y mulatos. Antes de salir e Sevilla, el embajador Alvaro de la
Costa, le dice que él tiene entendido por informes recibidos, que cuando
descubra las tierras esperadas, que tienen la orden de eliminarlo a él y
Faleiro, los capitanes españoles. Esta incertidumbre le queda en todo el viaje.
Al momento
de salir de Sevilla, había pasado un año y cinco meses de haber firmado las
“Capitulaciones”. Llegan a Sanlúcar de Barrameda, donde el Guadalquivir
desemboca en el mar. Allí en una misa de despedida recibe el estandarte de
manos del corregidor de la ciudad, Sancho Martíz de Leyva. La nave capitana es
la “Trinidad”. El capitán de la “San Antonio”, Juan de Cartagena. El de la
“Concepción” su capitán lo es Gaspar de Quesada. El capitán de la “Victoria”,
Luis de Mendoza. “El Santiago” su capitán Joao Serrâo. En la expedición
Magallanes cuenta con muy pocos amigos de confianza, entre ellos Duarte
Barbosa, Alvaro de Mesquita, Estevâo Gomes, Joao Serrâo, Joao Carvalho, Antonio
Pigafetta, su historiador y su criado Enrique.
Al amanecer
del 20 de septiembre de 1519 la flota sale del puerto, los cañones retruenan en
la despedida, mientras poco a poco los barcos se van perdiendo en la lejanía.
El 26 llegan a las islas Canarias, y en Tenerife completan sus provisiones de
agua. Allí se entera por un mensaje enviado por su suegro, que los oficiales
han jurado no obedecerlo. Salen del puerto cuando las naves están completas de
suministros. La obligación de los pilotos era de mantener contacto con la
“Trinidad”. De noche se mantenía un farol colgado en sitio eminente, para que
los otros pilotos lo pudieran ver, y no perder el rumbo. Si se encendían dos
luces era que había que moderar la marcha. Tres era temor de mal tiempo. Cuatro
de recoger las velas. Si se disparaba un cañonazo, era de arenas movedizas o
bajos. Era el sistema de mantener los barcos unidos.
Magallanes
no había enseñado los mapas a los capitanes para tomar sus precauciones.
Después de algunos incidentes, y no tenía confianza en los otros capitanes. Cambia el rumbo hacia
Sierra Leona, los capitanes protestan en especial Juan de Cartagena, esto hizo
demorar el viaje catorce días más. Lo que hizo fue seguir la costumbre de los
portugueses, tomar barlovento para llegar sin problemas a las costas del
Brasil. Para muchos historiadores este fue un error de él.
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