Emilio Roig de Leuchsenring
Todos los reformadores y libertadores de América encontraron, sí, en las Logias
Masónicas – excomulgadas y perseguidas por la Iglesia Católica – refugio,
amparo, calor y ayuda para fraguar y desenvolver sus ideas y propósitos
progresistas e independistas, y a las Logias Masónicas se afiliaron.. Y la Masonería cuenta por ello entre sus hermanos
más insignes – de quienes la Iglesia Católica se declaró enemiga y a quienes excomulgó – Washington y a
Bolívar, a Juárez y a Martí, porque la Masonería está ligada estrechamente a
todos los movimientos liberales e independentistas de América. Y conste que
sólo anima mis elogios, de antes y de ahora, la más estricta justicia, pues no
tengo el honor de pertenecer a la Masonería, ya que pertenecer a ella podrían
ser tachados de parciales mis elogios y exaltaciones a la misma.
En lo que a los Estados Unidos se
refiere – y citaré sólo la gran nación vecina por haber sido hipócritamente
señalada en estos tiempos, por los elementos reaccionarios cubanos, como
ejemplo a imitar de democracia y de respeto a la libertad individual – además
de Washington fueron masones casi todos los grandes fundadores de la Unión: el
general Joseph Warren; Benjamín Franklin; James Otis, el defensor de los
“sagrados derechos del hombre”; Samuel Adams; Alexander Hamilton; Patrick
Henry, “el orador de la revolución; John Marshall, “el buen juez”; y muchos de
los generales que acompañaron a Washigton en la guerra de independencia y con
los cuales éste celebraba sesión, entre batalla y batalla, corriéndose la
cadena y notando los eslabones rotos, con sus nombres el martirologio
libertador. De los cincuenta y seis constituyentita de Filadelfia, cincuenta y
tres eran maestros masones. Quiere esto decir que la independencia de las
colonias inglesas de América se realizó y la nueva Federación de Estados Unidos
del Nuevo Mundo se fundó y consolidó por masones, o sea, por hombres los
cuales ha mantenido siempre guerra a
muerte, tan irreconciliable, que hasta le era negada la tierra para el reposo
eterno en los cementerios católicos, aunque en nuestros días el mercantilismo
de la Iglesia le hace pasar por alto este castigo en países laicos como Cuba.
De todos es conocido que en la reciente guerra civil española, las hordas
católico-franquistas asesinaron a millares de hombres por sólo ser masones.
Para expresar cabalmente en brevísimas
palabras lo que representa la Masonería entre nosotros basta decir que sin
mencionarla una, y otra mil veces, no puede escribirse la historia de la
cultura y de la libertad en Cuba.
(extractado)
Nota: tomado de: La Iglesia Católica
contra la Independencia de Cuba. Emilio Roig de Leuchsenring, La Habana 1960
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