Por: Rene Leon
W. Somerset Maugham , en la introducción a su libro Cosmopolitas, decía que era imposible
leer los cuentos de Chejof. Pero en el fondo él lo admiraba. Chejof decía el
escritor inglés, que “ trataba de ser objetivo, procuraba describir la vida con
veracidad, y es imposible leer sus cuentos sin sentir que la brutalidad e ignorancia sobre la que
escribió, la corrupción, la miserable pobreza de los humildes y despreocupación
de los ricos acabarían necesariamente en una sangrienta revolución”
Algunos lectores buscan en la
novela o cualquier tipo de lectura el placer de agrado de lo que se lee.
Maugham dice, que hay quienes buscan el placer de reconocerse en ellas
y la leen con íntima satisfacción, porque retratan su vida. Las novelas las
hallan entretenidas y emocionantes ((¡qué hermoso era vivir en un mundo donde
la existencia era tan fácil para la gente acomodada, y al final resultaba todo
tan bien).
Otros lectores buscaban en las novelas cosas extrañas.
Maugham, decía, “que los
lectores rusos de los cuentos de Chejof hallaban en ellos un placer muy
distinto del encontrado por los lectores del mundo occidental. Conocían bien
las condiciones de la gente que aquél describió tan nítidamente. En cambio, los
lectores ingleses ven en sus cuentos algo nuevo, extraño, a veces terrible y
depresivo, pero presentado con una veracidad impresionante, fascinadora y hasta
romántica”. Sin embargo, si viviera Chejof, vería como en muchas grandes
ciudades su obra se lee y se discute y se presenta en teatros. Pues su obra
lleva una realidad, no vista anteriormente.
En Cosmopolitas, el autor dice, que muchos escritores llevan una vida
oscura, aparte del mundo de lo que rodea. Mientras que la vida de Chejof fue
siempre compartiendo con amigos, y familiares a los cuales él se pasaba la vida
ayudando económicamente.
Chejof tomó como modelo a
Maupassant, dicho por él mismo. Maugham dice: “Si no hubiera dicho esto él
mismo, yo jamás lo habría creído, pues sus fines y métodos me parecen
completamente distintos. En general, Maupassant trataba de que sus cuentos
fueran dramáticos, como ya lo dije”. Maugham dice sobre Chejof: “Me inclino a
pensar que Chejof evitaba deliberadamente lo dramático. Escribía para gente
corriente que llevaba una vida común”.
La vida de médico de Chejof,
lo llevaba de un lado a otro y al mismo tiempo lo ponía en contacto con
diferentes tipos de personas: campesinos, obreros, dueño de fábricas, madres,
esposas, jóvenes, y personas de categoría. De ellos él toma sus personajes y le
da vida en sus cuentos cortos.
Fue criticado por otros
escritores que decían que sus cuentos eran crueles, que se salían de la verdad.
Maugham, dice: “Le echaban en cara (sus colegas) su aparente indiferencia ante los acontecimientos
sociales de la época. Los intelectuales exigían que todo escritor ruso tratara
estos problemas”. Chejof insistía en que el artista no está obligado a resolver
problemas de especialistas”.
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