Circulan muchos cuentos sobre el origen de ese inverosímil sandwich cubano, el Elena Ruz. En algunos sitios ha habido largas discusiones con todo tipo de teorías y suposiciones. En lo que la mayoría está de acuerdo es en que la primera vez que se vio en el menú de algún restaurante cubano fue en El Carmelo de 23 y G, un lugar popular en el exclusivo reparto del Vedado de La Habana.
Algunos dicen que se nombró por una americana de apellido Rush y los cubanos lo pronunciaban Ruz. Alguien más asegura que el sandwich fue nombrado por la esposa de Babe Ruth cuando ella pidió un sandwich a la carta de los camareros del Hotel Nacional de La Habana. Este alega que se cambió Helen para Elena y que, como los cubanos no podían pronunciar Ruth, se cambió para Ruz. Ninguno de esos cuentos es cierto. Conste que, mi segundo nombre es Ruth y nadie en Cuba lo pronunciaba Ruz.
Valdés-Fauli era una joven de la sociedad habanera de una familia muy prominente a fines de la década de los '20 que frecuentaba el restaurant El Carmelo con sus compañeras de colegio, El Sagrado Corazón. Elena pedía un sandwich preparado especialmente para ella en un pan de medianoche, untado generosamente con queso crema y mermelada de fresa, y lleno de lascas de pavo asado.
Tenía que explicar la combinación cada vez que lo ordenaba, así es que después de un tiempo pidió que pusieran el sandwich en el menú para no tener que explicarlo cada vez. La gerencia accedió y al cabo hasta colocó también un letrero lumínico en la ventana anunciando el "sandwich Elena Ruz" por 25 centavos. Eso era bastante caro en esa época, considerando que la medianoche corriente o hasta el sandwich mas grande se ofrecían por 5 y 10 centavos respectivamente.
Muchos años después, en una entrevista con el Miami Herald ella explicó, "A mí me encantó, pero mi madre se horrorizó. Ella opinaba que era una desgracia tener mi nombre en luces como si estuviera anunciándome.
Con el tiempo Elena se casó con Eduardo Ulacia y tuvo 5 hijos. De Cuba la familia se estableció primero en Miami y unos años después vivieron un tiempo en España.
En la mañana del 28 de noviembre de 2011, a la edad de 102 años, Elena Ruz Valdés-Fauli de Ulacia falleció en San José, Costa Rica, a donde se había mudado para estar cerca de su hija Margarita Ulacia Ruz. Desde entonces cualquier restaurante o café cubano, incluyendo en el exilio, ofrece el sandwich Elena Ruz, aunque algunos insisten en escribirlo Ruth y muchos no tienen idea de la historia de la fascinante mujer detrás de él.
En el grupo Cocina Cubana en Yahoo, el sandwich entró en discusión y uno de los miembros del grupo que vive en Costa Rica se encargó de comunicarse con amigos de su familia que eran también amigos de la hija de Elena. Por mediación de él recibimos la fotografía de Elena publicada aquí así como un mensaje electrónico de la hiia, Margarita Ulacia, dejándole saber al grupo de la muerte de Elena e incluyendo un relato sobre su madre y el sandwich escrito por Rosendo Rosell, conocido actor, compositor y columnista cubano.
Si alguien está interesado en leer la historia, envíeme un correo electrónico y con gusto la compartiré.
Elena Ruz Sandwich
1 pan de medianoche
Queso crema
Mermelada de fresa
Lascas de pavo asado
Mantequilla
Tueste un pan de medianoche solo hasta que esté dorado, durito y calentito. Untele mantequilla al pan por los dos lados. Unte cantidades generosas de queso crema en una mitad del pan y mermelada de fresa en la otra. Coloque lascas de pavo asado en el medio.
No se le agrega lechuga ni alguna otra cosa a este sandwich. Si alguien le sirve un sandwich que alegan es un Elena Ruz con lechuga o alguna otra cosa más que queso crema, mermelada de fresa y lascas de pavo, ¡no
saben lo que están haciendo!
saben lo que están haciendo!
"Muchos habrán probado el sandwich sin saber.... que Elena Ruz existe y vive aquí en Miami" (Rosendo Rosell, Vida y Milagros de la Farándula en Cuba. Tomo IV)
Uno de los sandwiches que más le ha gustado a mi hija Dayamí — siempre tan inapetente — ha sido el de Elena Ruz. Para mi hija fue una novedad saber que fuera creado en Cuba por una joven con ese nombre, porque en los lugares que lo sirven en los Estados Unidos lo tienen como invento americano que hasta una variante le han hecho con el apellido, poniéndole como si fuera un segundo nombre "Ruth" (con th al final), y porque casi en ningún restaurante que se precia de vender comida típica cubana lo tienen en su menú.
Inspirada en mi hija hice las investigaciones necesarias para que todos conozcamos un poco más de este famoso bocadillo, que por cierto he notado que no son muchos los que han escrito sobre su origen.
A finales de la década de 1920, la jovencita Elena Ruz Valdés-Fauli acostumbraba a ir de visita a casa de la familia Párraga, que vivía en una de las amplias casonas del Vedado, La Habana, en la misma cuadra del restaurante El Carmelo, que antiguamente fue un bodegón de madera de un español de apellido Alvarez, donde Elena y sus amiguitas iban a refrescar.
Según relató el escritor George Childs, para El Nuevo Herald, la propia Elena Ruz le contó que
"... casi todas eran alumnas de la escuela El sagrado Corazón y se reunían en ese lugar para comer y hablar de las cosas que hablaban todas las adolescentes de la época".
Un día, la joven Elena mandó a preparar un sandwich "a la carte", o sea, algo que no estaba en el menú, cosa que en la mayoría de los restaurantes de ahora no suelen complacer. Se trataba, como ella misma le contó a Childs de
"... un pan de media noche (el cual debía de tostarse por sí solo hasta que estuviera durito y calentito), entonces se le ponía pavo, queso crema majado o batido, mermelada de fresa y lechuga".
Durante más de un año, cada vez que Elena Ruz visitaba el lugar pedía su extraña y deliciosa combinación, hasta que un día se le ocurrió pedirle al encargado que debía de incluirlo en el menú para no tener que explicarle lo mismo cada vez. Esto coincidió con la Semana Santa y un viaje de Elena a Varadero y posteriormente el encuentro con su amiga Sesita Sola quien le informó que había soñado que el sandwich la iba a ser famosa. Esa misma noche cuando Elena y sus amigas volvieron al Carmelo tuvieron la sorpresa de ver un letrero en luz neón que decía
"Sandwich Elena Ruz, 25 centavos".
El precio en estos días como bien dice Childs, parece cosa de risa, pero en ese entonces era bastante caro, cuando una "Medianoche" costaba cinco centavos, un "sandwich cubano" valía 10 centavos (un sandwich cubano en un restaurante en el sur de la Florida del año 2000 tiene el precio promedio de $3.50 a $5.95 y le ponen la mitad del jamón, queso y pierna que el de antes, y en Lario's on the Beach de Miami un "Helena Ruth" cuesta $5.25). No obstante la mamá de Elena
"... se indignó, porque según ella, daba la impresión de que estaban vendiendo a su hija por 25 centavos".
Amplía Rosendo Rosell en su enjundioso libro Vida y Milagros de la Farándula en Cuba (Tomo IV), que
"... algunas amigas de la época que venían a Miami de compras le contaron que en una farmacia del centro vendían su sandwich (...) cuando fueron a vivir a España en 1971, allí también encontraron su sandwich".
Pero Elena Ruz es "Algo más que un sandwich", como bien escribió su hija Elena Ulacia Ruz, en la Tribuna del Lector del periódico El Nuevo Herald, el 7 de abril de 1994. Cuando su mamá se casó con Eduardo Ulacia, se fueron a vivir al pueblecito Torriente, en la provincia de Matanzas, donde se dio a la tarea de tener a cinco hijos. Más tarde se trasladaron a la capital.
Esa señora de "buen porte" que soltera fue una gran coqueta, como la describe con amor su hija, "por primera vez se enfrentaba a la escoba y la cocina" teniendo que salir a trabajar a una tienda miamense, pero sin perder su categoría de "amiga generosa, caritativa y simpática siempre".
Hasta que un día entraron en la abundancia cuando Eduardo heredó a una tía española, y se mudaron a la madre patria, pero la dicha duró poco porque su esposo enfermó, y tuvieron que regresar a Miami, y también "a la aspiradora y al supermercado, sin criada que la ayudara y con un marido sumamente delicado de salud" y con casi 80 años de edad.
Recuerda además la hija de Elena Ruz, que su mamá fue
"... entrevistada con relativa frecuencia por su famoso sandwich. Salió en la televisión y en los periódicos. Pero ella seguía siendo igual. Nada alteró su carácter alegre... ".
Por eso ella dice con tanto cariño que
"Elena Ruz no es un sandwich con pan de medianoche. Para nosotros, es el lucerito del alba de muchas noches de desvelo y desesperanza. Cúmulo de cualidades que la convierten en ejemplo y en imagen de otras madres cubanas que dejan la estela de su paso por este mundo tan cruel y despiadado, como reinas escondidas de reinos ya olvidados".
Que pena que en los libros que dan recetas de platillos de nuestra comida tradicional lo omitan, como el de "Ana Dolores cocina con usted" de Ana Dolores Gómez de Dumois; el de María Antonieta Reyes Gavilán, "Delicias de la mesa"; el de Nitza Villapoll; ni mucho menos lo tiene la página cibernética del Centro Cubano de Información en sus Recetas Cubanas. Es preciso que todos los recetarios incluyan el sandwich de Elena Ruz para considerarse completamente cubanos. Y ojalá que algún día en todos los restaurantes que dicen cocinan la auténtica comida de Cuba — dentro y fuera de la isla — integren a su menú, además de la "medianoche" y nuestro típico sandwich, también el de Elena Ruz, por sabroso y verdaderamente autóctono, como la jovencita que lo creó y dejó tan dulces recuerdos en la memoria de quienes la conocieron.
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Lo último que escuché es que Elena Ruz está en un "home" en Costa Rica...
Publicado por Engie Alvarez (Ena) en 0:03
Buenos días René, con mucha alegría he leido esta historia de Elena Ruz y de Cuba. Estoy muy interesada de leer la historia antes mencionada, pero no puedo encontrar tu email en el sitio.
ResponderEliminarUn saludo!
Si acaba de leer la historia por Pensamiento publicada. No hemos tenido mas informacion sobre ella.
EliminarVer a Engie Alvarez. Gracias