Explicación De Textos Literarios
Vol. VII-2 1978/79
Los
Cabildos Afro-Cubanos y Su Poesia
Al surgir el movimiento
literario conocido por poesía negrista o movimiento negrista en nuestra América,
Cuba fue uno de los centros luminarios de donde se proyectó la mayor cantidad y
variedad de poemas siguiendo la nueva moda literaria. Involucrados en dicho movimiento o estilo
estuvieron los poetas Tallet, Ballagas, Güirao, Guillén y literatos del calibre
de Carpentier. Los que formaron la escuela
negrista no estaban inventando, ni mucho menos creando algo distinto y
desconocido, sino solamente estaban re-interpretando desde un punto de vista
social y cultural una tradición netamente africana que existía ya en la
tradición oral de los cabildos afro-cubanos.
Por lo tanto, estos escritores supieron interpretar una corriente
cultural, con sus jitánforas, vocablos africanos, giros y escenas dinámicas cargadas
de cromatismo y exotismo, así como de sensualismo, que había sido,
originalmente traída por los grupos de africanos que llegaron a las Antillas a
partir del siglo XVI.
En el cabildo se desarrolló,
en secreto, y se mantuvo con más fuerza la tradición oral que los africanos
trajeron consigo. Por espacio de mucho
tiempo su arte y su cultura y sus bailes se hacían parientes y en forma pública
con el permiso de sus amos los días festivos, tales como la celebración del Día
de Reyes durante el cual, los propietarios de esclavos permitan que los mismo
bailasen en la Plaza Central de cada pueblo para regocijo y deleite de la elite
colonialista. Por entonces solamente sus
manifestaciones culturales en público se ciñeron a dichos bailes de Epifanía,
todo lo demás fue prohibido.
Pero en el fondo de sus
barracones mal ventilados, su verdadera cultura, esa que encierra el alma de
cada pueblo, hervía en silencio y se fermentaba lentamente aguardando el día de
poder manifestarse a sus anchas. Ese
momento se hizo propicio cuando en el siglo XVIII se fundaron, con permiso de
las autoridades coloniales, los primeros cabildos afro-cubanos. Estos cabildos eran el centro de reunión de
cada grupo en sí. Los yorubas, debido a
sus creencias y dialecto, se agruparon en los suyos dirigidos por sus Babalochas[1] unos
y por sus Iyalochas[2] los
otros. Los bantús o negros congos, por
haber llegado de la región del rio Congo, fundaron los suyos agrupándose según
su dialecto maternal y sus rito religiosos.
Los abakua o ñáñigos, se organizaron mucho más tarde, ya casi a mediados
del siglo XIX pero cobraron fuerza política, social y económica en los barrios
que rodeaban los muelles de los puertos de La Habana y Matanzas, y ejercieron
una influencia tremenda en la creación del slang afro-cubano por su
participación activa en la vida económica de las grandes ciudades con puerto de
mar, como las ya antes mencionadas.
Bajo severas circunstancias
ambientales, sociales, políticas y económicas el cabildo surge como una tabla
de salvación de donde se aferran los miembros de cada tribu para hacer
sobrevivir lo que consideraban una parte muy importante de su propio ser: su
cultura como parte de su identificación como grupo o como individuos. Este fenómeno de índole cultural, no es el
único en la historia del hombre, ya que por espacio de siglos otras minorías
han sabido rescatar del olvido su pasado cultural que les ayudó a soportar el
cautiverio o la explotación.
A la isla de Cuba llegaron
africanos de todas las zonas del continente negro, pero los que supieron
organizarse cultural, religiosa y políticamente fueron los tres grupos que ya
hemos mencionado más arriba, a saber: los yorubas, los bantús y los abakúas o
ñáñigos.
El estudio presente es la
labor de la recopilación de la crónica oral conservada en los reductos – ya
casi en estado de desaparición – de lo que fueron los grandes cabildos en el
pasado. Encerrada en esa crónica oral
está el legado cultural que el hombre africano, ya sea yoruba, bantú o ñáñigo,
ha dejado a la posteridad.
La poesía recopilada entre
los descendientes de los africanos es algo más que poesía en sí, es crónica
oral, es relato, es fragmento de una etapa vivida y que se encuentra
cristalizada dentro del marco del tiempo y del espacio. Poesía, no al estilo occidental con métrica,
con modulaciones, tiempo, medida, o estilo personal, sino poesía al estilo
africano. Poesía que refleja el alma de un pueblo sojuzgado. Poesía anónima porque nadie reclama su
paternidad, poesía popularizada dentro de los miembros del cabildo, pero no
popular para los neófitos o los extraños al sistema de vida socio religioso del
cabildo, pero poesía al fin y al cabo.
Los temas universales de la poesía africana son los mismos que tocan la
poesía de otras civilizaciones, porque el hombre africano ha sabido del dolor,
del amor, del odio, de la soledad, del desconsuelo, la nostalgia, y del luto
del ser amado que ha muerto.
Encerrada en la madeja de
sus cantos de cabildo descubrirla lleva tiempo, paciencia y conocimiento de los
fundamentos de los dialectos africanos vigentes. Compartirla con otros es parte de la tarea
que lleva al que desea mostrar un pedazo de la cultura que nuestras playas
dejaron aquellos seres encadenados cuyo canto fue lamento y cuya poesía se
mantuvo desconocida, negada a veces, rechazada por los literatos otras tantas
como tal, pero que existió como manifestación cultural y se conservó en los
cantos de los juglares negros de los cabildos.
Darle a conocer es como dar a conocer “un mester de juglaría afrocubano”
como corriente cultural que había permanecido inédita hasta ahora.
Los
cabildos de origen bantú o congo
Comencemos pues por la
recopilación de la poesía cantada que se relaciona con los cabildos de origen
bantú o como fueron conocidos por mucho tiempo, por cabildos congos.
Con música del tambor Yuca[3]
dentro del monte profano
fuimos a celebrar
el nacimiento
de un nuevo hermano
Zala malecó[4]
Malecó Zalá
matamos un toro negro
negro como el odio
como el odio negro
negro como el luto
como el luto negro
Zala Malecó
Maleco Zalá
aguardiente con pólvora bebimos
carne de carnero comimos
Jutía([5])
ahumada comimos
miel de abeja bebimos
Zala malecó
Malecó Zalá
era un día grande para Zambia[6]
era un dia grande para el Baroko[7]
nos había nacido
en el Mayombe
un nuevo hermano
Zala malecó
Malecó Zalá
negro como el toro
como el toro negro
negro como el luto
como el luto negro
Zala malecó
Malecó Zalá
El poema anterior relata una
iniciación de un neófito dentro del rito del Mayombe.
Los cabildos yorubas
En los cabildos yorubas hay
mucha tradición oral conservada con la misma frescura que se puede hallar en el
Brasil o en la misma África, pero hemos elegido un poema con el tema de la
muerte para poder ir presentando algunos aspectos diferentes tanto en la
temática como en el dialecto tribal existente en territorio cubano. En dichos
cabildos hemos encontrado no solamente poemas cantados, sino proverbios moralizantes
que sirven de estribillo a ciertos cantos de cabildo. También hemos podido recopilar varias
leyendas moralizantes conocidas por “appatakis” en donde aparecen personajes de
animales revistiéndose de condiciones morales imitando al hombre. Pero no queriendo hacer extenso un trabajo de
tipo corto, deseamos puntualizar ciertos valores culturales, sociales, morales
y de aspecto religioso con vista a presentar el fondo humano y el concepto
cosmogónico de estas sociedades africanas llegadas a suelo cubano, de las
cuales hemos recibido su legado cultural.
bayene bayene[8]
tonú[9]
soy Ikú
soy la muerte
soy tierra de cementerio
soy viento negro de cuaresma
soy Osá-birinigua[10]
bayene bayene
tonú
soy Ikú
soy eterna
soy invencible
soy principio
soy final
bayene bayene
tonú
soy Ikú
Los cabildos abakua o de ñáñigos
El
último grupo que hemos decidido presentar por su riqueza folklórica y por su
gran contribución a la formación del slang afro-cubano es el grupo formado por
los miembros de los cabildos de abakua o ñánigos. Debemos hacer un poco de historia antes de
presentar lo que hemos recopilado de los mismos. Los abakuas o ñánigos son parte del folklore.Su
presencia en la época de carnavales habaneros era indispensable, ya que los
mismos dieron origen a las comparsas o grupos de baile folklórico que desfilaban adornado de mil colores por el
Paseo del Malecón y de Prado en noches de carnaval. Se organizaron mucho más
tarde que los otros grupos mencionados anteriormente porque fueron uno de los
últimos grupos que llegaron en condición de esclavos a suelo cubano. Fueron cazados por otras tribus rivales a la
orilla del rio Cross y en las islas del Calabar. Con ellos trajeron su sociedad
secreta masculina que introdujeron en su nueva tierra. Su gobierno político y
militar estaba formado por tres figuras que representaban el poder legal,
militar y religioso siendo conocidos por los nombres de Iyama, Mokongo y Nasacó. Estos personajes tenían a su vez otros
funcionarios que respondían a sus órdenes.
Su familiaridad con las labores de carga y descarga les abrió las
puertas de los trabajos de los puertos cubanos, principalmente del puerto de La
Habana y el de Matanzas. Se organizaron
en cabildos o potencias, habiéndose fundado el primero en 1836 bajo la
denominación de Efik Buton, pero inscribiéndose en el registro colonial de
sociedades con el nombre de “Sociedad de Socorro y Auxilio de Pardos y Negros”.
Sus manifestaciones culturales son muy variadas,
contándose no solamente su tradición oral, sus mitos y leyendas, sino también
su misteriosa simbología conocida por Anaforuamas. Las Anaforuamas han sido estudiados
ampliamente por la investigadora Cubana Lydia Cabrera (†)– residente en la
Florida – y los instrumentos musicales de sus grupos de músicos fueron muy bien
descritos por el etnólogo y musicólogo don Fernando Ortiz (†). Otros literatos cubanos, como Alejo
Carpentier nos ha presentado parte de sus ritos en poemas y en su novela Ecue
Yamba O. Su comportamiento social ha sido motivo de estudio por criminólogos
tales como Israel Castellanos y por otros profesores de la Universidad de La
Habana. Otros poetas han desarrollado el
paso de las comparsas de ñáñigos en días de carnaval comparándola con una
serpiente de gran colorido.Músicos negros han popularizado sus ritmos,
inclusive los hicieron populares en los Estados Unidos alrededor de 1940 cuando
un compositor, el cual era miembro d dichos cabildos, llamado Chano Pozo, viajó
a New York e hizo una gira musical exitosa por suelo americano. Por lo tanto,
su vigencia dentro de nuestra cultura afro-cubana es un hecho cierto e
innegable. Muchos de sus miembros eran
vendedores ambulantes y sus pregones, o reclamo comercial llenaban de melodía,
música, y dicharachos populares nuestras calles habaneras. Mantenían un “culto
al machismo”, una obsesión casi, de tipo patriarcal, en donde el rol del hombre
en la sociedad era la de ser: hombre y amigo,
o sea, según su dialecto: Negué y monina.
No permitían que ninguna mujer tomase parte de sus ritos e inclusive en sus
mitos y leyendas hay un fondo anti-feminista considerando a la mujer piedra de
discordia muchas veces y las más, instrumentos de recreo y placer. Ese punto de vista “machista” los hacia lucir
y ser, pretenciosos, orgullosos, temerarios y desafiantes. Sus cantos, poesías y leyendas centra el
mundo alrededor del rol del hombre y su importancia como la en el gobierno del
mismo. No identifica al hombre con su
dios (Abasí) sino que a cada ente, al divino y al humano, le asigna su
verdadero rol. Todo lo contrario de otras religiones primitivas en donde se
deifican y se diviniza a seres humanos otorgándoles rangos de semidioses. Para el abakúa o ñañigo el hombre tiene un
papel que cumplir en la tierra, y este es el bailar, beber ron, y ser un Don
Juan empedernido. Esta actitud social y
esa mentalidad personal provocaban mil disputas y reyertas sangrientas, porque
querían imponerse por su valentía, arrojo personal y temeridad. Sus cantos son poemas glorificando y
exaltando la condición de hombre y ñañigo. Tomemos el siguiente poema como
ejemplo:
Nagüele que soy kiñongo[11]
ñanigo, amigo y hombre ná má.
soy ekobio[12]
del barrio de Jesús Maria
donde toman agua de
coco con ron
Ñañigo, amigo y
hombre ná má
Nagüelle que soy kiñong.
el primero que tocó
el bembé[15]
en la gran abanakué[16]
Nagüele que soy kiñongo
ñanigo, amigo y
hombre ná má
soy el que lleva en
la procesión
el tambor senseribó[17]
el que se viste de
Ireme[18]
los días de iniciación
Ñañigo, amigo y
hombre ná má
nagüele que soy kiñongo
soy ekobio
soy un monina[19]
de verdá
por mi vena no
corre sangre
sino kurda[20] de
la buena
cuando me le aboko[21]
a una jeba[22]
no hay discusión
me la llevo en la
golilla[23]
Nagüele que soy kiñongo
ñañigo, amigo y hombre ná má
soy el cheverón[24] del
barrio
con mil jebas a
retortero[25]
no hay jeba que se
me resista
ni monina que se me
enfrente
lo mismo
me gustan las
narras[28]
las mulatas
las negras
y las jabas[29]
Nagüele que soy kiñongo
abakuá
amigo
monina
hombre ná má
Estas muestras de poesía inédita recopiladas
en los cabildos son el mejor exponente del colorido musical, onomatopéyico, y
del melodioso canturreo de los dialectos africanos que al plasmarse dentro del
molde de la palabra no pierde su mensaje social ni su fondo étnico.
Los negros africano que llegaron a la Isla
hace alrededor de cuatro siglos dejaron sembrado en el surco cubano su semilla
poética. Con los cien primeros negros
que entraron por el puerto de Casilda, barrio marítimo de la Villa de Trinidad,
hizo su entrada en la historia nuestra el colorido folklórico de una raza que
echó raíces profundas en nuestro subsuelo cultural.
Si bien es cierto que el tráfico
marítimo trayendo negros esclavos es de bochornoso recuerdo, no es menos cierto
que el negro africano supo erguirse en medio de su esclavitud forzosa y dejar a
la posteridad como legado luminoso sus cantos de cabildos que son la mejor
herencia cultural llegada a nuestra sociedad.
Los poetas del movimiento negrista
recogieron en su minuto histórico la fruta madura que se hizo poesía en los
labios de Guillen, Ballagas, Guirao, Tallet, Carpentier y otros, que como ellos
supieron apreciar y revalorar el fondo cultural afro-cubano.
[1] Balacha: sacerdote del rito Yoruba.
[2] Iyalocha: sacerdotisa del rio Yoruba.
[3] Tambor Youca: tambor bi-membranoso,
instrumento musical de percusión utilizado por los sacerdotes del culto del
Mayombe.
[4] Zala maleco, maleco zala: saludo o
bienvenida dado al que se inicia en el rito del Mayombe. Pertenece dicha
expresión al dialecto Lari según unos y al Ningala egun otros. Debido a la gran
proliferación de dialectos africanos algunas expresiones y vocablos se repiten
en varios dialectos a la vez. Esta misma
frase se escucha frecuentemente entre los africanos que hablan el dialecto
Haussa en Ghana.
[5] Jutia ahumada: la jutia es un roedor de la
fauna cubana. Vive en las montañas dentro de las cuevas o entre el follaje de
los bosques cubanos Se alimenta de
vegetales. Su carne era muy apetecida por los africanos que vivian en la Isla
de Cuba, cerca de las montaña. Se comía
su carne ahumada durante los ritos de la religión africana, fuese esta una
manifestación ritual del Mayombe o de los yorubas. Todos los africanos la
comían con deleite.
[6] Zambia: vocablo Lari y Niagala. Es el nombre
que se le da al Supremo Creador entre los africanos que profesan los cultos
animistas y fetichistas entre los de origen Bantu.
[7] Baroko: nombre dado a la casa-templo donde
realizaban sus ritos religiosos.
[8] Bayene, bayene tomú; vocalbo Yoruba con que
se invoca y se saluda a los difuntos de la tribu.
[9] Iku: personaje o deidad de la mitología
Yoruba. Se le rinde un culto secreto entre los creyentes de la religión
yoruba. Dicho culto se ha extendido en
la América nuestra, contándose miles de adeptos en la Isla de Cuba, así como en
el Brasil.
[10] Osa-birinigua: teniendo en cuenta el culto
animista y fetichista de los yorubas en este vocablo compuesto se hace mención
de una fuerza de la naturaleza; el huracán.
[11] Naguee que soy kiñongo: una oración en la
que se combinan vocablos del dialecto appapa con el verbo “ser” del idioma
castellano, en la cual se traduce lo siguiente: hermano (nagüele) yo también
soy un juramentado (kiňongo).
[12] Ekobio: vocablo appapa predominantemente
entre los miembros de la tribu Ekik que Vivian en el rio Cross y que mantenían
el tráfico con los europeos. Dicho
vocablo es una derivación del nombre original de la tribu en Africa: Ekpo. Eran
también cazadores de cabeza. Aunque no
tenían una escritura, como muchas de las tribus africanas, pero tenían una
simbología heráldica que se conoce en Cuba con el nombre de Anaforuana. Los
Anaforuanas son pinturas esotéricas o “firmas de identificación de los altos
personajes” de la Sociedad Secreta de Abakua o de Nanigos. La escritora y folklorista Lidya Cabrera,
residente en la Florida, ha estudiado profundamente dicha simbología. Ekobio en si quiere decir: soy hermano
fraternal.
[13] Baroko: (ver el numero 7).
[14] Efik Buton: primer cabildo fundado en el
Puerto de Regia en 1836
[16] Abanakue: nombre con el que los ñáñigos
identificaban a la cuidad de la Habana.
[17] Senseribó: tambo sagrado de los ñanigos. Tenía forma de cáliz y era sacado de los
ñanigos. Tenía forma de cáliz y era
sacado en andas los días de procesión en donde se volcaban a la vía pública los
miembros de dicho cabildo. Se le rinde un culto secreto y se guarda en el
cuarto del “fambá” o cuarto del secreto o del misterio.
[18] Ireme: clásico personaje de la comparsa de ňanigos, el cual lucía un
traje con muchos colores y con figuras geométricas. Ireme quiere decir
“personaje del más allá”. Representa a los antepasados africanos que murieron
en el continente negro y quieren ser testigos durante los ritos de los criollos
de que la tradición se cumple. Es el que
baila delante de la procesión de los nañigos cuando los mismos salen a la calle a saludar al
Dio Sol (empago) cuando se inician nuevos miembros en el cabildo. Realiza en su baile una serie de movimientos
que son parte del lenguaje mímico del personaje. Habían siete Iremes que cumplían con
distintas misiones dentro del ritual de los cabildos. Se le conocían popularmente con el nombre de
“diablitos”. No solamente en Cuba salían dichos personajes a cumplir su misión
esotérica, sino en otros países de habla hispana también han aparecido. En Africa siguen saliendo durante los ritos
de los abakuas manteniéndose dicha tradición has nuestros días.
[19] Monina: buen amigo o buen compañero.
[20] Kurda: bebida alcohólica preparada con
aguardiente de caña y menta a la cual se le aggregaba ají picante. Bebida ingerida durante los ritos.
[21] Aboko: es un vocablo popularizado por los nañigos
y que pertenece al slang afrocubano actualmente en uso tanto en cuba como en
Miami entre la población Latina, cuya raices son cubanas. Es el acto de enamorar.
[22] Jeba: del slang afro-cubano originado por
los nanigos entre el elemento humilde Cubano. Se le denomina con dicho vocablo a “la mujer
criolla”.
[23] Me la llevo en la golila: es
una combinación del castellano con un vocablo del slang afro-cubano, a saber,
“golila”. Significa que cuando un abakua
enamora a una criolla no hay duda que el obtendrá sus favores porque él sabe cómo
conquistarla. En resumen quiere decir
“la conquisto de un solo golpe”. La palabra “gola” es derivada de
“Angola”. Llevársela “en la golilla” es
como “llevársela pá Angola” (raptarla, sojuzgarla, hacer de ella su
sierva).
[24] Cheverón: del slang afro-cubano. Hombre en
grado superlativo por el sufijo “on”. Derivado de “chévere) que quiere decir:
hombre donjuanesco. Según Don Fernando
Ortiz dicho vocablo era originalmente africano y no una transculturación
lingüística. Estudios realizados por
otros investigadores opinan que no es así, entre los que opinan que dicho
vocablo no es africano está el Profesor Juan Arrom.
[25] Con mil jebas a retortero: hombre
conquistador que estaba redeado de mil admiradoras. Con estas frases vemos el
sentido egocéntrico, narcisista, y el “culto al machismo” de los abakua o
nanigos.
[26] Soy un ekiko: el vocablo “ekiko” quiere
decire “gallo de pela” por dicha expresión hace una comparacion entre el rol
del gallo, o seductor de gallinas y el rol del abakua o nanigo que es un
seductor de mujeres.
[27] Bien plantao: el vocablo “plantao” es una
derivación de “plante” y este último es el rito o ceremonia nanigo en donde se
ponía pruba el valor y la hombría de los nuevos afiliados al cabildo. Cuando había “plante” entre los miembros del
cabildode nanigos se esperaba siempre que habría duelos a puñaladas y que
terminaría en reyerta. Los “plantes de
nanigos” estuvieron prohibidos por los autoridades coloniales y más tarde por
la policía constitucional en épocas de la Republica porque conllevaba derramamientos
de sangre y alentaba a no respetar la vida del prójimo.
[28] Narras: nombre dado a los descendientes de
asiáticos nacidos en Cuba. En Cuba hubo un tráfico desde la China a la Habana
importando presos políticos o disidentes políticos chino que las autoridades
coloniales compraban a las autoridades feudales chinas para poder suplir la
mano de obra que faltaba en la agricultura de Cuba después de la Guerra de los
Diez Anos (1868-1878) cuando los patriotas cubanos dirigidos por Cespedes en el
ingenio de La Demajagua dieron la libertad a los negros esclavos. Luego del Pacto del Zanjon las autoridades
coloniales se comprometieron respetar la libertad de los negros africanos que
habían luchado en la guerra contra las tropas de Espana y debido a ello, miles
de africanos quedaron en libertad completa.
Los chinos fueron traídos para ocupar el lugar dejado vacio por los
africanos. Se le decía “narra” tanto a
los hombres como a la mujeres descendientes de asiaticos.
[29] Jabas: del slang afro-cubano. Nombre dado a las criollas cuyo padres eran
peninsulares (gallegos, asturianos, isleños, etc.) y cuyas madres eran negras
criollas. El tipo característico de la
mujer jaba era el siguiente: pelo hirsuto pero de color rolizo con facciones
semitoscas y de piel casi-blanca.
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