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lunes, 15 de agosto de 2016

PRIMER PREMIO CONCURSO “HERMINIO PORTELL VILÁ” 2012

PRIMER PREMIO CONCURSO “HERMINIO PORTELL VILÁ” 2012
Academia de la Historia de Cuba (Exilio)
©Lic. Roberto Soto Santana

1940: PIEDRA MILIAR EN EL CONSTITUCIONALISMO HISPANOAMERICANO

(Tercera Parte, de un total de tres)
La Constitución de 1940, obra cumbre de la República

Como dice el Dr. Néstor Carbonell en su ensayo “La Constitución de 1940: Simbolismo y Vigencia”[i], “Si queremos ponerle fin a la tiranía y cerrar el ciclo tenebroso de la usurpación, tenemos que encontrar, después de Castro, una fórmula de convivencia con visos de legitimidad. Y esa fórmula no es la Constitución totalitaria de 1976, aunque se le hagan remiendos. Ni es otra Ley Fundamental espuria, impuesta sin consentimiento ni debate durante la provisionalidad…No, la única que tiene historia, simbolismo y arraigo para poder pacificar y regenerar el país antes de que se celebren elecciones libres, es la Carta Magna de 1940. Ella fue el leitmotiv de la lucha contra Batista, y no ha sido abrogada ni reformada por el pueblo, sino suspendida por la fuerza…¿Qué representa la Constitución del 40 en nuestra evolución histórica e institucional, y cómo se llegó a elaborar y promulgar? La Carta del 40 es la obra cumbre de la República. Dando amplias muestras de madurez política y patriotismo, los delegados a la Convención Constituyente cerraron una década de convulsiones revolucionarias e inseguridad jurídica, y le dieron a Cuba una Constitución previsora y avanzada, sin injerencia extraña. Una Constitución que no es de nadie y es de todos, porque es patrimonio de la nación.”



















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