René León |
Aparece esta narración en el libro titulado Ayer. En ella, su autor, René León, nos comunica la trágica historia de un personaje: Raúl, que tras perder su familia en un accidente automovilístico se encuentra en un gran estado de desolación. Un antiguo amigo y sacerdote "el bueno del Padre Fidalgo" le aconseja visitar la ciudad de Trinidad.
El propósito del viaje es una busca antológica. Las palabras del protagonista: "Necesito encontrar de nuevo mi propio ser" (p.25) nos confirma que lo que Raúl se propone hacer al seguir el consejo del Padre Fidalgo es nada menos que ir en busca de su propia identidad.
La segunda parte de la narración consiste en el viaje que Raúl hace en el tren para llegar a su destino . Comienza en la Habana cogiendo el tren para llegar a Santiago de Cuba, con el apeadero en Cumbre, después de pasar Santa Clara y de allí a Trinidad. -
Las páginas en que describe esta travesía son sin lugar a duda de las más logradas del autor. En ella se advierte el gusto por contar innato en el escritor y su habilidad para recrear el pasado. Quien haya viajado por ferrocarril puede dar testimonio de la fidelidad con que se presenta la descripción de este medio de transporte. Los anuncios del conductor al ir nombrando los lugares de las estaciones por donde el tren pasa son un gran acierto en la narración. Los meros nombres ya van cargados de recuerdos. Con ellos se nos presenta un lugar, un paisaje, un pedazo de tierra cubana. Al mismo tiempo nos vamos adentrando en el corazón de la patria hasta llegar a Trinidad. René León nos lleva progresivamente de una palabra, un nombre , un recuerdo, de una geografía específica a una más íntima y de carácter espiritual. El recurso es también un guía en la trayectoria o desenvolvimiento del cuento. Es también puente entre lo que deja y lo que quiere encontrar , entre la negación y la afirmación del personaje. La búsqueda se hace a través de la tierra.
Para una comprensión integral de la narración,el lector tiene que tener presente la dualidad del viaje ; el aspecto físico del mismo y el aspecto de índole ontológica que hemos hecho constar al principio de este trabajo. -
Al ir pasando por los pueblos se recrean escenas costumbristas, ventas de frutas y productos típicos como también la belleza del paisaje. El escritor ha sabido hacer una cuidadosa selección de motivos. Podría habérsele cargado la mano pero supo evitar la tentación. En ese viaje a Trinidad hay una nota distintiva: el buen gusto.
La tercera parte de esta ficción está dedicada a Trinidad. Quien conozca a René León y haya conversado con él sabe del gran cariño que éste profesa por el histórico lugar. Trinidad es recuerdo de juventud, de gratas- vacaciones, de reuniones de familia. Es parte de una Cuba histórica y legendaria. Todo en ella es añoranza y al hablarnos de Trinidad, León lo hace con el corazón y con la exactitud rigurosa del historiador. Como tema, Trinidad aparece en los distintos géneros que él ha cultivado: el cuento, el ensayo y la poesía. Su conocimiento es directo y personal. Sentado en las mecedoras de la casa de verano de sus padres en Casilda, oía de los mayores las tradiciones de la ciudad. Más adelante, sus afanes en el campo de la historiografía le hacen quitar el polvo a muchos libros para conocer datos precisos sobre la tierra cubana. La Trinidad que llega al lector através de "Recordando el Pasado" es una ciudad viva. No hay descripción idealista, tampoco se nos ofrece una serie de datos escuetos, fechas o nombres de lugares. Tenemos sí, un film lleno de color y movimiento.Oímos pregones, gallos madrugadores y largos rebuznos de asno.- Nos imaginamos la belleza de sus antiguos edificios y casonas coloniales.Al ir desenvolviéndose el relato,observamos el cambio operado en el protagonista. Recobra la salud anímica, se siente dueño de sí. Se lleva a cabo el propósito del viaje y Raúl se re-hace. Todo esto se logra por el maravilloso efecto que la ciudad de Trinidad ejerce en el ánimo del visitante. -
Merecen atención especial las Últimas líneas de la narración:
"Recostó la cabeza sobre el borde de la ventanilla. Una lenta pereza le compelía a cerrar los ojos. La locomotora arrastrando los seis vagones por el camino de acero con su monótona y continua voz de metal le decía, regresar regresar re gresar re gresar re gresar re gresar re gresar...
Las palabras entrecortadas nos van dando la impresión del ruido del tren. El corte de las palabras es muy sugestivo ya que podemos asociarlo al ruido entrecortado de la maquinaria y al movimiento que produce el tren.
Notemos que es un final ambiguo. El cuento no acaba con un cierre tradicional. La palabra regresar, repetida seis veces, ademas del valor onomatopéyico ya especificado añade otra inquietud sobre el ánimo del lector. Regresar, pero ¿a dónde? ¿Volver a Trinidad en el futuro? Regresar a la Habana y regresar al pasado o mejor dicho al presente? ¿o se trata solamente de regresar y de buscar íntimamente en nosotros lo que somos en constante viaje de descubrimiento o afirmación?. Tenemos ante nosotros una serie de interrogantes. El final de esta narración es de un gran valor expresivo y ofrece varias posibilidades interpretativas.
Dra. Antonia Mir Lassaletta
Johnson C Smith University
1988
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