Alfredo Leiseca
Buscando entre mis libros me encontré un artículo del poeta y escritor ya desaparecido Alfredo Leiseca, sobre el libro del novelista y dramaturgo Marcos Antonio Ramos, titulado Manual del Peñecto Fulanista, que sigue estando vigente hoy en día en el exilio de los cubanos, especialmente en Miami. Y que nos demuestra que el carácter del cubano nunca va a cambiar, por eso sigue en control del poder en Cuba el regimen castrista. Y lo podemos ver en lo que es la la Reaparición de la Academia de la Historia de Cuba, que pensé que iba a ser algo bien serio y como son los cubanos se ha vuelto un relajo. Han aparecido más historiadores que nunca. Porque hoy en día escribir mal de los castristas es ser historiador, lo que hacemos con eso, es hacerle un favor a ellos, pues nunca van a cambiar. Y seremos siempre vistos como personas u organizaciones no muy serias, como nos titulan los americanos y los enemigos que en Miami y en otras ciudades tienen los cubanos exiliados. Pero vayamos al artículo de Alfredo Leiseca.
En ensayo sátirico sobre el carácter nacional cubano Manual del Peñecto Fulanista del dramaturgo y novelista Marcos Antonio Ramos aún tiene vigencia perdurable. Las circunstancias están logrando que los cubanos no cambiemos en los próximos doscientos años. No nos olvidemos que Ortega y Gasset, dijo "que el hombre era él y sus circunstancias
Los cubanos descritos por Ramos dificilmente podían cambiar porque eran un pueblo abyecto. Los fenómenos socioecononucos y socioculturales dificultaban que fuéramos duefios de nuestro propio destino. En aquella época, le habían impuesto al pueblo de la "Perla de las Antillas", "Llave del Golfo" y "Antemural de las Indias" circunstancias degradantes para su dignidad nacional.
Ramos explicó que la degeneración del carácter nacional cubano se debía al sometimiento socioeconómico y socio cultural a intereses extrafios. Para comenzar, la plutocracia imperante desde nuestra independencia estaba integrada por intereses espafioles retrógrados (en su mayoría carlistas). Antes de la independencia estuvieron ligados al colonialis mo español y, posteriormente a la hegemonía yanqui. Se habían enriquecidos obteniendo, gracias a sus prebendas, los bienes confiscados a los patricios independentistas criollos. Sus corazones estaban en la Puerta del Sol, pero su corazón en Wall Sreet.
Cuba, de un país opulento, salió de las guerras nacionalistas como un país arruinado. Al final del siglo pasado, tuvimos quince años de paz y quince de guerras independentistas. Perdimos más de medio millón de personas y la isla se vio reducida a montones de escombros y cenizas.
Debido a esas circunstancias nuestra dirigencia nacional recayó en una caterva de pícaros oportunistas que Marcos Antonio Ramos denominó "fulanistas" o, más bien, como se dice hoy en día "manengues". Tenía que ser así por las condiciones socioeconómicas y socioculturales en las que decayó la cubana. No podía surgir ninguna otra clase de dirigencia en aquellas circunstancias.
Sin embargo, a pesar de ciertas opiniones ideológicas, esos pícaros oportunistas fueron quienes se encargaron de defender a la cubana frente a los intereses foráneos. Tenía que ser así, porque, dadas las circunstancias, ellos eran los únicos cubanos en posiciones de ))()der. Lo único degradante de todo aquello era que la defensa de la cubarua recaía en las manos menos calificadas en vez de en las manos más calificadas . Aquello daba lugar a que los enemigos internos de la cubarua denigrarán a nuestro pueblo debido a nuestra pésima dirigencia (algo parecido sucede hoy en día en este Miami que nunca ha sido ni será nada nuestro).
El Manual del Peñecto Fulanista ha sido citado fuera de contexto demasiadas veces (eso es cuando no ha sido olvidado o ignorado). El Manual seguirá vigente por los próximos 200 años, como sátira a nuestro carácter nacional. Las condiciones socioeconómicas por él descritas no han mejorado: al contrario. El mismo panorama que Ramos descubrió en 1910 lo vemos empeorado (en ambos lados del estrecho de la Florida) a principios del tercer milenio.
La importancia de este gran ensayo satírico sobre el carácter nacional cubano perdurará a través de los añ.os. Se han publicado otros ensayos sobre el mismo tema, por ejemplo, el tan citado Indagación sobre el Choteo de Jorge Mañach, que se debe considerar como un epilogo aceptable a la obra de Ramos. El Manual del Peñecto Fulanista* es una obra que jamás se debiera olvidar.
*Reeditado por Editorial Cubana, Miami, 1995
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