René León
¿Rápido,
rápido; engánchenle las cadenas con los garfios del camión a la defensa
del jeep que lo hunde en la bahía…
Los Puestos de la Marina de Guerra, primero
y las Capitanías de los Puertos,
después, aplicaban una estricta disposición de no permitir que se
arrojara ningún
desperdicio
de los pescados u otra sustancia dentro del perímetro de la bahía, en evitación
de que la podredumbre de los materiales
desechados produjeran, por su descomposición , un desagradable mal olor; y la
suciedad de la acumulación de otros objetos en la orilla, un mal aspecto a la
vista. La entrada de algún peje malo, en busca de cabezas de Cherna o Guasa;
así como la tupición del canal de entrada al puerto.
Las Empresas de Pescado y privadas; al igual
que las Cooperativas de Pesca, estaban obligadas a mantener debajo de las
respectivas industrias una chalana, para por medio de un hueco cuadrado o
trampa, vaciar los desechos en la misma, cuando comenzaran a “matar la pesca”.
Después, sobre las cuatro de la tarde la chalana era llevada a la Punta de Casilda y su contenido vaciado
en el agua, para banquete de toda clase de pejes, Era el “engodo”* diario.
-¡Cabo de Guardia…!
-¡Diga,
alistado Tió…!
-Quieren ver
al Capitán..
-Que pase…
-En que puedo
servirle ciudadano Novoa…
-Pues
Sargento, cuando entré por el canal y ya en el puerto, una Tintorera**, comenzó a darle cabezazos a mi bote-vivero de vela y
por poco me hace zozobrar. El “bicho” es grande…
-Muy bien,
voy a levantar acta. No se vaya para que la firme…Siendo las 3 y 30 de la
tarde, del día tal y más cuál , se personó el residente de este puerto Modesto
Novoa Juviel, vecino de la Calle Real,
en este Puerto de Casilda, soltero,
mayor de edad; dice que…
Varias embarcaciones fueron atacadas. Por
orden del Capitán de la Marina de Guerra, se destacó un marino con una
ametralladora calibre 30 en el muelle de Iturralde,
con la orden de dispararle en caso de verla en el puerto.
Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr rrrrrrrrrrrrrrrrrrr rrrrrrrrrrrrr rrrrrrrrrrr
…y nada
pasó…el peje escapó. Ni se enteró de los tiros.
Atrapar a la Tintorera se había convertido en un reto para los casildeños, y
trinitarios. Empezaron a llegar pescadores de otros pueblos para ver si la
podían capturar. Cada uno de esos pescadores tenía su propio estilo. Los
vecinos de Casilda miraban todo aquello sentados en sus butacas en el portal y
se hacían apuestas. Mis hermanos Emilio (†), julio (†) y yo, con nuestros
amigos veíamos el corre, corre de las personas. Nos tomábamos nuestras cervezas
frías y cuando alguna persona nos decía que estábamos muy tranquilos, sólo le
respondíamos que nosotros éramos cazadores
Los pescadores de más edad pusieron en
práctica toda su experiencia, habilidad, engaños, para el cebo, como: cabeza de
puerco, panza e hígado de res, un chivito nonato, y hasta una chalana
inservible con pescado vivo y dentro de ella la Capitanía había puesto
cartuchos de dinamita y sensibles fulminantes, para cuando la Tintorera diera cabezazos al bote,
volará en pedazos por los aires. Nada pasó. El peje fue directo al bote y nada
paso, y más tarde pudieron comprobar que la dinamita se había mojado.
El Capitán declaró “Estado de Emergencia”.
Consultó con vecinos importantes para saber que se iba resolver y la mejor
manera. Les juró a ustedes que el Capitán
no nos invitó a mis hermanos ni a mi. Fue una injusticia, pero bueno, nosotros
se lo perdonamos .
El Capitán
preparó un comunicado para el pueblo y los vecinos trinitarios. Nadie que se
asome a la playa o el “peje se lo come”. En aquellos tiempos no existía las
reclamaciones.
Habían pasado tres o cuatro días, nadie salía
a pescar. Se había preparado con un anzuelo bien grande y un cable fuerte, una
“Guasa” bien grande. Pasaban los minutos, y las horas, más de pronto.
Los gritos se propalaron a “sotto voce”*para que el escualo –ni por
asomo se enterara de la astuta guerra declarada contra él o ella.
-¡Se pegó…se pegó…!
El jeep tenía el motor funcionando…Al timón
El Chino Casadevall…El grueso cáñamo amarrado a la defensa posterior del
jeep…En la punta de éste el enorme anzuelo con una cabeza de Guasa**…El cáñamo
a una velocidad terrible iba desapareciendo tragado por las aguas…El estrechón
del “peje” fue enorme…A pesar de que El
Chino Casadevall tenía puesto el pie
en el acelerador a todo lo que daba, el “peje” lo arrastraba, como si fuese una
persona montada en esquís acuático,
hacia la costa. Las gomas del jeep chirriaban, echando humo sobre el terraplén
del desmenuzado diente de perro, pero no podía ganarle terreno. La fueza era
mayor la del “peje”…Las gomas posteriores estaban dentro del agua…
¡Rápido, rápido! Engánchenle las cadenas con
los garfios del camión a la defensa del jeep que lo hunde en la bahía.
Albertico
Ruíz, al timón del camión apretó el acelerador hasta la tabla…Los
casildeños que estaban cerca de aquella batalla enconada, se precipitaron en
carrera loca. ..Si un cáñamo de aquellos por la tirantez se reventaba, podía
decapitara alguien…Por fin, con el caballaje de fuerza de los dos vehículos
fueron ganándole terreno al “peje”.
Modesto Novoa que estaba con nosotros se
acercó y al ver a La Tintorera, se
persigno.
A diez varas de la orilla La Tintorera (hembra), daba grandes
saltos. Con feroz mirada, lanzaba dentelladas a diestro y siniestro.
Asustado, el mulo enganchado al carretón de Felipe Vázquez, se espantó, y dando
tumbos por la Calle Real se dirigió
hacia Trinidad…Después, lo
encontraron en la Media Legua, pastando con tranquilidad al lado de una bura en
celo.
La Tintorera midió 14
pies…Pesó: 1,700 libras. En su boca abierta, con unos dientes de dos pulgada de
largo, se podía acomodar un niño de ocho años.
Cuando le abrieron el estómago encontraron,
además de pulpos y pescados, latas de conservas y botellas de cerveza vacías;
incrustadas en el colon hallaron 16 doblones de oro, al parecer pertenecientes
a un Galeón español que naufragó. ¿Dentro o fuera de la bahía?
El Alférez
de Fragata, Capitán del Puerto de Casilda a nombre del Gobierno confiscó el
tesoro escondido en La Tintorera.
Y así termina la historia. Mis hermanos, yo y
nuestros amigos celebramos por lo alto la captura del “peje, con un enchilado
de camarones que preparó Modesto Novoa. Voladores, y cervezas.
Qué tiempos
aquellos, ustedes no se lo imaginan.
Nota:
Encodo:
Carnada, cebo.
Tintorera:
Tiburón muy grande y peligroso. Azul, Blanco o Tigre
Sotto voce:
Boz baja.
Guasa: Pez
cubano. Se pesca a 200 o 300 brazas y llega a pesar más de 500 libras.
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